Picopico: manga japonés en formato analógico para neutralizar las tendencias

15 / 10 / 2019
POR David Alarcón

La marca madrileña recupera la estética del anime de los 90 en su última colección ‘Card Captor’. A través de un vídeo y un editorial en colaboración con la fotógrafa Diana Dot, nos sumergimos en su propuesta para otoño-invierno.

El joven diseñador Federico Betancourt decidió emprender su propio proyecto hace poco más de un año. Una marca personal en la que poder plasmar su ideario libremente, recurriendo a sus orígenes en busca de referencias y materializándolos de acuerdo a sus principios.

Así fue como nació Picopico, una firma en la que la delicadeza y la gracilidad toman forma a través de exquistas blusas de organza, tonos pastel y una belleza cándida e inocente distintiva de la marca. Betancourt se sirve de la dulzura y la afabilidad patente en sus prendas para transmitir un mensaje que irradia empoderamiento femenino, valentía y actitud. Influido por el manga japonés y los grupos surcoreanos de K-pop, quienes le han acompañado a lo largo de su juventud, el diseñador traslada las siluetas babydoll y la estética kawaii a sus creaciones, dotándolas de carácter propio y aires contemporáneos.

Más allá del tradicional desfile y el lookbook de colección, Picopico ha querido dotar de una segunda vida a esta segunda propuesta. Para ello, ha contado con la ayuda de la fotógrafa Diana Dot. Un editorial en analógico con el Palacio Real de Madrid de fondo y una modelo luciendo los key looks de la colección es la apuesta conjunta creada por el tándem creativo. Los collage de corazones y lunares creados por Dot y la aparición de elementos prácticamente extinguidos como la Nintendo evocan un universo a medio camino entre la nostalgia y el afecto.

En la era del streetwear, los colores neón y el animal print de leopardo y zebra, por citar algunas de sus infinitas variantes, la firma de moda Picopico reivindica la importancia de ser honesto con uno mismo, sin prestar demasiada importancia a las cambiantes e inconsistentes inclinaciones de las que es víctima la industria de la moda.

Para conocer más a fondo la visión de la moda de Federico, su universo creativo y sus próximos proyectos, hablamos con él para #VEINDIGITAL.

Influencias del k-pop coreano, del manga japonés… ¿de dónde viene tu fascinación por la cultura asiática?

Desde que tengo recuerdos, he visto series de anime que emitían en TV como Sailor Moon o Slayers. De ahí pasé a leer y coleccionar cómics manga, ver películas, leer revistas que se hacían en ese momento… Ha sido parte de mi identidad mientras crecía, porque también dibujaba durante horas a mis propios personajes, inventaba historias… Con el tiempo llegué a la música pop japonesa y coreana, que visual y musicalmente son otro universo paralelo.

Picopico nace a raíz de tu proyecto final de carrera, ¿Te sentías lo suficientemente preparado para emprender una firma propia?

En realidad no me sentía preparado, tenía (y tengo) dudas e inseguridades, pero al mismo tiempo sentía la necesidad de seguir creando, dibujando y cosiendo prendas con un hilo conductor y una meta.

¿Por qué has tomado la serie de manga japonesa ‘Cardcaptor Sakura’ como referente en esta última colección?

Sakura ocupa un lugar muy especial para mí, es mi obra favorita, tanto el cómic como la serie de animación. La descubrí cuando tendría unos 9 años. A primera vista parece una serie infantil más del género magical girl, donde es habitual ver a niñas que se transforman y tienen poderes. Si profundizas un poco, encierra muchas más cosas, y los sentimientos, diferentes identidades sexuales, frustraciones y crecimiento de los personajes son muy poco comunes en obras dirigidas a un público infantil. Visualmente es muy muy rica y creo que siempre quise hacer esta colección, casi como un homenaje que le debía.

Comme des Garçons en la película de anime japonés Princess Mononoke, María Escoté en Pucca… Cada vez son más los diseñadores que ven en el entretenimiento originario de Asia una fuente de inspiración ¿A qué atribuyes esta creciente popularidad?

Visualmente es muy diferente a todo lo que se hace en occidente, y habitualmente con mucho gusto y dedicación. Incluso artistas u obras que toman su inspiración en la Inglaterra victoriana o en la época medieval, lo convierten en algo totalmente diferente y en un universo visual nuevo. Esto resulta muy fresco y a la vez fascinante.

Tu primera colección ‘Girl Group’ constaba de 6 looks, y esta última de 14.  ¿Cómo ha evolucionado la firma desde la presentación de la primera propuesta?

Girl Group hablaba de vestir a un grupo de K-pop imaginario, fue un ejercicio de sintetización de varias tendencias que vemos en ellos. Esta segunda colección supuso un esfuerzo mucho mayor, y cada vez más personas se muestran interesadas y dan un feedback positivo. La próxima colección que se está gestando será más amplia y espero que el interés siga creciendo.

En ‘Girl Group’ y en ‘Card Captor’ encontramos elementos comunes a ambas: colores pastel, prendas babydoll, vestidos mini con vuelo, volúmenes en las mangas… ¿Es éste el ADN de Picopico?

Sin duda alguna, estas claves resumen muy bien la identidad de la firma. Puede que existan otras tendencias actuales que quizás serían más exitosas, como la ropa deportiva, pero no me representan y creo que a muchas personas tampoco. Es difícil no dejarse seducir por lo que es actual, pero si no puedo crear cosas que me representan no estaría hablando de mi historia.

Confiesas no tener intención de diseñar pantalones a corto plazo, ¿por qué?

Precisamente volviendo a lo anterior, cuando diseño simplemente no me siento inspirado a crear pantalones. Las faldas o vestidos me parecen mucho más bonitos y cercanos a lo que me gusta.

¿Te planteas diseñar ropa masculina en un futuro cercano?

Por el momento descarto crear algo propiamente masculino. Muchos amigos se quejan y quieren llevar algo de la firma, pero no me atrae mucho. Ni siquiera he cosido algo para mí mismo, la silueta de las chicas me parece mucho más atractiva. Si algún chico quiere ponerse algo es bienvenido por supuesto. Para mí las prendas no tienen género, son trozos de tela ensamblados.

¿Cómo ha sido trabajar junto a la fotógrafa Diana Dot? ¿Habíais colaborado anteriormente?

Diana es un torrente de energía creativa. Nos pusimos en contacto gracias a una amiga en común, Amara Caruncho de la firma CoconutsCanKill, y hemos encajado muy bien. Compartimos muchas ideas acerca de lo cute y es muy divertido trabajar con ella y con mi maquilladora de confianza, Paula Kore.

¿Por qué habéis apostado por el formato analógico en este último editorial? ¿Crees que hay un revival frente al digital?  

Diana solo fotografía en analógico, y después trabaja con collage. Sin duda el resultado es único, y hay algo muy guay y aterrador a la vez en esperar al revelado para ver el resultado. Creo que ahora mismo lo fake y el retoque casi ridículo hace perder la autenticidad de todo, y hay un cierto desencanto generalizado. La fotografía analógica es un poco una respuesta, pero tiene el inconveniente de que es cara y puedes cometer errores.

Créditos:

Fotografía, dirección de arte y vídeo: Diana Dot
Maquillaje y peluquería: Paula Kore
Música del vídeo: Manu Illán