¿Qué hay de nuevo? Fotos no, gracias

04 / 03 / 2024

¿Qué hay de nuevo? La columna semanal de Estel Vilaseca

The Row. Winter 2024

Con su nuevo desfile, las hermanas Olsen, directoras creativas de la firma de lujo The Row, lograron acaparar todos los titulares el pasado viernes. Y lo más divertido es que lo consiguieron sin la necesidad de tener que crear ni una sola memeprenda, ni el compromiso de llenar la primera fila de rostros mediáticos. Su gentil propuesta de que los invitados dejaran de lado sus móviles y, en su lugar, tomaran notas con libretitas y lápices que pusieron a su disposición, causó conmoción a los presentes y abrió un interesante debate en las redes sociales. Y así, prohibiendo el uso de móviles, todo el mundo se puso a hablar sobre ellas. A Vanessa Friedman, reputada crítica de moda de el New York Times, la prohibición de usar el móvil le pareció de todo menos graciosa. No le apeteció entrar en el juego y escribió visiblemente enfadada en Twitter: “Me encantaría enseñaros fotos de #TheRow porque el desfile fue realmente bueno, pero por desgracia, debido a su política de no uso de las redes sociales, no puedo”. Al hilo de este comentario, una usuaria le preguntó: “¿Cómo periodista, cuál es tu opinión?”, a lo que la Friedman respondió: “¿Sobre la política? Frustrante. No siento que tomar algunas fotos interfiera con mi habilidad de considerar de forma íntegra lo que estoy viendo. Y pienso que soy suficientemente mayor como para decidir por mí misma”.

@StyleNotCom

No creo que The Row, con este gesto, piensen que las periodistas como ella se distraen con el móvil, sino que, más bien, la prohibición buscaba evitar la mirada mediatizada y ofrecer así una experiencia diferente. Todas las que hemos asistido a presentaciones, sabemos que está al orden del día grabar el desfile y revisarlo luego, de modo que una no mira las prendas directamente, sino que lo hace a través del dispositivo, interponiéndose éste entre la mirada y la propuesta que tiene delante de los ojos. Aunque probablemente lo que más le molestó a Vanessa Friedman fue ver cómo, con este simple gesto, la marca pasó a controlar totalmente el relato, privándola de la libertad de decidir cómo quería abordar este trabajo y obligándola a entrar en un juego que no le apeteció. Queda muy lejos ya la época en la que diseñadores como Balenciaga decidieron descolgarse del calendario oficial y vetar la entrada de la prensa en sus desfiles (La investigadora Ana Balda le dedicó su tesis a la particular política de comunicación de Cristobal en los años cincuenta). En este punto, cabría preguntarse por qué, ante otras propuestas de marcas que pueden ser igual de discutibles, las periodistas las abordan sin tantas contemplaciones. Por este motivo, en las reseñas de The New York Times, ni rastro de The Row. Otros medios, en cambio, se sintieron cómodos con el juego y tiraron de inventiva. La brillante reseña de Beka Gvishiani, autor de la famosa cuenta de Instagram @StyleNotCom que, precisamente se construye únicamente a partir de notas de texto, logró con su humor habitual comunicar ideas importantes de la colección. “Abrigos envolventes, pero que mostraron secretos escondidos. Algo más lady de lo habitual, pero nos encantó como es usual”, “Tacones de mamá, deportivas del novio, turbantes de la abuela”.

@hursofficial

En la revista HURS, fundada por Bonnielan Gedijik, hicieron su trabajo y entrevistaron a Libby Jane Page, directora de mercado de Net-a-Porter que estuvo allí para conocer su opinión sobre el desfile y poder, así, ofrecer un contenido relevante a sus lectores: “The Row hace las cosas como nadie, y esta temporada no fue una excepción. No se podían tomar fotos y a los invitados se les dio una libreta y un lápiz (preciosos) para anotar sus ideas. Fue una vuelta a lo que podría decirse que debería ser un desfile de moda: las prendas, y las prendas fueron exquisitas. En un mundo de la moda que está dominado de forma tan potente por las redes sociales y similares, The Row, que siempre han sido pioneras, se han propulsado hacia una liga completamente diferente en la que nadie más puede unirse a ellas. Se sintió menos como una colección y más como una recopilación de conjuntos bellamente elaborados”. Page insistió que todas las prendas eran únicas y destacó el trabajo en los tejidos y los accesorios: las bailarinas con tacón, las sandalias a tiras y los turbantes. La idea de que un desfile no retransmitido en directo es un desfile “como debería ser”, es lo que muchos usuarios en las redes han tildado de elitista y excluyente. Aunque la pregunta debería ser: ¿es necesario consumir todos los contenidos en directo para sentirnos incluidos?. Durante muchos años las marcas hacían públicas sus imágenes unos meses después de que las hubieran compartido con compradores y prensa especializada, justo cuando estaban listas para salir a la venta. Esta filosofía está cerca también de la estrategia a su ritmo de Phoebe Philo, que, directamente, pasa de desfilar.

A cup of The Row. @estelvilaseca

En 2016 asistí a mi primer desfile de The Row en Nueva York. En el frenesí que es la semana de la moda de la Gran Manzana, mediática y millonaria, la firma decidió mostrar la colección con un modesto desfile en su tienda con varios pases a lo largo de un mismo día, garantizando así un aforo más limitado y alejándose del despliegue habitual de las otras marcas. “A primera hora de la mañana The Row recibía a los invitados, en la entrada de su tienda en el Upper East Side de Nueva York, con grandes vasos de café caliente para llevar y pastas. Una cálida bienvenida que presagiaba otra manera de hacer las cosas. Como su ropa, en su interior todo era reposado. Un interiorismo minimalista e invitados de gestos tranquilos vestidos con alguna de sus prendas monocolor fueron el telón de fondo de un desfile que habló de otra manera de entender el lujo” escribí entonces. Personalmente no tengo prisa por ver sus fotos, y sé que cuando las vea, no me podré comprar ninguna de sus prendas, pero estoy segura de que tomaré prestadas algunas ideas, y no encuentro forma más inclusiva de hacer moda que aquella que nos inspira en nuestro día a día.