Semíramis González: «lo que tienen en común los maltratadores es que son hombres y son machistas»

30 / 09 / 2019
POR Marta Hermosilla

Una exposición contra la violencia machista que muestra una cruda realidad en la que el “patriarcado agrede a las mujeres solo por el hecho de serlo”. Hablamos con su comisaria.

Cada mañana nos despertamos con un nuevo caso de violencia machista. Los datos son alarmantes: una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual; casi 750 millones de mujeres y niñas en todo el mundo fueron casadas antes de cumplir 18 años; el 71% de las víctimas de trata son mujeres y niñas, y tres de cada cuatro son utilizadas para la explotación sexual. Ante esta crisis feminicida global, la lucha de las mujeres no puede parar. Huelgas, charlas y exposiciones ponen de manifiesto la cruda realidad que vivimos a diario.

Una de estas propuestas es ‘Equivocada no es mi nombre’ una presentación de arte que lucha contra la violencia sometida por un «patriarcado que agrede a las mujeres solo por el hecho de serlo». Estas son las palabras de su comisaria, Semíramis González. En la exposición podremos pasear por los trabajos de mujeres artistas, nacionales e internacionales, que con sus obras presentan una reflexión sobre la creación artística y el activismo feminista. 

El lugar: el centro de Arte y Creación Industrial LABoral en Gijón. La fecha: del 27 de septiembre al 21 de diciembre de 2019. Nos adentramos en esta interesante exposición de la mano de su comisaria.

Obra ‘Sin título (sangre en la calle)’ de Pilar Albarracín

 

La exposición se llama ‘Equivocada no es mi nombre’ ¿qué buscáis denunciar que este eslogan?

El título proviene de un poema de la escritora June Jordan «Poem about my rights» donde denuncia las múltiples violencias que sufre para concluir que «Wrong is not my name«, que Equivocada no es su nombre. A partir de aquí se plantea una exposición cuyo eje central es mostrar cómo las mujeres, en todas partes del mundo, sufrimos violencia solo por el hecho de ser mujeres. Es una declaración de intenciones, una exposición de denuncia feminista contra una lacra global.

¿Qué importancia está teniendo el arte como herramienta para la lucha feminista?

El arte es un lenguaje. Vemos y dibujamos antes de aprender a leer palabras, así que lo visual es una herramienta fundamental para concienciar y cambiar realidades. El feminismo, como dice Amelia Valcárcel, es la herencia directa de la democracia, y ninguna democracia lo es del todo si no es feminista. Esta exposición busca visibilizar las violencias que sufrimos las mujeres pero también activar el cambio, movilizarnos, especialmente en un contexto global como el actual donde los negacionistas y los machistas están intentando dar pasos atrás en lo conseguido por las feministas.

Obra ‘#NiUnaMenos’ de Esther Pizarro

Todas las obras expuestas son elaboradas por mujeres ¿qué deseáis transmitir con ello?

Las obras son fruto de unas artistas que desde hace décadas trabajan para visibilizar el machismo y luchar contra las violencias que sufrimos las mujeres. Así, en la exposición se presentan obras que hablan del hogar como espacio doméstico de violencia (como decía Betty Friedan), la violencia de género, la trata y la prostitución, la violencia sexual, los estereotipos sexistas… Es una exposición que quiere ser una declaración de intenciones feminista.

En ‘Equivocada no es mi nombre’ se presenta la imagen de la mujer en países como España, Argentina, Turquía… ¿podemos hablar de una crisis feminicida mundial?

Claro, el patriarcado es global. Cambian las cifras (donde, por cierto, España es uno de los países más avanzados en legislación en materia de violencia de género gracias a las leyes progresistas aprobadas en 2004 y 2007, entre otras) pero las violencias son comunes. Como dice Miguel Lorente Acosta, lo que tienen en común los maltratadores es que son hombres y son machistas. A partir de ahí ni el origen ni la clase social es condicionante, el machismo es común a todos.

Las grandes respuestas feministas en Argentina con el movimiento #NiUnaMenos, las que reclaman el derecho el aborto, el #MeToo, o El Tren de la Libertad demuestran que las mujeres no vamos a quedarnos quietas mientras, en el mejor de los casos, nos pagan menos que a nuestros compañeros de trabajo, y en el peor, nos asesinan.

Obra ‘Bordello’ de Sukran Moral

Obra ‘Semiotics of the Kitchen’ de Martha Rosler

Las obras representan una realidad bastante dura ¿qué debate queréis lanzar al público que la visite?

Como comisaria me gustaría que cuando alguien salga de esta exposición salga incómoda, removida por dentro… que entienda, gracias a las obras, la dimensión y gravedad de lo que se está planteando. Y que eso provoque una movilización real, un paso adelante para aportar cada granito de arena posible para acabar con el machismo.

Además de observar las obras, en la exposición se podrá participar en talleres como ‘Los mapas visuales’ dirigido a estudiantes de primaria y secundaria ¿cómo es de importante dotar a los más pequeños de una educación igualitaria?

El taller es en sí mismo una obra, de la artista Yolanda Domínguez. El trabajo de Domínguez se desarrolla de manera relacional, buscando más allá de la obra física e implicando al público a tener un papel activo, así que pensamos en esta obra con este formato como una parte fundamental de la exposición, en proceso, viva. Además, LABoral Centro de Arte tiene uno de los proyectos educativos más interesantes, y se preocupa siempre de esa relación de educación/arte, así que encajaba también con esta línea de trabajo.

La educación es la base para transformar realidades y mentes, entender la importancia de implicarse en la igualdad real entre hombres y mujeres, y el arte es, en sí mismo, una herramienta educativa también.

Obra ‘Los Mapas Visuales’ de Yolanda Domínguez

La obra de Sandra Paula Fernández ‘Vivas nos queremos!’ muestra la fuerza que las redes sociales tuvieron en el caso de la Manada ¿Ayudan estas plataformas a la lucha del feminismo?

La reacción viral de #Cuéntalo fue provocada por la periodista Cristina Fallarás (que también escribe un texto en el catálogo) y puso sobre la mesa la dimensión de la violencia sexual, incluso de quienes nunca se habían atrevido a contarlo. Las redes son vías de comunicación potentes y directas, que pueden servir para aupar a fascistas (como hemos visto con las fake news) pero también son movilizadoras y han generado movimientos fuertes como el #MeToo o el #YoSiTeCreo. Personalmente creo en las redes como un lugar posible para difundir el feminismo y conectarnos unas y otras para compartir y actuar juntas.

Obra ‘Vivas nos queremos!’ de Sandra Paula Fernández