`Historia de dos pintoras: Sofonisba Aguissola y Lavinia Fontana´

03 / 06 / 2019
POR Mónica Sala

Reivindicando el talento creativo de la mujer, el Museo del Prado se vestirá con las pinturas más representativas de dos grandes artistas del Renacimiento.

Retrato de la reina Ana de Austria, 1573. Anguissola Sofonisba

Entre las 1,700 pinturas que existen dentro del Museo del Prado, únicamente siete están firmadas por mujeres. Ahora llega la exposición Historia de dos pintoras: Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana, contando con sesenta obras hechas por dos de las mujeres más notables del arte occidental y de la época del Renacimiento. La exposición estará disponible a partir del 22 de octubre de 2019 al 2 de febrero de 2020 en el Museo del Prado.

Rompiendo con los estereotipos a los que se vieron enfrentadas en su época respecto a la práctica artística de la mujeres, ambas, alcanzaron reconocimiento. Lamentablemente, con el tiempo fueron pasando al olvido. Pero gracias al fuerte auge del movimiento feminista, el interés por estas pintoras ha vuelto a despertar.

Autorretrato, 1556. Anguissola Sofonisba

Sofonisba Anguissola (1535-1625), nacida en Cremona, Italia, fue considerada la primera mujer pintora de éxito del Renacimiento. Venía de una familia aristocrática y, al ser mujer, su talento era únicamente para encontrar marido y entrar a un convento. Gracias a su gran talento, utilizó la pintura para convertirse en la dama de corte de Felipe II. El retrato y el autorretrato eran de sus principales prácticas y marcó nuevas pautas respecto el retrato femenino,. Además, se cree que fue un eslabón importante entre el retrato italiano y el español. Sirvió como inspiración de muchas mujeres artistas que fueron excluidas de la enseñanza, de gremios y de talleres, encontrando respaldo en cortes europeas.

Lucía, Minerva y Europa Anguissola jugando ajedrez, 1555. Anguissola Sofonisba

Lavinia Fontana (1552-1614), nace en Roma, Italia. Fue la primera mujer en abrir un estudio de pintura propio. Llena de talento, era tan admirada que cuando su padre enfermó, él mismo buscó marido para su hija para que así pudiera seguir viviendo su casa y continuar en su taller. Aún después de la muerte de su padre, Fontana, su esposo y sus once hijos vivieron de su arte, mientras que él se quedaba en casa cuidando de los niños y realizando las tareas del hogar. Una mujer considerada fuera de lo común en su época, con un esposo que reconocía su valía y talento.

Recorrer esta exposición temporal será un viaje en el tiempo y, ver representadas a estas grandes mujeres en sus obras, sin duda valdrá la pena.

Retrato de Bianca Degli Utili Maselli y sus hijos, 1605. Lavinia Fontana