El diseñador Maurizio Bernabei nos presenta una colección de asientos con los que poder humanizar el tiempo perdido en salas de espera y espacios públicos.
Cuando por asiduidad, necesidad o suerte nos sentamos vestidos de mil grises entre las sombrías paredes de una sala de espera, no podemos dejar de sentir como vida, tiempo y libertad emanan de nuestro cuerpo, al que no volverán jamás.
Con la intención de dar fin a esta tragedia, y convirtiendo la oscuridad en luz, la noche en día, y la espera en armoniosa melodía de cantos, colores y alegrías, el arquitecto y diseñador industrial Maurizio Bernabei nos presenta #Waitingfor. Una colección de asientos capaces de humanizar un momento tan impersonal, y con los que lograr decir adiós al tiempo perdido, y quien sabe si “hola” a nuestros convecinos de temporal morada.
¿Qué es #Waitingfor?
#Waitingfor es una colección de sofás para salas de espera y ambientes públicos. Un proyecto personal que fue seleccionado en 2014 para ser presentado en el Fuori Salone, uno de los certámenes de mobiliario más importantes, y que se celebra dentro de la Semana del Diseño de Milán.
¿Cómo surgió la idea?
La idea surgió al observar la manera en la que actuamos en las salas de espera, sentados entre desconocidos, aislados en un mundo de emociones y sensaciones que nos negamos a compartir. Nace de esa situación tan incómoda.
Maurizion Bernabei y su amigo Pietro Coccia
¿Cuántos diseños componen este proyecto?
#Waitingfor cuenta con una colección bastante amplia de modelos. Además´, los distintos diseños tienen la posibilidad de poder adaptar acabados y tipologías según el tipo de usuarios y clientes.
¿De qué materiales están fabricados?
La estructura de los asientos está hecha de madera lacada, mientras que los cojines y respaldos están tapizados con espumas de diferentes densidades para acoger mejor al usuario.
En Italia ya pueden verse distintos modelos en oficinas, salas de espera y en showrooms de moda y mobiliario. Y ya en España, existe un proyecto personalizado que se hizo para un Gastrobar de Zaragoza, concretamente está en la calle Francisco Victoria 25.
El proyecto parece seguir una línea muy poética, casi casi romántica.
Me gusta que definas como poesía lo que considero mi método creativo, que consiste en observar a las personas en sus actitudes cotidianas, para terminar poniendo al usuario en el centro del proyecto. Es lo que técnicamente se conoce como “User Centered Design”.
¿De qué manera persigues devolvernos ese tiempo que parece arrebatado entre las paredes de una sala de espera?
Lo que pensé fue ¿Cómo podría sentirme dueño de mi tiempo y de mi espacio sentado aquí?
La respuesta fue construir un mix con las diferentes tipologías de asientos que utilizamos en nuestro día a día. Así nació la composición inspirada en un sofá Chester, con cojines muy cómodos y amplios, respaldo apitoné y brazo acolchado en piel. La tipología de butaca “privacy”, donde te puedes sentar y llegar a prácticamente esconderte. Y el “cojín terminal”, más ancho que un cojín normal, y pensado para los que siempre se sientan al final del sofá, en el brazo, en posición de estar a punto de salir huyendo.
¿Consigues así adaptar los diseños a nuestras diferentes maneras de adueñarnos de la realidad?
He querido representar con formas y tipologías la mezcla humana y emocional que podemos encontramos en un lugar público para que, en una aparente situación de formalidad, seamos también capaces de expresar nuestra manera de ser y nuestro estado anímico eligiendo dónde y cómo nos sentamos.
¿Necesitamos colonizar las salas de espera?
La necesidad principal es la de sentirnos cómodos en un espacio desconocido y aséptico, donde podemos compartir de manera empática y relajada el momento incómodo de esperar al dentista, al abogado, etc.
También es un proyecto en el que la teoría de la psicología prosémica tiene mucho que decir de la manera en la que marcamos nuestro territorio, y en cómo reconocemos instintivamente nuestro espacio.
Estar sentados en modo espera es lo más parecido al incómodo momento “ascensor” que la mayoría vivimos a diario, ¿tiempos de falta de empatía?
Cuanto más relajados y cómodos nos sentimos con nuestro entorno, más podemos llegar a compartir con los demás. Pero estos asientos están pensados para que podamos elegir nuestro espacio, acomodándonos en el asiento que mejor se adapte a nuestro estado emocional y a nuestra manera de actuar.
Las zonas de espera, sobre todo las de los grandes espacios públicos, parecen teñirnos de un opresivo gris. ¿Nos teñiremos de color junto a los asientos de #Waitingfor?
Seguro que la actitud a la hora de entrar en una sala de espera será diferente. Se nos abrirá un nuevo escenario en el que podremos empezar a actuar durante ese tiempo de espera. Podremos elegir el asiento con el color y la forma que más nos agrade, y formar parte de un conjunto estilístico-emocional.
La mayoría parecemos el personaje mudo de la obra que se representa en este gran teatro de la espera. ¿Eres de los que rompe el silencio?
Yo en una sala de espera he aprendido a aprovechar el tiempo dibujando, escribiendo o haciendo un mapa mental de mis ideas. No suelo interactuar mucho con los demás la verdad, soy bastante discreto. De hecho, creo que #Waitingfor me ayudaría a relacionarme más con mis “compañeros de la espera”.
¿Habías trabajado con anterioridad siguiendo este proceso?
En Milán he podido profundizar bastante en el tema del “User Centered Design” y en la observación del usuario como método creativo a la hora de enfrentar un nuevo proyecto. Me encanta dejarme inspirar por la gente.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Actualmente intento desarrollar #Waitingfor buscando empresas interesadas en su producción y comercialización, y espero verme de nuevo en el Salone del Mobile de Milán este abril de 2017.
Fotografías cortesía de Alfredo Dante Vallesi y Maurizio Bernabei
#Waitingfor