Claves para entender el arte de Charles Rennie Mackintosh

07 / 12 / 2018
POR Antonina Cupe

Su estética era una fusión de modernismo, motivos escoceses y toques japoneses en la que muchos veían algo de apocalíptico. Ahora que se celebra el 150 aniversario de su nacimiento, te desvelamos la esencia de su obra.

 

Charles Rennie Mackintosh.

 
Dicen que Charles Rennie Mackintosh hizo de Glasgow la ciudad más moderna de la región. Su estética era una fusión de art-nouveau, motivos escoceses y toques japoneses. Muebles de lo más original, edificios e interiores que dejaban sin aliento componen su trabajo. Películas y series como Blade Runner, Doctor Who e Inception se han servido de la obra del artista, incluso la mismísima Madonna en el clip de “Express Yourself”. Y es que muchos ven en su obra algo de postapocalíptico, como salido del género de la ciencia ficción. Su trabajo y, sobre todo, sus famosos motivos florales abstractos se han utilizado para embellecer todo tipo de objetos, desde tazas hasta pendientes, pasando por toallas y almohadas. Ahora Loewe le rinde homenaje con una colección inspirada en el trabajo del artista. La colección incluye accesorios y pret-à-porter de mujer y hombre.
 
Así resulta algo difícil ver la provocación de su trabajo, pero aquí estamos nosotros para darte las claves del arte de Mackintosh y despertar por el camino tus ganas de visitar la capital escocesa.
 

· AMOR ENTRE ARTISTAS ·

En las clases nocturnas de dibujo y pintura que tomó en la Escuela de Arte de Glasgow conoció a las personas con las que acabó formando el grupo de Los Cuatro: Herbert MacNair y las hermanas Frances y Margaret Macdonald. Margaret acabó convirtiéndose en su esposa en 1900 y juntos crearon maravillosas salas de té que en la época se consideraron “excesivamente artísticas y decoradas”. Los Willow Tea Rooms se abrieron al público de nuevo hace poco tras una restauración que ha costado 10 millones de libras.
 

Mackintosh junto a su mujer y amigos, verano 1893.

 

· EL EFECTO DEL ESPACIO ·

Mackintosh entendió la importancia del diseñado y su relación con la imagen de marca. La empresaria Catherine Cranston supo ver en el joven arquitecto la oportunidad de convertir su negocio en un espacio único e irrepetible. Y lo consiguieron. Mackintosh empezó diseñando los frisos y acabó encargado de los interiores de los Willow Tearooms, incluidos la vajilla y los uniformes de los empleados.
 

Una de las salas de té restauradas.

 

· EL PODER DE LA ARQUITECTURA ·

Mackintosh creía que el trabajo de un arquitecto no incluía solo la creación de un edificio, sino también cualquier detalle de éste, incluido el diseño de interiores. Él es sin duda uno de los exponentes de la teoría de la habitación concebida como una obra de arte. La Escuela de Arte de Glasgow está considerada su obra maestra y es, sin duda, el orgullo de la ciudad. Para Mackintosh la escuela no era un simple lugar de aprendizaje, él creía en el poder del diseño e ideó un edificio que motivara e inspirara a los alumnos. Un incendio destrozó la escuela en 2014 y hace unos meses volvió a arder, destrozando tanto el suelo como el techo cuando los trabajos de restauración estaban a punto de terminar.
 

Sala de la Escuela de arte de Glasgow.

 

· NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA ·

Todo indica a que, como suele ocurrir, su trabajo se valorizó después de su muerte. Hoy en día le consideramos un genio, pero a los críticos del momento les costó entender y apreciar su obra. Fue quizás ese gusto por el exceso lo que impidió que triunfara en el momento. Su trabajo como arquitecto tan solo duró 12 años, pero fue tiempo suficiente para que Mackintosh dotara a Glasgow de la modernidad que la caracteriza.
 

Obra de Mackintosh en 1907.

 

· LA CASA DE LOS AMANTES DEL ARTE ·

La Casa de la Colina ubicada en la ciudad de Helenburgh es el trabajo residencial más importante del artista. En este espacio consiguió combinar los valores escoceses más tradicionales con una incipiente modernidad que aún muy pocos defendían. El exterior de la casa es robusto, sin apenas decoración y en tonos grises. El interior, sin embargo, nos sumergimos en un diseño ornamental en el que destacan temas orientales junto con detalles art-nouveau y art-déco, sin olvidar su uso de volúmenes.
 

Una de las habitaciones de la Casa de la Colina.

 

· MUCHO MÁS QUE MUEBLES ·

Mackintosh creó elegantes muebles de madera decorada con formas esbeltas y alargadas que combinaban la rudeza de la tradición medieval escocesa con la delicadeza de la modernidad con sus suaves curvaturas y motivos geométricos. La silla “Mackintosh”, creada para la Casa de la Colina, con su alto respaldo decorado con formas rectas, está pensada como elemento decorativo dejando a un lado el aspecto funcional del objeto. La silla pasa así a convertirse en una pieza de arte, un objeto para contemplar y admirar a diario.
 

Algunas sillas creadas por Mackintosh.

 

· UNA MIRADA A ORIENTE ·

Si en el siglo XVIII China influyó en la decoración occidental, a finales del XIX fue el turno de Japón, aunque en muy menor medida, ya que sus formas se oponían a las modernistas de la época. Mackintosh combinó en su obra el modernismo con toques japoneses y las sillas que desde 1973 comercializa Cassina son quizás el mejor ejemplo de ello.
 

Tazas con las famosas rosas de Mackintosh.

 

· Y SE HIZO LA LUZ ·

El salón y el dormitorio de la Casa de la Colina son piezas austeras y espaciosas en las que la luz es protagonista, algo novedoso en la época. En la Escuela de Arte de Glasgow el acondicionamiento lumínico fue prioritario para el arquitecto. Para maximizar la entrada de luz natural, creó numerosas y grandes aperturas tanto en la fachada como en la cubierta. El efecto que la luz tiene en las personas es algo que Mackintosh siempre tuvo en cuenta e intento implantar en su trabajo.
 

Habitación de la Casa de la Colina.

 
Glasgow celebra este año los 150 años del nacimiento de uno de sus artistas más celebrados con numerosas actividades y exposiciones para el deleite de locales y turistas.
 

www.glasgowmackintosh.com