¿Acaso no soy una mujer?: Sojourner Truth y el inicio del feminismo negro

24 / 07 / 2020
POR Peña Fernández

Su discurso de 1851 es considerado un hito en la lucha por los derechos de las mujeres y de la comunidad afroamericana.

Es en 1851, en la Convención de los Derechos de la Mujer de Akron (Ohio) cuando tiene lugar uno de los momentos claves del movimiento feminista negro. Con Sojourner Truth como artífice, se produce uno de los discursos más emocionantes y poderosos jamás pronunciados y un antes y un después en la lucha por los derechos de las mujeres.

 

 “Bueno, niños, donde hay mucho jaleo algo anda desbaratado. Creo que entre los negros del sur y las mujeres del norte, si entre todos hablamos de derechos, los hombres blancos estarán en apuros muy pronto. Pero, ¿de qué va todo lo que estamos hablando?

Ese hombre de ahí dice que las mujeres necesitan ayuda para subir a las carrozas y para sortear las zanjas, y para que tengan los mejores sitios en todas partes. Nunca nadie me ha ayudado a subir a las carrozas o a saltar un charco de barro, o me ha ofrecido el mejor sitio. ¿Acaso no soy una mujer? ¡Mírenme! ¡Miren mi brazo! He arado y cultivado, y he recolectado todo en el granero, y nunca ningún hombre lo ha hecho mejor que yo! ¿Y acaso no soy una mujer? Podría trabajar tanto y comer tanto como un hombre, cuando puedo conseguir comida, ¡y también soportar los latigazos! ¿Y acaso no soy una mujer? Tuve trece hijos y vi cómo todos ellos fueron vendidos como esclavos y cuando chillé junto al dolor de mi madre, ¡nadie, excepto Jesús, me escuchó! ¿Acaso no soy una mujer?

Entonces cuando hablan de esa cosa de la cabeza, ¿cómo la llaman? (desde la audiencia le susurran, “intelecto”). Eso es, querido. ¿Qué tiene que ver eso con los derechos de las mujeres o los derechos de los negros? Si en mi cántaro solo cabe una pinta y en el vuestro un cuarto, ¿no sería mezquino por vuestra parte que no me dejéis quedarme con la pequeña media medida que me corresponde?

Ese hombre bajito vestido de negro dice que las mujeres no pueden tener tantos derechos como los hombres ¡porque Cristo no era una mujer! ¿De dónde venía tu Cristo? ¡De Dios y de una mujer! El hombre no tienen nada que ver con Él.

Si la primera mujer que hizo Dios fue lo suficientemente fuerte como para que ella sola pusiera el mundo patas arriba, ¡todas esas mujeres juntas tendrían que ser capaces de volver a hacerlo y ponerlo en su sitio! Y ahora lo están pidiendo, más vale que los hombres les dejen.

Les agradezco que me hayan escuchado. Y ahora la vieja Sojourner no tiene nada más que decir”

 

Sojourner Truth nació en Nueva York con el nombre de Isabelle Baumfree, ya como esclava junto a su familia, que pertenecía al coronel Hardenbergh. Fue subastada y comprada en numerosas ocasiones por hombres que la maltrataban hasta que consiguió escapar ,junto a su hija (y dejando atrás a dos hijos), en 1826, un año antes de que se aprobara la abolición de la esclavitud.

Tras descubrir que su hijo Peter había sido vendido ilegalmente por su último propietario, llevó el caso a las cortes y por primera vez en la historia, una mujer de color ganaba un juicio a un hombre blanco.

Truth se había convertido en una devota cristiana después de tener una experiencia religiosa y en 1829 empezó a trabajar como sirvienta de un cristiano evangélico, de cuya inesperada muerte fue acusada, de robo y de asesinato, para después, afortunadamente, ser absuelta.

En 1844 se unió a la “Northampton Association of Education and Industry”, una fundación que apoyaba el abolicionismo, los derechos de la mujer, la tolerancia religiosa y el pacifismo donde conoció a  a William Lloyd Garrison, Frederick Douglass y David Ruggles, aunque su actividad se vio interrumpida 3 años después por falta de fondos. En 1851, participó en una gira de conferencias por el estado de Nueva York junto al abolicionista George Thompson.

Fue en mayo de ese mismo año, en la Convención de los Derechos de la Mujer de Akron (Ohio) cuando tiene lugar un momento que pasará a la historia: todo parecía ir mal, un grupo de hombres, que no había sido invitado, había monopolizado la atención, haciendo referencias a la Biblia, para reforzar su opinión de que la única función de las mujeres es dar a luz, hacer las labores de casa y servir a sus maridos. Es entonces cuando interviene Truth, pronuncia el célebre discurso “¿Acaso no soy una mujer?”, que habéis podido leer aquí, y deja a todos sin palabras.

Durante 10 años, Truth siguió ofreciendo cientos de discursos que defendían la igualdad entre mujeres y hombres, negros y blancos, una aventura para nada fácil ya que continuamente era insultada e interrumpida. Se cuenta incluso cómo, mientras pronunciaba uno de ellos, fue acusada por un miembro del público de ser un hombre, su respuesta fue abrirse la camisa y mostrar los pechos. También ayudó a reclutar voluntarios negros para el Ejército de la Unión durante la Guerra de Secesión y en 1864 llegó a reunirse con Abraham Lincoln.

Siguió luchando por los derechos de las mujeres y los afroamericanos, además de por la reforma de las prisiones y la abolición de la pena de muerte en Michigan, hasta el final de sus días, en noviembre de 1883.

Desde entonces, Sojourner Truth se ha convertido en un icono para la comunidad afroamericana y el movimiento feminista y su discurso ha sido repetido por otras mujeres en diferentes ocasiones como homenaje a tan increíble figura y como recuerdo de que la lucha sigue viva.