Cecil Beaton y la obsesiva búsqueda de la belleza

18 / 01 / 2021
POR Elisa Sanz

Marilyn, Coco Chanel, Audrey Hepburn o Marlene Dietrich son solo algunos de los rostros más icónicos capturados por su objetivo. Ahora el Hermitage de San Petersburgo celebra la obra del polifacético fotógrafo británico.

Marilyn Monroe

Nadie como Cecil Beaton (1904-1980) sabía captar la esencia de las personas que se cruzaban ante su cámara. La mayoría eran celebridades del siglo pasado: actores, actrices, artistas, reyes y reinas, etc. Personas que se alejaban de los mortales, y se encontraban en el olimpo de los dioses. Celebridades que vemos en la gran pantalla, distantes, fríos, excéntricos. Sin embargo, Beaton los hacía humanos. A través de un exquisito juego de claro-oscuros – como si de una obra de Caravaggio se tratara – el fotógrafo británico captaba las debilidades, fragilidades e inocencia de las personalidades más deseadas. Y, aunque la guerra pasara por sus propias carnes, ni eso le pudo quitar el buen gusto y glamour que desprendía cada vez que le daba al obturador de la cámara. Ahora podrá ser disfrutado por primera vez en Rusia en uno de los más emblemáticos museos del país.

‘Cecil Beaton: Celebrating Celebtrity’, abierta al público hasta el 21 de marzo, ha podido ser posible gracias a la colaboración entre el Hermitage Museum y el Cecil Beaton Studio Archive. Esto es realmente un hito histórico, la primera vez que se hace un homenaje a uno de los mejores fotógrafos del siglo XX en Rusia. Es una clara prueba de que a pesar de que las fronteras estén cerradas, el arte sigue viajando por distintos países. Se convierte en un hilo conductor entre distintas generaciones y culturas. Y, es que la obra de Cecil Beaton es atemporal. Es sinónimo de glamour y elegancia.

Nació en Londres en el seno de una familia acomodada, pero sin llegar a ser rica. De ahí quizás su obsesión de fotografiar el poder, la realeza y la belleza absoluta que para el significaba ser famoso y aprobado por todo el mundo. Al final, lo consiguió. No solo se codeó, sino, que estuvo admirado por las grandes celebridades del siglo XX. Todo el mundo quería ser fotografiado por él. Actores y actrices del Hollywood Clásico como, Audrey Hepburn, Marilyn Monroe o su gran amiga Greta Garbo. Los más bohemios artistas y vanguardistas como Picasso, Dalí o Coco Chanel. E incluso a la misma Reina Isabel II de Inglaterra.

Con una trayectoria de más de 50 años, podemos asumir que Beaton es el padre de la fotografía moderna de moda. Empezó trabajando como ilustrador en las más exquisitas revistas de moda, como Vogue, Harper´z Bazar o Vanity Fair. Posteriormente, conseguiría publicar sus fotografías en ellas, consiguiendo algunas de las imágenes más icónicas en la historia de la moda.

Portada de la revista Vogue
La Reina Isabel II de Reino Unido

 

El mundo de glamour y fama con el que soñaba, se suspendió en el aire cuando lo llamaron para ir a la guerra. Puso su cámara al servicio de las tropas británicas. Ahora, su mirada se centraba en la cruda realidad. No pasó detalle por alto. Capturó los tanques, bombardeos, el horror y la destrucción. Consiguió una de las fotografías más icónicas de toda su carrera. La pequeña Eileen Dune fotografiada herida en la cama de un hospital abrazando a su muñeca. Ni rastro de todo ese glamour y comodidad que había estado fotografiando durante los primeros años de su carrera. ¿Cómo podía ser que ambas fotografías estuvieran hechas por el mismo Beaton?

Cuando terminó la guerra, el fotógrafo británico dio un vuelco a su carrera. Seguiría tomando fotos, pero no sería a lo único que se dedicaría. Influenciado por la pasión que tenía desde pequeño por el teatro y el cine, se centró en el séptimo arte. Trabajó como director de arte, de vestuario y de escenografía. Uno de sus trabajos más notables fue en la película ‘My Fair Lady’, protagonizada por Audrey Hepburn. El fotógrafo retrató a la actriz de una manera que nunca antes se había visto. Jugó con el vestuario y la escenografía, fusionó los vestidos rococós de Audrey con un fondo geométrico modernista.

‘My Fair Lady’
‘My Fair Lady’

Cecil Beaton creó un nuevo lenguaje visual. Le gustaba jugar con los espejos y con las luces. Y poseía cierta obsesión con la fama. De hecho, se le atribuye a él la creación del concepto de “celebritie”. La cámara fue su ticket dorado para conseguir entrar en un mundo con el que siempre había soñado. Fotografiaba a los inmortales, pero lo que nunca pensó fue que él se convertiría en uno de ellos.

La pequeña Eileen Dune
Marlene Dietrich
Miss Nancy Beaton as a Shooting Star
Fotografía que realizó para la revista Vogue
Coco Chanel