Conociendo a LUCÍA TORRÉNS

21 / 04 / 2015
POR Eduardo García

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Su abuelo fue pintor y en su casa siempre se potenció el desarrollo de la creatividad. Desde pequeña Lucía Torrens recuerda largas tertulias sobre arte, fotografía o literatura. Siempre se la animó a viajar y experimentar, pero también a conocer y entender cuales eran sus raíces. Nuestros orígenes nos definen y nos acompañan a lo largo de nuestra vida. Posteriormente llegó a Madrid para estudiar diseño de moda en el IED y más tarde se especializó en dirección creativa. A Lucía le entusiasma la fotografía, la pintura, la ilustración, el video… cualquier disciplina que lee permita expresarme.

«Siento que ahora estoy en un punto de partida para desarrollar mi trabajo y mis orígenes formarán una parte esencial en él.».

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¿Cómo definirias tu relación con la moda?
Siempre me ha interesado la moda como soporte para expresar nuestras vivencias y nuestra identidad. Nos brinda la posibilidad de expresarnos y reflejar nuestra personalidad. En el pasado la indumentaria fue una de las principales manifestaciones de la cultura de un pueblo; se debía vestir de acuerdo a unas normas y códigos mediante las cuales el individuo se identificaba o se sentía miembro de una colectividad cultural. La diferencia e individualidad residía en los matices como la cantidad y calidad de los tejidos y la habilidad o sensibilidad de la persona.

Si miras atrás ¿Como recuerdas el proceso de diseño de esta, tu primera colección?
Ha sido un proceso largo, comencé el verano pasado. La investigación era fundamental. Conté con el asesoramiento de diferentes personas especializadas en el traje tradicional, tanto aragonés como japonés y coreano. El gran reto fue sintetizar toda esta información y adaptar los patrones tradicionales para conseguir prendas básicas, atemporales, unisex y one size. Prendas que arrastraran historia descubriendo su esencia, mostrando la dualidad entre pasado y futuro, oriente y occidente, local y global. La base fundamental de este proyecto era la vuelta al pasado para rediseñar un nuevo futuro: no hay botones, no hay cremalleras, prendas sin género, sin talla, sin temporadas… Por otro lado, el empleo de fibras ecológicas y el apoyo a pequeños artesanos era fundamental.

¿Qué o quienes son tus referentes?
Siempre me ha interesado mucho la mezcla de culturas, la antropología y la etnología. Tal y como dijo Gaudí, la originalidad consiste en la vuelta al origen, a la simplicidad de las primeras soluciones. Me apasiona el trabajo de Kawakubo, Yamamoto o Miyake, quienes tras casi un siglo después de producirse una fuerte occidentalización en Japón, llegan a París dispuestos a revolucionar la moda europea mostrando una estética del disimulo orientada hacia las formas geométricas del kimono tradicional, desarrollando nuevas proporciones.

Acabas de comenzar… ¿qué barreras han sido las más difíciles de superar?
Cuando empiezas tienes que contrarrestar la falta de experiencia y el anonimato, con tu creatividad y las ganas de hacer algo nuevo sin limitaciones. La clave es encontrar gente que también este empezando y comparta y complemente tu trabajo. Las redes sociales han permitido que sea más fácil crear y comunicar proyectos a pesar de no contar con un presupuesto elevado. Por otro lado, ser ético en un pequeño proyecto como este no fue fácil; los tejidos ecológicos se siguen produciendo en cantidades relativamente pequeñas y resulta complicado adquirir pocos metros, se necesita una gran cantidad de tiempo e investigación. En mi opinión se debería potenciar e impulsar la investigación y comercialización de estos tejidos. Cualquier cosa que se crea o se consume tiene un impacto social y ambiental.

¿Tienes alguna regla esencial a la hora de vestir? ¿y a la hora de diseñar?
Creo que la regla fundamental a la hora de diseñar es tener un concepto, un punto de partida claro y potente que te emocione y te apasione, que te permita investigar e imaginar sin saber cual será el resultado final. Por otro lado, hay que romper todo tipo de barreras. La necesidad de escapar de lo habitual, la riqueza reside en la mezcla, en la diversidad.

¿Cuales son tus planes de futuro más inmediatos?
Tras cuatro años definiendo y madurando mi propia identidad, quiero trabajar en una gran empresa y adquirir la experiencia laboral que necesito. Quiero poder aplicar los conocimientos que he ido adquiriendo en un contexto real y global. También me gustaría seguir creando pequeñas colecciones y colaboraciones con compañeros y amigos.

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Créditos
Fotografía de Adriana Roslin
Designer and stylist Lucía Torrens
Make up Vanessa Moreno
Modelos Camilo Ramírez, Alexis Agterberg, Sara Zhan, Inés Álvarez
Styling assistant María Rocatín