Las mujeres olvidadas de la Bauhaus

10 / 08 / 2018
POR Paula Martíns

Se formaron, enseñaron y dejaron un legado magnífico en la historia de la estética contemporánea, pero pocos las recuerdan. Hoy os contamos «la otra historia».

 

 
Hace casi un centenar de años, Walter Gropius creó la escuela artística de Staatliche Bauhaus (Casa de Construcción Estatal) en Alemania con el propósito de formar una institución que acogiera arte, diseño y arquitectura. Lo que Gropius no se imaginaba era que su escuela terminaría convirtiéndose en un referente moderno del siglo XX. Revolucionó el panorama creativo en el periodo de entreguerras y estableció nuevos patrones de pensamiento que se alejaron de las corrientes convencionales del momento.

Como señalan en la revista Artspace, la Bauhaus se definía como un organismo inclusivo al que podía acceder «cualquier persona de buena reputación sin importar su edad ni su sexo». Fue el primer espacio artístico donde las mujeres tuvieron ocasión para iniciar sus estudios y habilidades libremente fuera del hogar. Al menos esa era la teoría. A día de hoy sus doctrinas siguen impartiéndose y recordándose en las mejores escuelas de diseño pero pocos son los nombres femeninos que se recuerdan de entonces. Ellas estuvieron, se formaron y dejaron un legado magnífico en la historia de la estética contemporánea pero nadie las recuerda.

Como en la mayoría del panorama artístico, las mujeres han sido olvidadas y pasan a un segundo -o tercer- plano en el que hay que ahondar muy profundo para conocerlas. En cambio iconos como Paul Klee, László Moholy-Nagy, Kandinsky y Ludwig Mies van der Rohe sí pasaron a la historia y se puede encontrar su nombre en cualquier libro de arte.

En la famosa escuela había divisiones de asignaturas por géneros. Gropius lo tenía claro: la arquitectura, la escultura y la pintura eran propias de los hombres o del «sexo fuerte» mientras que, las temáticas que no se consideraban tan físicas eran roles de mujeres o del «bello sexo». A juicio del arquitecto la razón residía en que las mujeres sólo estaban capacitadas para pensar en dos dimensiones mientras que, los hombres, eran capaces de hacerlo incluso en tres. Vaya, parece que las Guerrilla Girls tenían razón…

 

Lilly Reich

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Lilly Reich diseñó la casa Tugendhat.

 

Aún así hubo mujeres que desafiaron las reglas y que, a día de hoy, aparecen -aunque tímidamente- en Internet por su excelente trabajo vanguardista y cosmopolita. Lilly Reich fue una de ellas. Empezó su carrera con diseño industrial y de moda e incluso trabajó y colaboró como diseñadora y arquitecta junto al segundo director de la escuela, Mies van der Rohe.  Junto a él desarrolló proyectos para la exposición Deutscher Werkbund, la Semana de la Moda de Berlín o la Exposición Internacional de Barcelona del año 1929. No obstante, dos de sus más emblemáticos trabajos fueron la casa Tugendhat y la casa Lange. Además, por si fuera poco, en 1932 se convirtió en directora del Departamento de Diseño de Interior de la Bauhaus.

 

Marianne Brandt

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La diseñadora Marianne Brandt y algunos de sus diseños de piezas comunes de metal.

 

No fue la única en impartir clases en la escuela pero sí que fue la única que lo hizo sin haber sido estudiante de la misma. El resto de figuras femeninas que pudieron ser profesoras en la institución fueron Marianne Brandt, Gunta Stölzl, Anni Albers, Otti Berger y Alma Siedhoff-Buscher.

La primera de ellas, Marianne Brandt impresionó con sus proyectos a László Moholy-Nagy y consiguió algo insólito en la escuela: dirigir las clases de metal. Bauhaus se habría arrepentido si no hubiera permitido a Brandt entrar en ese aula ya que a día de hoy es recordada por diseños tan conocidos como los ceniceros esféricos de metal o la lámpara Kandem 702, conocida como flexo a día de hoy.

 

Gunta Stölzl

A Gunta Stölzl le encantaba crear tapices para los muebles de Marcel Breuer.

 

A Gunta Stölzl, no le quedó ningún prisma por el que pasar en la escuela. Fue alumna, maestra de taller, profesora y también directora del taller de textil.  Supo aprovechar cada oportunidad al máximo y como no pudo dedicarse a las profesiones destinadas para hombres por el fundador, comenzó su trayectoria creando tapicerías para muebles creados por Marcel Breuer. Cogió suficiente práctica y experiencia y tras varios problemas, se trasladó a Suiza para montar su propio taller.

 

Annie Albers

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Muchos de los lienzos de Anni Albers se expusieron en el MoMa.

 

Anni Albers también se dedicó al textil porque la reglamentaria de la escuela no le permitió estudiar pintura. Era una experta tejiendo y como alternativa a la pintura decidió crear tejidos pictóricos. Apasionada por el trabajo y por las composiciones de su profesor, Paul Klee, tomó nota y convirtió sus obras textiles en lienzos. Sus trabajos eran tan buenos que tras una vida de mudanzas, investigaciones y arte, se convirtió en la primera mujer artista textil en exponer a modo individual en el MoMa de Nueva York.

 

Otti Berger

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Otti Berger aprovechó sus conocimientos de tapicería para abrir una tienda con sus propios diseños.

 

De todas las personas que ejercieron de docentes en la escuela pocas fueron mujeres pero al igual que los ejemplos anteriores, Otti Berger se hizo hueco en ese ámbito y fue directora del departamento de tejidos. Unió sus conocimientos con la influencia de sus compañeros y alumnos y fue la creadora de una de las tiendas de mayor fama berlinesa de la época: Atelier for Textiles.

 

Alma Siedhoff-Buscher

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Juguetes y muebles de madera eran la pasión de Alma Siedhoff-Buscher.

 

El mobiliario y los juguetes infantiles también tuvieron cabida en la escuela y si hay una figura que los representa es la de Alma Siedhoff-Buscher. Aunque tuvo que pasar primero por el taller de tejidos, su insistencia y creatividad le permitieron ser la profesora de las clases de madera. Inculcaba a los alumnos la idea de crear jugando, el disfrute de la creación y el goce como eje principal de cualquier diseño y con estas lecciones encontró su mayor pasión: los juguetes, marionetas y muebles infantiles. Con su constancia y esfuerzo,uno de sus mayores logros fue el diseñó del mobiliario de la habitación de los niños de la casa Am Horn para una exposición organizada por Bauhaus en 1923.