Lucía Baskaran: “Si mi libro se considera feminista es que estamos muy atrasados”

17 / 10 / 2016
POR María Yuste

En la grabación, mi voz de pito contrasta con la voz grave y elegante de Lucía. Mi nervio de adolescencia no superada, con su templanza y saber estar. Si fuéramos perfumes, probablemente, yo sería un frasco de Anais Anais y ella de Chanel nº5. Una idea que reafirma cada vez que le da una calada al cigarrillo como si fuera una actriz de la nouvelle vague o una poeta rusa de principios de siglo XX.

 

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“Conozco” virtualmente a la escritora Lucía Baskaran desde que escribía su ópera prima Partir. Sin embargo, no coincidí con ella en persona hasta la primavera pasada, cuando me escogió para presentar su novela en Barcelona. Desde entonces, nos hemos hecho amigas y su libro va ya por la segunda edición.

Sin embargo, para que veáis que no vengo aquí a hablar bien de Lucía de forma gratuita, también os puedo contar que no es siempre una persona fácil. Puede resultar tan distante y estricta, como tierna cuando se ríe… No obstante, sigo pensando exactamente lo mismo que pensé la primera vez que leí su novela: ¡Qué suerte tener, por fin, una narradora como ella en el panorama nacional de escritores menores de 30!

 

@luciabaskaran y yo presentando 'Partir'.

Una foto publicada por María Yuste (@miayuste) el


 

María: De escritora a escritora, ¿qué crees que ha sido lo que ha enganchado tanto a la gente con Partir?

Lucía: Pues no lo sé pero yo, cuando leo algo que está escrito de forma honesta, me engancha mucho… Cuando escribí la novela intenté ser lo más honesta posible. Luego, también, en los medios se le ha dado mucha voz al episodio de la violación y eso siempre genera curiosidad.

M: ¿Crees que ha sido ese pasaje precisamente lo que ha llevado a la gente a calificar la novela de “feminista” cuando, en realidad, solo habla de hacerse mayor?

L: Tal vez sea porque yo puse en la biografía que soy feminista porque no me parece que Partir sea especialmente reivindicativa, salvando ese episodio. Desde luego, yo no la escribí pensando en escribir una novela feminista pero que la gente decida…

M: Te lo pregunto porque es algo que pasa frecuentemente con libros escritos por mujeres y sobre mujeres. En la ficción, de repente, a la gente le resulta muy fácil detectar el feminismo como algo cotidiano, sin embargo, en la vida real se demoniza.

L: Tengo sentimientos encontrados con eso porque pienso: Si consideran este libro feminista es que estamos muy atrasados. Aunque, por otro lado, también pienso que es bueno que se use el adjetivo porque, con palabras como “feminazi”, es un término al que se le da mucha caña desde el otro lado de la zanja.

M: Ya sé que los autores no suelen tener control sobre las portadas pero tengo que decirte que la tuya no representa nada bien la oscuridad que, a veces, alcanza lo que hay dentro.

L: Cuando los editores me propusieron a la ilustradora Carla Fuentes dije que sí porque me gusta mucho, pero luego el dibujo me pareció demasiado pop. Yo sé que mi libro tampoco es denso, pero sí que es cierto que pensé que podría hacer que se percibiera como un libro medio tonto. De hecho, dos periodistas hombres me han dicho que, por mi background y la portada, les daba mucha pereza leerlo pero que, después de entrevistarme, lo hicieron y les sorprendió mucho. No se esperaban para nada lo que se encontraron.

 

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M: Y, desde que creaste a Victoria, ¿te sientes menos sola?

L: Victoria fue un álter ego, pero ya no. Escribí Partir entre los 25 y los 26 años, ahora tengo 28. Aunque es cierto que he tardado mucho en soltar al personaje, o el personaje ha tardado mucho en soltarme a mí… Cuando terminé la novela pensé en escribir una segunda parte, pero después me di cuenta de que el personaje me limitaba mucho. Ahora estoy escribiendo otra que no tiene nada que ver.

M: Oye, para terminar, ya que estamos en una revista de tendencias, ¿qué opinas de la moda?

L: La verdad es que la moda del Vogue, etc. no me interesa nada, me parece una industria espantosa. Lo que me divierte es la moda de la calle, fijarme en lo que viste la gente. Me gusta cuando las tendencias se crean desde la calle y no desde un diseñador que dicta lo que se debe llevar, como ahora las trencitas y los oros. De hecho, yo creo que las grandes marcas se fijan en la calle y luego hacen su propia versión. Nos intentan vender que son los grandes diseñadores los que deciden pero es a la calle a donde van a inspirarse.

 

Partir, de Lucía Bakaran