M.I.A se pregunta cómo puede Occidente promover el consumo de sus productos en el resto del mundo y luego «rechazar a la gente» cuando más los necesitan.
El mes pasado M.I.A lanzaba el videoclip que ella misma dirigió de Borders, su nuevo single. En él, la artista nacida en Londres pero criada en Sri Lanka se unía a un grupo que debía abandonar Siria o cualquier otro país de Oriente Medio en un viaje por mar, una odisea en botes o escalando vayas qué no se sabe bien dónde y cómo acaba.
Ahora ha concedido una entrevista a NPR en la que, más allá de las metáforas visuales y los versos que componen la canción, ponía de relieve la tensión entre un sistemas fronterizos tradicionales en un mundo cada vez más globalizado:
«No pones fronteras a Apple, no pones fronteras a YouTube, y no pones fronteras a MTV. Así que marcar más las fronteras cuando el mundo artístico o el de los negocios las está desdibujando es paradójico.»
También denunció cómo Occidente es constante y agresivo en la venta de sueños de libertad y la democracia a través de los medios de comunicación, de la música y las películas.
«Como música, siento que somos parte de la promoción de las ideas que llegan a la gente. En última instancia, luchamos para conseguir que lo que hacemos en Occidente entre en los hogares y las pantallas de cada persona del planeta. Queremos ganar dinero con ello y vender 50 millones de discos de Taylor Swift en África. Obviamente, algunos niños van a decir: «Vale, sí, quiero el sueño» y de este modo mucho migrantes han creído en nuestra agresividad de la venta de la democracia. Nosotros no podemos culpar a las personas cuando están dispuestas a aceptar esa idea».
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