We don´t care anymore: “puedes ser feminista y que te guste el rosa”

28 / 04 / 2017
POR Jaime Martínez

Entrevistamos a las comisarias de esta exposición colectiva sobre el mundo ‘girly’ que busca reivindicar el papel de la mujer dentro del arte.

 

 

Tras el éxito conseguido el año pasado en Madrid, las organizadoras de “We don’t care anymore” hacen las maletas y se van hacia Los Ángeles (EEUU) para comisariar en la galería Junior High, la segunda edición de esta muestra que busca poner en valor y reivindicar la figura de la mujer dentro del mundo del arte.

Tratando temas como la adolescencia, la inocencia y todo cuanto gira en torno al mundo girly, hablamos sobre esta nueva aventura americana, de los diferentes modelos de feminidad y de la difícil relación entre arte y mujer con este equipo formado por Alicia Parras, Silvia Perez y las responsables de la galería madrileña Espacio Ananas, Ana Alcocer y Adriana Cereijo.

 

¿Cómo surgió la idea de llevar esta segunda edición de “We don`t care anymore” hasta Los Ángeles?

Con la primera edición fuimos conscientes del potencial e interés que esta iniciativa levantaba, y no dudamos en salir a buscar posibles colaboraciones con otros espacios y galerías. Así es como entramos en contacto con la galería Junior High de Los Ángeles, muy afín a nuestros gustos y posicionamiento ante el arte femenino.

Por otro lado también comenzamos a buscar financiación para poder realizar nuestros planes de expandir “We don’t care anymore”, que podemos decir que hoy son una realidad gracias al Injuve.

 

Obras de Ahida Agirre.

 

El “arte” sin una reivindicación detrás, ¿es arte?¿qué mensaje queréis lanzar con esta muestra?

Buena pregunta. El mero disfrute estético de una obra de arte es un placer, y como tal, seamos felices disfrutándolo. Lo que nosotras defendemos está fuera de un debate sobre lo estético y lo reivindicativo, lo humano y lo divino. Nuestro mensaje se centra en unir el arte femenino para apoyarnos unas a otras. Y mientras tanto, nos divertimos, claro.

¿Cómo está resultando esta aventura hacia el oeste?

Ahora mismo… ¡liadísima con tantas maletas! (risas). Hablando un poco más en serio, todo está resultando una experiencia fantástica. Retomar el proyecto, reunirnos y volver a contactar con todas las artistas, que son las verdaderas protagonistas y las que merecen todo el crédito, no hay que olvidarlo, es fantástico. Estamos muy emocionadas.

¿Cuántas artistas participarán finalmente?

Esta vez serán un total de 20 artistas, a las que queremos agradecer su participación, apoyo y compromiso con el proyecto.

¿Qué habéis tenido en cuenta a la hora de seleccionar tanto a las obras, como a las artistas que participan de la exposición?

Nos llaman la atención aquellas artistas que trabajan temas en torno a la feminidad, la adolescencia y sobre condiciones tabú tanto dentro del arte, como en el mundo en general.

También es muy interesantes lo que hacen artistas muy jóvenes que han nacido con los medios digitales como plataformas de expresión. Vemos cómo han sabido convertir las redes sociales en disciplina artística, realizando iniciativas super innovadoras en las que utilizan los medios disponibles a su alcance adaptándolos a sus propias técnicas.

 

Pañuelo diseñado por Carol Lindberg.

 

Una exposición de mujeres tratando temas sobre mujeres, ¿por qué son necesarias este tipo de muestras?

Desde nuestro punto de vista es bueno, e incluso necesario, que el público conozca que las artistas femeninas jóvenes están haciendo cosas muy interesantes y potentes.

¿Qué es lo que “ya no nos importa” (we don’t care anymore)?

Ya no importan clichés, ideas preconcebidas, patrones fijados, etiquetar a la gente por su forma de vestir, color, procedencia, por sus gustos o sus preferencias sexuales.

Todas esas maneras de pensar, de encasillar, nos parecen del pleistoceno. Ya no concuerdan con las necesidades de un mundo en constante cambio donde la mezcla es la base de la evolución hacia un mundo nuevo y mejor.

En definitiva, ya no nos importa la opinión de los demás. Somos mujeres empoderadas y vamos a comernos el mundo.

“We don´t care anymore” suena a grito de entre libertad y hartazgo, ¿una especie de “My way” con el que derribar esos estereotipos de los que hablábamos?

“We don’t care anymore” es decir alto y claro que ese “guión” escrito y diseñado por otros, y que se espera que sigamos todas y cada una de nosotras, ya ni siquiera nos cabrea. Que ya no nos preocupa tener que gritar que estamos aquí, que existimos y tenemos voz. Hay que ponerse directamente manos a la obra sin esperar aceptación o permiso. Comenzar proyectos, iniciativas y seguir a delante. Es sencillamente decir alto y claro que vamos a hacerlo te guste o no.

¿Cómo y dónde hay que decirlo?

Cuando no nos tienen en cuenta para un puesto de trabajo por ser mujer, cuando nos tratan como si fuéramos tontas, cuando somos la eterna becaria o decimos que nos gusta el color rosa. Cuando llevamos shorts, o cuando no llevamos nada. Cuando nos dan a entender que el arte es cosa de hombres, cuando es fin de mes… ¡We don’t care anymore!

 

(1) Fotografía de Alicia Parras, comisaría de la exposición. (2) Obra de Laura Carrascosa Vela.

 

Si hablamos de lo que puede y no puede asociarse al concepto de feminidad,¿Hablamos de una serie de prejuicios y maneras de actuar que la sociedad impone, o que se adoptan libremente para intentar encajar?

Diría que las dos cosas. Cuando somos pequeñas se nos dan unas pautas a la hora de comportarnos, pensar y actuar, basadas en patrones bastante machistas. Luego, durante la adolescencia, muchas intentamos encajar y no sentirnos como un bicho raro. Lo bueno es que al crecer nos vamos liberando y ya no nos importa lo que piensen de nosotras.

La escritora Virginia Woolf se aventuraba a pensar que Anónimo, quien escribiera tantos poemas sin firmarlos, fue a menudo una mujer. Con los logros de muchas mujeres todavía olvidados y ausentes de los libros de historia y de historia del arte, ¿cuál diríais que es la situación actual de la mujer-artista, mujer-creadora?

Sin duda Anónimo es una mujer. Y aún hoy sigue siendo una mujer. Con todo esto también hago referencia al mundo no occidental, donde muchas mujeres son perseguidas por expresarse libremente, y no hablemos de lo que pasa si se les ocurre tocar el tema del feminismo. Tema que por cierto tampoco está muy bien visto aquí en España, donde a menudo se equipara feminismo y nazismo hablando de “feminazis”.

En cuanto a todas esas mujeres que la historia ha olvidado, como ejemplo podríamos poner a la fotógrafa Gerda Taro. Co-creadora del mito de Robert Capa junto a Endré Friedmann, que se apropió del nombre, y quien sabe si también de su obra, tras su muerte en Brunete durante la Guerra Civil. Está demostrado que intercambiaban sus cámaras, y estamos convencidas de que ella es la autora de muchas de esas fotografías atribuidas a Robert Capa en el comienzo de la contienda.

¿Diríais que las mujeres creadoras y artistas están obteniendo por fin el reconocimiento merecido, o el “género” sigue suponiendo una barrera infranqueable?

Hay una frase que todas conocemos a la perfección, “Nosotras trabajamos el doble para conseguir la mitad”. En el mundo del arte ocurre lo mismo, y en el de la literatura y el académico. Y prácticamente en la mayoría de profesiones. En nuestro caso, nos da igual por que no nos van a desanimar, pero las trabas por ser mujer y joven están ahí, y son terribles.

 

Fotografías de Laura Vifer.

 

Elementos que se asocian con la adolescencia, la inocencia y el mundo girly forman el lenguaje de esta exposición. ¿Pensáis que se está empezando a dejar de entender lo propiamente femenino como sinónimo de debilidad?

Queda mucho trabajo por hacer, pero esperamos que sí. Lo girly no tiene por qué ser débil, ni tampoco la adolescencia. De hecho es una época de nuestras vidas fascinante en la que vamos forjando nuestros gustos y nuestro carácter. En definitiva es cuando nos definimos. En este sentido recomendamos comparar las fotografías de Nina Leen sobre los adolescentes de Saint Louis de los años cuarenta con las actuales de Petra Collins.

¿Cómo identificarse con todos esos elementos que la sociedad se empeña en asociar con lo débil, y a la vez poder continuar sintiéndonos fuertes?

Diría que la unión hace la fuerza, y eso es precisamente lo que proponemos con esta exposición.

¿Hemos pasado de la defensa de ese feminismo hipermasculino del traje pantalón gris de los 90, a este nuevo hiperfeminismo de color rosa?

La pregunta lo plantea tan bien que dan ganas de decir que sí. Hemos pasado de Sexo en Nueva York a Girls, y aquí podríamos abrir un interesante debate acerca de si Carrie o Hannah representan a su generación, cosa bastante improbable…

 

(1) Obra de Susana López. (2) Fotografía de Adriana Cereijo y Ana Alcocer, fundadoras de la galería madrileña Espacio Ananas.

 

Enfrentados durante tanto tiempo, ¿estamos entrando en una nueva etapa en la que feminismo y feminidad vuelven a caminar de la mano? ¿En un periodo de reapropiación de lo femenino?

Quizás sí. Puede que en algún momento los rasgos atribuidos histórica y socialmente a lo femenino estuviesen mal vistos o fuesen tachados de cursis. Y ojo, puedes ser feminista y que te guste el rosa, ¿por qué no? También sería interesante estudiar porqué el rosa se asocia con lo femenino…

Diría que estamos en un momento en el que se están derribando muchos tabús en torno a lo femenino, y que esto se está utilizando acertadamente por el feminismo. Un ejemplo sería la artista Maja Malos Lyse, que trabaja temas como la autoexploración sexual.

Al igual que ha ocurrido en el pasado, ¿no existe el riesgo de que esta nueva manera de entender lo femenino termine convirtiéndose en otro estereotipo excluyente?

Estamos dispuestas a correr ese riesgo. Lo importante es continuar creando mientras nos divertimos.

Parece que nos encanta como sociedad construir estereotipos y poner etiquetas, ¿Habría que entender estos estereotipos como muros que levantamos para poder derribar y que nos hacen avanzar, o como piedras en las que tropezamos una vez tras otra?

Los estereotipos son modos de pensar automáticos que construimos a base de convenciones sociales, e incluso mediáticas. Formamos parte de una sociedad occidental a la que le encanta construirlos, o al menos dejarse llevar por ellos. A veces lo único que podemos hacer es salir de esa zona de confort… expresión que odio (risas), para ver todo desde otro punto de vista y poder avanzar.

 

(1) Fotografía de Silvia Pérez, comisaría de la exposición. (2) Obra de la artista Lynnie Zulu.

 

¿Diríais que la meta está en la integración de géneros, en avanzar hacia la disolución de lo masculino y lo femenino y la creación de un marco social integrador? ¿o en todo lo contrario?¿En garantizar la existencia de espacios separados dirigidos a hombre y mujeres y donde, como en este caso, debatir y reflexionar sobre su sexualidad y sus intereses particulares como género y grupo?

Consideraríamos que un mundo evolucionado sería aquel que contara con un marco social integrador donde las condiciones para hombres, mujeres o cualquier otro genero fueran iguales.

Para que esto sea posible, y tras demostrados intentos fallidos a lo largo de la historia, puede ser un error pensar y esperar que sea el mundo masculino el que tenga que hacer un cambio de mentalidad, que nos entienda y nos acepte, nos tienda la mano o nos iguale los sueldos. Pensar que es el otro el que ha de cambiar. Creemos que una actitud que nos puede hacer avanzar más hacia esa integración de la que hablábamos puede ser lo contrario. Que seamos todas y cada una de nosotras las que tomemos conciencia y actitud y continuemos haciendo cosas sin importarnos el qué dirán… De esa actitud nace nuestro “We don’t care anymore”, y creemos que puede ser una buena alternativa, después de todo no nos ha ido nada mal… ¡Nos vamos a Los Angeles! (risas).

Siguiendo con ese ímpetu, ¿a quién le gritaríais “We don´t care anymore”?

Al hombre que empujó a Katherine Switzer en el maratón de Boston de 1967. Y también a Trump, a Pablo Motos (¡basta ya!), a Angela Merkel, a Gibraltar, a Carrie Bradshaw, a el Real Madrid, a la gente negativa, a Bertín Osborne, a WhatsApp, a Facebook, a Instagram…

 

 

We don’t care anymore

Galería Junior High

Hollywood Blvd, Los Ángeles · California

Inauguración, 28 de abril de 2017

 

Organizan

Espacio Ananas (Ana Alcocer y Adriana Cereijo), Alicia Parras y Silvia Pérez.

 

Participan

Ahida Agirre, Alba Yruela, Bubblegum Roots, Carol Lindberg, Helena Exquis, Inés Cardó, Laura Carrascosa Vela, Laura Vifer, Lynnie Zulu, Mercedes Bellido, Miriam Marlene Waldner, Ms Nina, Mirena Ossorno, Ombligo, Paloma Mariné, Rocío Madrid, Susana López, Unamesacamilla, Yoko Honda y Zazi White.