Agnès Varda: 7 perspectivas sobre la vida y el arte

28 / 06 / 2024
POR Marisa Fatás

La exposición ‘Agnès Varda: Fotografiar, filmar, reciclar’en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) celebra la obra de una de las cineastas más innovadoras y comprometidas del siglo XX. Para entender mejor su legado, en #VEINDIGITAL exploramos algunas claves esenciales sobre su manera de entender la vida, el cine y el arte contemporáneo.

«Tengo curiosidad. Punto. Todo me parece interesante. La vida real. La vida falsa. Los objetos. Flores. Los gatos. Pero sobre todo personas. Si mantienes los ojos y la mente abiertos, todo puede ser interesante», Agnès Varda

 

Agnès Varda (Bruselas, 1928 – París, 2019), pionera de la Nouvelle Vague, fue una cineasta que rompió barreras. Su deseo incansable de experimentar le llevó a desafiar las convenciones narrativas y visuales de la industria del cine a través de su profunda conexión con los temas sociales y políticos de su tiempo, y su constante reinvención a través, también, de la fotografía o la instalación artística.

La exposición ‘Agnès Varda: Fotografiar, filmar, reciclar’, abierta al público del 18 de julio al 8 de diciembre de 2024 en el CCCB, examina su carrera a través de una colección de películas, fotografías y otras obras de arte que pone de relieve su talento para explorar y jugar con diferentes formas artísticas y que también profundiza en su vida, mostrando su gran esfuerzo por hacer cine con recursos limitados y su búsqueda de reconocimiento.

Además, en el contexto de la muestra se inaugurará el «Laboratorio Varda», un espacio interactivo que permite a los visitantes sumergirse en el mundo creativo de la autora. También la Filmoteca de Catalunya presentará un ciclo de proyecciones de algunas de sus películas: ‘La Pointe Courte’ (1954), ‘Cléo de 5 à 7’ (1962), ‘Sans toit ni loi’ (1985), ‘Les Glaneurs et la Glaneuse’ (2000) y ‘Visages Villages’ (2017).

Para entender mejor el legado de Agnès Varda, en #VEINDIGITAL exploramos algunas claves esenciales sobre su manera de entender la vida, el cine y el arte contemporáneo.

 

Pionera de la Nouvelle Vague

Junto a figuras como Jean-Luc Godard y François Truffaut, Agnès Varda fue una de las pocas mujeres directoras en la vanguardia del movimiento cinematográfico de la Nouvelle Vague. En su primer largometraje, ‘La Pointe Courte’ (1955) ya mostró su capacidad para romper normas mediante la exploración de temas íntimos y profundos, y el empleo de técnicas innovadoras, como la mezcla de actores profesionales y no profesionales, la combinación de documental y ficción, así como un estilo narrativo no lineal con tomas largas y ángulos inusuales.

Fotógrafa antes que cineasta

Antes de adentrarse en el cine, Varda fue fotógrafa y retratista. Esta experiencia inicial influyó posteriormente en su estilo visual y narrativo, lo que dotó de una sensibilidad particular a sus películas. Sus primeros trabajos fotográficos se centraron en la vida cotidiana y las pequeñas historias que ocurren en los márgenes de la sociedad. Este enfoque se trasladó a su cine, donde cada fotograma está cuidadosamente compuesto, y la atención al detalle visual es evidente. Su experiencia como fotógrafa también le permitió experimentar con la luz y la composición de maneras innovadoras para la época.

Maestra de la cine-escritura

Varda introdujo el término «cinécriture» para describir su enfoque hacia el cine, donde el guión, la dirección y la edición se entrelazan de manera inseparable, creando una obra cohesionada y única. La directora veía el cine como una forma de escritura con imágenes en movimiento, donde cada decisión creativa desde la preproducción hasta el montaje final forma parte de un todo unificado. Este concepto de «cine-escritura» se puede ver claramente en películas como ‘Cléo de 5 à 7’ (1962), donde la estructura narrativa y la estética visual trabajan juntas para explorar temas de identidad y mortalidad.

Exploradora de la marginalidad

A lo largo de su carrera, Varda se dedicó a representar y dignificar a personas anónimas y marginales. En películas como ‘Sans toit ni loi’ (1985), que cuenta la historia de una joven vagabunda que muere sola en una zanja, y ‘Les Glaneurs et la Glaneuse’ (2000), que sigue a personas que recogen alimentos y objetos desechados, compartió una mirada empática y crítica a través de historias destacan la humanidad y dignidad de aquellos que normalmente son ignorados por la sociedad y el cine convencional.

Compromiso social y político

Varda fue una figura clave en la efervescencia social y política de su tiempo, involucrándose activamente en movimientos como el feminismo, el movimiento hippie y la lucha de los Black Panthers. Por ejemplo, en ‘Black Panthers’ (1968), Varda documentó el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, capturando momentos cruciales de la lucha de los afroamericanos por la igualdad. Su película ‘L’une chante, l’autre pas’ (1977) es un manifiesto feminista que sigue la vida de dos mujeres durante la lucha por la legalización del aborto en Francia.

Cine con pocos recursos

Su capacidad para hacer cine con recursos limitados demuestra su ingenio y pasión por la narración visual. Películas como ‘Daguerréotypes’ (1975), un documental sobre las tiendas y residentes de la rue Daguerre en París, muestran cómo Varda podía crear obras significativas y emotivas con presupuestos mínimos. Su enfoque DIY (hazlo tú mismo) y su habilidad para encontrar belleza y significado en lo cotidiano le permitieron producir películas que son tanto artísticas como accesibles.

Amor por los gatos

Varda no solo los incluyó en sus obras, sino que también compartió su vida diaria con ellos. Su amor por los gatos se manifiesta en ‘Le Lion Volatil’ (2003), un cortometraje lleno de encanto, donde aparecen como elementos mágicos que conectan la realidad con la fantasía. También en su cortometraje ‘Homage to Zgougou the Cat’ (2002), una obra que celebra la vida de su querido gato Zgougou.

‘Agnès Varda: Fotografiar, filmar, reciclar’ estará abierta al público del 18 de julio al 8 de diciembre de 2024 en el CCCB.