Las joyas de ‘Papiroga’ que han conquistado Japón

14 / 03 / 2018
POR Beatriz Hernández

De la conexión entre el plexiglás, el oro y el trabajo manual nacen las reconocibles piezas de esta firma ‘Made in Spain’. Hablamos con sus creadores, Estefanía, Daniel y Leire.

 

 
Con la intención de cimentar sus diseños a base de autenticidad y distinción surge Papiroga. Estas creaciones, para nada convencionales, exploran todo tipo de materiales y brotan de aquello que hace vibrar a sus fundadores. Literatura canadiense y argentina o la rompedora danza del ideólogo de La Bauhaus, Oskar Schlemmer, sirven como punto de partida para pendientes y collares que por primera vez, con la colección ‘Ballet Triádico’, abandonan las líneas puras para adquirir formas orgánicas. Detrás del halo de originalidad de los accesorios de Papiroga, hay un proceso de producción 100% manual que vuelve a la tradición del lápiz y papel, para hacer crecer al producto en torno a la calidad y el diseño. Esos dos sellos de distinción se han convertido en las bazas con las que la firma triunfa desde el 2011 en el mercado internacional. Especialmente en el japonés, las piezas de Papiroga han experimentado una acogida que se mantiene viva gracias a la especial relación con las joyas que proponen desde la marca. El equipo de la firma habla de ella para #VEINDIGITAL y nos cuentan más detalles de estos complementos atemporales, que aspiran a cambiar nuestro estado de ánimo.
 

¿De dónde nace la idea de crear Papiroga?, ¿Por qué una firma de joyas?

Nace de la necesidad de cada uno de nosotros, con nuestros distintos perfiles, de crear algo distinto y más auténtico de lo que veíamos a nuestro alrededor, mejorando procesos y agregando valores que echábamos en falta. Fue una firma de joyas como podía haber sido cualquier otra cosa: nos gusta el diseño y queríamos construir algo diferencial. Buscábamos cambiar la forma en que vivimos la moda y provocar una emoción única, real, alrededor de cada pieza.
 


 

¿Cuál es la clave del éxito de Papiroga en Japón?, ¿Qué busca el cliente nipón en vuestras complementos?

Hemos encajado muy bien en el mercado asiático y especialmente en el japonés por las líneas puras de nuestros diseños. Son piezas sencillas pero contundentes. Como en general visten con líneas rectas, volúmenes y formas limpias, nuestros accesorios suponen un complemento perfecto a su estética. La calidad de las piezas también es algo crucial para un mercado tan exigente como el japonés, y desde el primer momento ese fue un punto a nuestro favor, especialmente por el mimo y cuidado que ponemos en cada detalle.
 

¿Cómo surgió vuestra aventura allí?, ¿Fueron fáciles los primeros pasos en Japón?

Desde el principio apostamos por la internacionalización de la marca acudiendo a ferias en NY, Los Angeles, São Paulo y París. Y fue en esta última ciudad donde encontramos a nuestros actuales compradores japoneses. No podemos decir que fuera difícil la entrada pues el producto les enamoró desde el primer momento, pero es mucho trabajo mantener un mercado tan exigente, lo que nos ayuda también a estar en constante revisión y mejora de nuestros procesos.
 


 


 


 

¿Cuál es vuestro producto estrella allí?

Los pendientes están muy de moda, aunque aceptan y valoran extraordinariamente bien todas las locuras que proponemos. ¡Actualmente nuestros DOTS y HANGS son la estrella!
 

¿Cómo es el proceso de producción de vuestras joyas?

En los últimos tiempos nos hemos centrado en un material que se llama plexiglás, un tipo de acrílico sin PVC. Primero diseñamos nuestras piezas al modo más tradicional posible, con papel y lápiz; luego, volcamos y pulimos los bocetos a ordenador para más tarde preparar las formas finales en un programa propio de corte a láser. Finalmente, cortamos todas las piezas y las ensamblamos una a una en un proceso 100% manual.
 


 

¿En qué se inspiran vuestros diseños?

La inspiración puede venir de cualquier parte, realmente es una excusa para crear. No sabes ni cómo ni cuándo pero llega un día en que algo te llama la atención más de la cuenta y te impulsa a convertirlo en una colección de piezas. Un par de inviernos atrás nos basamos en un libro maravilloso: Oso, de Marian Engel, una autora canadiense; el verano pasado en un loco genial argentino, coetáneo de Borges, llamado Xul Solar. Este último invierno nos hemos inspirado en un ballet que vimos en el Bolshoi y que nos fascinó: La Bayadère. Y para esta Primavera/Verano ¡el tema nos tiene locos! Es un alucinante ballet que surgió como contra-danza bajo la dirección del ideólogo de la Bauhaus Oskar Schlemmer.
 


 

Esta Primavera 2018 habéis abandonado la geometría pura por primera vez y apostado por las formas orgánicas ¿Cómo definiríais esta nueva colección?

Para nosotros esta nueva colección es muy especial: es la primera vez que abandonamos la geometría pura para adentrarnos en las formas orgánicas. Este cambio lo hemos hecho para transmitir movimiento. El tema, El Ballet Triádico, es un estudio del movimiento y una simplificación de las formas del cuerpo que hemos bidimensionalizado en nuestros accesorios para plasmar, a través de las curvas, estas mismas formas descontextualizadas.
 

¿Qué queda por hacer en Papiroga?

¡Todo! Eso es lo más maravilloso, que sentimos siempre que estamos sólo al principio. Nos emocionamos cada día con nuevas ideas y ¡nos falta tiempo para ejecutarlas!
 

www.papiroga.com