Hablamos con la diseñadora Anastasia Padalka, ganadora del International Young Designers Contest 2019 celebrado en Kiev
A inicios de Julio, volvímos a Kiev invitados por la Ukranian Fashion Week para participar por segundo año, como parte del jurado del International Young Designers Contest, uno de los eventos más importantes vinculados a la moda en Europa del Este. Es algo así como un Eurovisión de la moda. 17 participantes de 10 países diferentes, fueron elegidos a través de otros concursos en sus propios países. Todos ellos son invitados a desfilar en la capital de Ucrania y en juego, un premio en metálico de $5000 y la inscripción gratuita en un curso dentro de los programas de IED-Istituto Europeo di Design. Todos los participantes, comparten hotel y experiencia lejos de sus casas, creando vínculos muy intensos entre ellos, y de ahí también surgen colaboraciones y conexiones de todo tipo.
Este año, los paises participantes fueron Georgia, Letonia, Moldovia, Polonia, Rumania, Eslovaquia, Hungría, Ucrania y la República Checa. Y en el jurado, el periodísta Phillippe Pourhasehmi que además de ser Fashion Coach colabora con medios como ASVOF o Fucking Young. El japonés Yu Masui que forma parte del reclutamiento del LVMH Prize, Liana Satenstein de Vogue.com, el estilista Riccardo Terzo de Vogue Italia y también como parte de Vogue Talents, Giovanni Ottonello, director creativo de IED–Istituto Europeo di Design, Adriano Batista como editor jefe de Fucking Young! y yo, Edu García, como fundador de Fucking Young! y director de VEIN Magazine. 😉
Después de dos días encerrados en un hotel con entrevistas personales con cada diseñador, en la que nos podían explicar la inspiración y características de su colección, su historia, sus proyectos de futuro, su compromíso con la sostenibilidad y su forma de ver la moda, llegó el día del desfile, donde realmente se decide todo, porque aunque después de hacer las entrevistas, tengas un favorito, al ver la ropa sobre los modelos, todo puede dar un giro. Este año, lo teníamos claro y la pasarela no hizo que cambiáramos de opinión. La ganadora, Anastasia Padalka nos conquistó desde el principio. Su colección rápidamente la imaginamos vistiendo a celebridades sobre un escenario (como ya había hecho con algún artista local). A esto le sumamos una historia dramática detrás del concepto que hizo que se nos volcara el corazón y que comprendiéramos todo lo que Anastasia estaba revindicando con estos looks.
Anastasia basó el concepto en una experiencia personal y en los diferentes estados de ánimo que había sufrido. Tras un intento de agresión de un taxista, al salir de una fiesta, que la llevó a kilómetros de su casa, en mitad del bosque, donde indefensa tuvo que sacar un valor que no tenía, para defenderse y conseguir volver a casa tras romper el cristal del coche, descalza, con moratones, sangre y la ropa rasgada. Un momento traumático, en el que primero se sintió victima y más tarde, también se sintió agresora.
Dejando atrás el dramático acontecimiento, en todo momento ella fue una gran comunicadora, reivindicando que la sociedad tenía que cambiar. Nos la imaginamos desenvolviéndose sin problemas, tanto con prensa, como con clientes o con proveedores. La experiencia también es un grado, y aunque Anastasia no tenía estudios de diseño, se había rodeado de un pequeño equipo que podía construir sus prendas, aunque ella participaba activamente en toda la parte artesanal. Anastasia proviene del mundo audiovisual, aunque lleva unos años haciendo proyectos con moda, porque es una disciplina en la que se siente libre y menos juzgada que en el arte.
Unos días más tarde, con el premio ya asimilado, volvímos a hablar con ella.
Anastasia, hablanos de tí pero sin mencionar el mundo de la moda. ¿Quién eres?
Desde muy niña estudié violín y música clásica, así que cuando tenía 9 años ya sabía que lo que quería, es ser música. Mi segundo plan era ser física. Y conforme iba creciendo, me di cuenta que lo que quería era ser artista, crear conceptos y sentidos, provocar un movimiento social. He trabajado en producción de sonido, composición, como ingeniera de sonido, realización de películas y otras tareas del audiovisual.
Hay que destacar que justo ha ganado el premio alguien que no tiene estudios de moda. Que estés fuera del mundillo ha hecho que consigas transmitirnos algo fresco. ¿Cuál ha sido tu primer contacto con la moda a un nivel un poco más profesional?
A fines del verano de 2013, vi un anuncio sobre la búsqueda de nuevas colecciones de jóvenes diseñadores para una semana de moda local. En ese momento vivía en Leópolis (L’viv) y empezaba a descubrir por mi cuenta los diseños de Cristóbal Balenciaga, que me enseñaban que la moda no se trata solo de los vestidos y de cómo verse bien. Sabíamuy poco sobre costura en ese momento, así que decidí probar y trabajar en una primera colección, totalmente blanca, con mezclas de diferentes texturas. No tenía suficiente dinero para producir una colección completa, pero empecé a producir algunas prendas para amigos.
¿Cómo ha sido el camino hasta llegar al IYDC?
El último año y medio estuve en mi ciudad natal y lo pasé muy mal. En febrero de este año, vi un anuncio de convocatoria abierta para el concurso de Ucrania para jóvenes diseñadores bajo el lema «Mira hacia el futuro». Solo faltaba una semana para la fecha límite, pero pensé «qué puedo perder, si no tengo nada». No estaba segura de si me aceptarían como diseñadora de moda, porque no tuve una educación profesional. El último día de la fecha límite tomé el tren a Kiev con mis bocetos y los llevé a la oficina de la Ukranian Fashion Week. Al mes, recibí una llamada que me contaba que mi colección fue elegida para mostrarla en la semifinal. Así que empecé a trabjajar ahí. El jurado de la semifinal que Artem Klimchuk, Ivan Frolov y la directora de la Ukranian Fashion Week, Iryna Danylevska eligieron personalmente mi colección para participar en la gran final. No creía que pudiera ser cierto. A partir de ahí tuve dos meses para preparar los looks finales con los consejos de Frolov, que fue muy amable, escuchó mi historia y mis ideas y dió respuestas a preguntas difíciles. Recuerdo cuando tomó un trozo de organza con puntas bordadas a mano y se lo puso en la cara y me preguntó, ¿por qué no usarlo como máscara, en lugar de cuello alto? En ese momento vi el rostro de una bestia a la que le brotaban sangre de los ojos (con los bordados rojos). Y ahí me di cuenta de que no tenía tiempo para terminarlo todo, porque tenía muchos elementos bordados a mano y mis conocimientos de costura son aún muy limitados. Tuve ayuda de dos chicas y de mi madre, pero durante dos semanas sólo dormí alrededor de 3 horas al día, perdí un montón de peso y me ví muy desmejorada. Tanto que no me reconozco en las fotos del concurso, me sorprendió porque no era una chica de 24 años, aparentaba de repente 40. Incluso el día de la final todavía tenía que coser algunos detalles, y otros diseñadores lo vieron y vinieron a ayudarme. Fue un momento que nunca olvidaré, porque todos mis estereotipos anteriores sobre la moda, como un mundo muy snob, con gente bebiendo copas de champagne, se me vinieron abajo…
¿Qué significa para ti ser diseñadora de moda hoy?
Creo que en este momento en el que vivimos tan rápido, ser diseñador implica animar a la sociedad, procesar toneladas de información y aún así, intentar no perder tu propia visión. Significa tener que investigar si alguien ha hecho tu idea antes que tú. Estamos en una etapa de lo «metamoderno», lo que significa que cada concepto, idea o producto ya se ha hecho antes. Por lo tanto, es imposible ser el primero y el original. Incluso puede que tus conceptos estén plagados de referencias que ni conoces, pero que ya existen y están en tu subconsciente de alguna forma.
¿Qué has descubierto que no sabías sobre ti después de este concurso?
Primero he entendido que no es posible hacer que todo sea ideal, ni es posible hacerlo todo perfecto. A menudo salen errores y eso está bien. El concurso me confirma que ahora soy una diseñadora de moda de forma oficial, y no solo una persona intentándolo. El concurso también me ha enseñado que las personas del mundo de la moda y la sociedad en general tienen más empatía de la que yo imaginaba y que son capaces de hacer preguntas difíciles y escuchar historias dolorosas. ¡¡¡También he aprendido que no puedo dejar de dormir más de cinco días!!! En general, IYDC es una experiencia que cambia la vida.
¿Cómo planeas invertir tu premio?
Quiero crear una colección más amplia y presentarla esta temporada en la Ukranian Fashion Week. Usar el dinero para la marca y la estrategia y conseguir presentar mi marca @Q–conceptual–clothing con una perspeciva prospectiva y conceptual, que refleje problemas morales y sociales. Po otro lado, está la beca del Istituto Europeo di Design, que es una gran oportunidad para obtener más información sobre la industria de la moda y abrir puertas que nunca antes había tocado.
Imágenes cortesía de IYDC y Ukranian Fashion Week