Desde la veneración al Satisfyer, hasta el enfrentamiento protagonizado por el partido político Ciudadanos y un grupo de manifestantes. El pasado domingo 8 de marzo, cientos de miles de mujeres salieron a la calle para reivindicar sus derechos y recordar a las que ya no están.
Manifestación del 8M en Madrid / Fotografía: Dani Duch
Este 8 de marzo, millones de mujeres de todo el mundo salieron a la calle a defender sus derechos y libertades y a reivindicar una igualdad real de una vez por todas. El Día Internacional de la Mujer, declarado por la Organización de Naciones Unidas en 1975 para conmemorar la lucha de la mujer por su participación en la sociedad, así como exigir su completa emancipación y su desarrollo íntegro como personas de pleno derecho, volvió a congregar a jóvenes, adultos y ancianos en todos y cada uno de los puntos de la geografía española.
Y es que, aunque en el último siglo hemos asistido a algunos destacados avances en lo que a progreso se refiere, como el notable aumento de las tasas de alfabetización de las mujeres africanas o el ligero repunte de la representación femenina en los organismos políticos internacionales, aún queda mucho camino por recorrer. Techos de cristal por destruir, violaciones y malos tratos que exterminar y desigualdades en el ámbito laboral que aniquilar son tan solo algunas de las muestras más evidentes de que esta lucha no ha hecho más que empezar. Analizamos el transcurso de la manifestación del 8-M en los distintos puntos de la geografía española.
Fotografía: Víctor J. Blanco / Gtres
DATOS DE ASISTENCIA
El temor a una menor participación, motivada por el miedo al coronavirus y la división protagonizada por distintos movimientos internos dentro del feminismo acerca del colectivo transexual, venía comentándose desde hacía días. Sin embargo, y pese a que la participación ha decrecido respecto a los dos últimos años, la alarma social en torno a la propagación del COVID-19 y los conflictos intraorganizacionales de determinados colectivos no han impedido que cientos de miles de mujeres marchasen por las principales avenidas de nuestro país. La manifestación de Madrid, la más multitudinaria en términos de participación, aglutinó a más de 120.000 asistentes, de acuerdo con los datos arrojados por la Delegación del Gobierno. Más de 50.000 personas salieron a las calles en Barcelona, al igual que en la convocatoria bilbaína; menos de la mitad de los asistentes cifrados en 2019. En Sevilla sí se pudo advertir un notable descenso en la participación ciudadana: 16.000 personas, frente a las 50.000 que se congregaron el año pasado.
Manifestación en Madrid. Fotografía: Pierre Philippe Marcou / Getty Images
CIUDADANOS PROTAGONIZA UN SONADO ALTERCADO
Si bien todos los grandes partidos políticos decidieron sumarse a la marcha de Madrid (excepto el partido de ultraderecha Vox, quien declaró públicamente no sentirse representado por el manifiesto consensuado por los colectivos participantes al representar éste “el día del odio al hombre”), los escándalos y roces de tinte ideológico no han pasado desadvertidos. Al grito de “fuera, fascistas, de nuestros barrios», los representantes de Ciudadanos, liderados por la vicealcaldesa Begoña Villacís, fueron expulsados de la manifestación de la capital, después de que la policía les recomendase abandonar el acto. Ciudadanos, quien pactó con Vox en Murcia en julio de 2019 y recibió el apoyo del partido de ultraderecha en la conformación del gobierno de Madrid, respondió tajantemente a lo que consideraron “un lamentable intenso de agresión”. “Eso no era feminismo, era sectarismo. Si alguien cree que el feminismo es solo de la izquierda, está muy equivocado” enunciaron desde la formación naranja.
Fotografía: Óscar del Pozo / Getty Images
PANCARTAS Y CONSIGNAS
El 8 de marzo siempre nos deja lemas y consignas sumamente originales y curiosas. Desde pancartas de cartón con brochazos manuales hasta carteles de enormes dimensiones con mensajes altamente estudiados, creados con el propósito de sorprender e invitar a la reflexión. “94 años…aquí sigo. Por vosotras no me rindo!” se podía leer en el rótulo que sostenía una mujer anciana en la marcha celebrada en Madrid; un ejemplo más que evidente de que es necesario continuar reclamando los derechos conseguidos, a la vez que se persiguen los que aún quedan por alcanzar. “Sigo flipando por tener que protestar por esta puta mierda”, “Somos más fuertes que un Nokia 3310” o “No me llamo ‘guapa’” fueron algunos otros mensajes que pudimos leer en una manifestación en la que el ingenio estuvo al mismo nivel que la reivindicación.
Manifestación en Barcelona. Fotografía: Joan Valls / Gtres
‘SATISFYER’, LA REVOLUCIÓN DEL 2020
El juguete sexual Satisfyer, convertido en fenómeno viral en los últimos meses, también ha cobrado especial protagonismo en la manifestación del Día de la Mujer 2020. El aparato, que ha contribuido a iniciar un cambio de paradigma a la vez que ha servido para visibilizar y compartir el placer sexual femenino, cubierto hasta ahora de un halo de prejuicios y tabúes, ha inspirado pancartas, lemas y ha llegado a acuñar nuevos conceptos como ‘la brecha orgásmica’: la diferencia que hay entre hombres y mujeres en el número de orgasmos en las relaciones heterosexuales, siendo el de ellos mucho mayor. Y es que, al igual que la sociedad en su conjunto, la percepción más aceptada del sexo y las relaciones íntimas también se estructura en torno a un esqueleto patriarcal de corte machista. “Mi satisfayer y yo no necesitamos a nadie”, “Te diría que eres un coñazo pero te falta calidez y profundidad” o “No a la brecha orgásmica” fueron algunos de los eslóganes que marcharon por el centro de la capital.
Manifestación 8M en Madrid. Fotografía: Rodrigo Jiménez / EFE
MUJERES TRANSEXUALES
Al igual que en todos los movimientos sociales que se conocen, en el feminismo también encontramos discrepancias y escisiones entre sus diferentes componentes. Si bien todas las personas declaradas feministas persiguen la igualdad real entre hombre y mujer, la concepción de las mujeres transexuales dentro del movimiento suscita un acalorado debate interno. Por un lado, encontramos a las TERF («Trans-Exclusionary Radical Feminist»), quienes apoyan que el género es una construcción social que nace del patriarcado, por lo que únicamente han sido víctimas de la desigualdad por el hecho de ser mujer aquellas personas que han nacido como tal. Por otro lado y en contraposición con la escisión excluyente, la gran parte del movimiento feminista defiende la inclusión y el reconocimiento de la condición de pleno derecho a las mujeres transexuales. Esta disputa, intensificada en los últimos días, ha motivado el resurgimiento de emblemas y cánticos a favor de la transexualidad y su aceptación social, como “Hermanas trans, gracias. Sin vosotras no habría feminismo” o “Trans sisters are still sisters”.
Fotografía: Óscar del Pozo / Getty Images
CORONAVIRUS
Además de provocar un descenso en la participación respecto a convocatorias anteriores, el COVID-19 que amenaza a medio mundo ha estado más presente que nunca en las manifestaciones celebradas en todos los puntos de la geografía nacional. Juegos de palabras, frases cargadas de ironía y sarcasmo y mensajes de denuncia han servido a los manifestantes para cargar contra la alarma social que incendia la televisión y la prensa, exigiendo poner el foco de atención en las víctimas por violencia de género en lugar de en un virus cuyos efectos se asemejan a los de una gripe común. “Alerta internacional: Machitovirus” o “Mi corona, tus virus” son tan solo algunas de las consignas que hemos podido leer en las distintas movilizaciones.
