Ancestralidad, tradición y raíces en el poemario de Andrea Sofía Crespo Madrid
‘Ayes del destierro’ (Libero Editorial, 2021), poemario de Andrea Sofía Crespo Madrid es un recuerdo de lo que era propio pero ya no nos pertenece. Así, figuras de ancestralidad y familia constituyen hilos conductores que vinculan los poemas con sus lectorxs, los conectan. La renuncia, el destierro, la pertenencia, el arraigamiento y sus opuestos crean redundancias de sentido que hacen al conjunto comprensible, que confieren a las palabras su poder.
Las citas, desde el título del poemario hasta las que introducen los poemas pasando por aquellas que se rebaten y discuten en el propio cuerpo del texto, hacen a la obra de Andrea Sofía una muy consciente de su carácter intertextual, complejo, inserto en una tradición con la que se comunica directamente. La autora salta entre la prosa poética, el verso y las notas sueltas con soltura, sin renunciar a un lenguaje marcadamente metafórico, analógico, poético. Os dejamos una selección de cinco de sus piezas para que podáis degustarlo vosotras mismas:
I.
Yo pertenecía a una casta de mujeres dolidas, seducidas por el musgo y las voces del estruendo.
En nuestra sangre corría la enfermedad del olvido y aprendíamos a tejer en el aire, aunque para nadie. Todas sabían el significado de partir y de partirse, desde adentro. Todas atesoraban pequeñas cucarachas en los rincones.
Pero mi raza era de distinto linaje. Sabíamos hablar una lengua sin huesos. Yo concebía el amor dentro de las cavernas, entre la humedad y el silbido.
Yo no podía partirme. Entonces ya no pertenecía y ninguna mujer me pertenecía. Tuve que abandonarlas a todas.
IV.
Poco puede decirse ya del primer silencio. Nos pertenece a todos: venimos de su larga noche líquida.
No hay regreso posible.
LAPELIPOSA
Nunca me esquerecerei que no meio do caminho
tinha uma pedra
tinha uma pedra do meio do caminho
no meio do caminho tinha uma pedra.
Carlos Drummond de Andrade
Algún día voy a ver la Catedral por última vez
y eso me pone muy triste
vibrará en el roce de tus hombros
de óleo naranja y verde
Diré adiós
a la posibilidad de señalar un hogar con el dedo/
[a los más míos vértices de luz
por cada codo cada pie habrá un latido
recogido ya en la gramática de nuestros cuerpos.
Fue aquí donde lo supe:
la carne siempre ha sido triste,
existe más allá del cansancio
y no hemos aprendido a llorarla.
LOS TRABAJOS EN NEGRO Y LOS DÍAS
La luz atiende el llamado
de la forma despierta
me digo para empujar los pasos
cepillar los dientes
atravesar la puerta/inalcanzable
entonces escribo este poema
interrumpo los calendarios
resisto a las horas
renuncio a la muerte
acaso vivir sea una conquista
del hábito.
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COVENTO DO CARMO
Juguemos a ser
tímidas arqueólogas del desastre:
se ha impuesto la religión del cielo
ha triunfado la luz hacia los siglos
(acaso la única tiranía a la que nos entregamos)
han desaparecido las súplicas
de Santa Teresa y de Sor Juana
el llanto la furia la renuncia
ya nadie firma con sangre, a minha menina
podemos escribir y admitir en paz
nuestro sueño primigenio.
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