ESPACIO NUEVO

Bomber de DESIGUAL X MARIA ESCOTÉ, vestido MOISÉS NIETO y gafas de GIVENCHY

Colgante tribal OROJONDO

Uno siempre se imagina los estudios de los artistas como lugares destartalados, con más parecido a un palomar que a una oficina de Sillicon Valley, pero aprovecharé para compartir una dato que alguna vez he oído e igual todos tenemos que tener presentes en nuestra vida sea cierto o no:

Se dice que Francis Bacon pintaba en un estudio impoluto y lo que vemos en Google era la fachada, el triple sobre la bocina que se tiraba para engrandecer su figura.

Le salió bien, a él.

Trabajar en un sitio destartalado puede ser una experiencia mucho menos enriquecedora de lo que pensamos, es igual si es en tu casa, en un piso compartido con tu ordenador al lado de la cama o si compartes oficina, coworking y lo que quieras. Una llamada para conocer otro punto de vista me cuenta algo bastante terrenal. “Hay días que está todo muy limpio y otros que limpio para que a los 10 minutos esté todo igual, pero una vez a la semana tengo que sacar un rato para ordenar mi estudio, a veces puedo crear y otras no si está todo desordenado”.

Si nos ponemos a googlear sobre estudios de creativos, una frase que rápidamente leo es “we wanted to keep the space as raw as possible. We call the artists workspaces “dirty studios” . Todo esto confronta con otras ramas que necesitan herramientas limpias, dile a un pintor de brocha gorda que no limpie sus rodillos y brochas, alguien que se dedique a la costura, un programador, un cocinero, necesita trabajar de forma ordenada, ese fallo es lo que puede dar un giro en el proceso creativo, pero pensemos: ¿Hasta qué punto entonces controlamos nuestra obra y en qué otro punto esa obra nos controla a nosotros?

Paro de escribir, cojo el móvil y un Reel me muestra un mono pintando un lienzo con sus manos y con sus pies. Es consciente el mono de su creación, es consciente de los colores que usa y de la alteración en el lienzo? Puede que no seamos conscientes de cómo se altera nuestro órden, y ya no cuando creamos algo que consideramos material, si no con la mera creación en nuestra cabeza y acumulación de ideas.

¿Esas ideas hacen que mute nuestra relación con el medio? ¿Son esas ideas un Feng-Shui mental que altera nuestra relación con el entorno y en este caso con nuestro espacio de trabajo?

Todo esto va con la excusa de esta editorial, las primeras fotos en mi nuevo espacio de trabajo, aún con las ganas de ver si el entorno nos transforma o somos de verdad nosotros los que transformamos el medio. Con las ganas de ver si un nuevo espacio cambia mi forma de mirar.

Créditos:
Fotografías y texto introducción de Davit Ruiz

Estilismo por María Pinto