Gender Perspective in Fashion es el tema de la quinta edición del SUSTAINABLE CHALLENGE, un proyecto que busca explorar la sostenibilidad en la moda mediante la innovación y que contará con la participación de 30 estudiantes de España, el Reino Unido y los Países bajos.
Roberte Piqueras
Esta nueva edición de Sustainable Challenge está organizada por MODA-FAD, gracias al apoyo del Design Hub y el Ayuntamiento de Barcelona, y con la colaboración de tres instituciones internacionales, Design Manchester, British Council y la Embajada de los Países Bajos. Un maratón de creación que tendrá el género, la inclusividad y la deconstrucción de los cánones cisnormativos en los cuerpos como temas principales y contará con Roberte Piqueras, Alyce Kell, Tania Marcial, Juan VG y Frank Trobok como guías. En VEIN MAGAZINE hablamos con Roberte Piqueras, comisarie de la edición, ex diseñadore de moda, educadore social e investigadore en construcción de espacios seguros con adolescentes LGTIABQ+, sobre el propósito del proyecto, las dinámicas de grupo, sostenibilidad, expresión, su visión de la industria, moda y género.
Hola Roberte! Eres le comisarie del SUSTAINABLE CHALLENGE, liderando la iniciativa de este año con la perspectiva de género como idea principal. Una de las frases de campaña de este año es WE WEAR, WE ARE. Cómo explicarías esa idea, ¿somos lo que llevamos?
El eslogan se basa en el concepto filosófico de Judith Butler donde toma de Foucault la idea de que no existe un sexo biológico y un género construido, sino que lo único que hay son cuerpos construidos culturalmente y no existe la posibilidad de sexo “natural”, porque los acercamientos al sexo siempre están mediados por la cultura y la lengua. Con esto Butler dinamita el sistema de sexo/género, ya que no habría forma de distinguir entre sexo y género; ambos serían un continuo. Por ello las prendas que llevamos, formarían parte de ese continuo performativo del ser, más allá de la categoría sexo/género.
En esta edición, el motor principal es diseñar ropa colectivamente para comprender distintas visiones del género más allá de la propia. Es una clara propuesta a la empatía, ¿no? Ponerse en otros zapatos para comprender y fomentar el respeto. ¿Cómo es tu visión sobre ello, como comisarie?
El objetivo pedagógico de la jornada se caracteriza más por experimentar en el diseño desde otro paradigma fuera del binomio sexo/género dentro de la heterocisnormatividad. No tenemos voluntad de que nadie se ponga en otros zapatos, sino, que sea el mismo grupo que se coloque desde su identidad en otros lugares que también forman parte de sus posibilidades de ser. Por eso este espacio educativo pretende que se revisen desde que lugar diseñan de manera individual, colectiva y social.
Imágenes de SUSTAINABLE CHALLENGE 2022
Esta edición está compuesta por 30 estudiantes de España, Países Bajos y el Reino Unido. Dentro del espacio de creación, ¿qué puedes compartir del proceso de dinamización de grupo y cómo conseguir ese intercambio de perspectivas?
Será muy interesante compartir las diferentes visiones de lo que significa masculinidad y feminidad justamente por su constructo social y que evidencia que no hay naturalidad o esencia en estos términos. Siempre dependen de la intersección entre momento y contexto histórico. El proceso para evidenciar estas diferencias se utilizarán dinámicas en las que les participantes se tendrán que categorizar entre diferentes categorías de privilegios/opresiones y compartir desde que punto parte cada persona. Todo eso siendo conscientes de que todes tenemos un contexto de occidentalidad moderna que nos une más allá de la identidad nacionalista.
En una de las explicaciones sobre esta edición, encuentro: ‘La perspectiva de género decolonial nos facilita romper esta mirada normativa del cuerpo cis y blanco para acercar una escucha activa hacia otras vivencias fuera de ese marco construido socialmente’. Colonialismo, cisnormatividad y extenuación de recursos planeta suelen ir de la mano o ser consecuencias en cadena. ¿Cuál es tu visión respecto a la frase en sí y a los asuntos en cuestión?
Mi visión es precisamente esto, ser conscientes de que estructuras identitarias asignadas antes de nacer, perpetúan relaciones de desigualdad social. Decir que este proyecto es anticolonial, es demasiado ambicioso, pero si la relación con nuestro ser en relación con lo social se transforma, esto también tiene un efecto hacia la mirada de cómo se relaciona con otras vidas y el mundo no humano, siempre desde una visión blanca y nórdica que nos empuja a ese progresismo imperialista que sitúa cuerpos en diferentes categorías de opresión/privilegio con el único objetivo de almacenar recursos y generar beneficios económicos para una pequeña parte de la población. Por ello en breves, deberíamos estar hablando de como activar el decrecimiento.
Empezaste tu carrera como diseñadore de moda, pero en 2014 comenzaste a cuestionar cosas y te redireccionaste hacia la educación social. ¿Qué fue lo que te impulsó a ese cambio? ¿Cómo te sentías?
Nací en la mitad de los 80 en el extrarradio de Barcelona y mis valores se asentaron hacia objetivos neoliberales de producción y éxito como marica viviendo en urbes hiperpobladas renegando de mis orígenes como persona charnega. Una vez me encontré que había alcanzado ese “éxito” soñado y vivir de mi marca, me sentía sole y mis valores habían cambiado, ya que el 15-M vivido desde Londres y el entorno politizado/activista que había encontrado en la ciudad, para mí fue un gran impacto. Esto hizo que cada vez encajara menos y me sintiera peor en el formato mainstream de la cadena de producción de la moda y mucho menos del High Fashion.
Imágenes de archivo Roberte Piqueras 2012-2013
Ahora eres educadore social y especializade en coordinar espacios seguros para el colectivo sobre todo en grupos adolescentes y de estudiantes, lo cual funciona genial para este proyecto. Te iba a preguntar cómo viste esa necesidad, pero creo que cualquier persona no cishetero hemos vivido de una manera u otra cómo es crecer en la hostilidad. ¿Cómo empezaste, primero, a idear el concepto, y a implantarlo después?
En principio empecé a estudiar Educación Social sólo por el contenido de las asignaturas, pero a medida que iba avanzando descubrí que se podía transformar la comunidad LGBTI+ con metodologías propias de la pedagogía social. Una vez acabé de estudiar ya empecé a impartir talleres en centros educativos de primaria y secundaria, esto me llevó a finalmente coordinar un proyecto sociocomunitario para la comunidad en Sabadell y después de hacer el máster en investigar en educación y habiendo obtenido un premio en la Universidad de Lleida con el Trabajo Final de Máster, ahora me acabo de matricular para realizar el doctorado en educación y la finalidad es mejorar justamente esos espacios hostiles cis-hetero obligatorios que se siguen perpetuando en el ámbito de la educación obligatoria.
¿Qué es lo que más te ha llamado la atención, o has aprendido, al realizar estos talleres seguros?
Que el concepto de espacio seguro, se está transformando a “Brave Spaces”, porque la seguridad desde una visión paternalista de la protección, no ayuda a la transformación ni al empoderamiento. Por ello en un espacio de estas características se debe debatir temas tabú, se tiene que poder construir sin basarse en prejuicios o estereotipos y por supuesto si hay violencia se tiene que poder hacer espacios de escucha sin invalidar como cada persona lo está viviendo.
¿Hay algo que eches de menos de esa etapa como diseñadore de moda?
La verdad que no, sigo utilizando las artes para desarrollar estos espacios “valientes” dentro de la comunidad LGBTIAQ+. A veces tienen que ver con lo textil como el SustainableChallenge y otras veces utilizamos la fotografía, el cine, el teatro, la poesía, el formato podcast, el drag King/queen o la danza… así que siento que de alguna forma he crecido en cuanto a disciplinas vinculadas al diseño.
Imágenes de SUSTAINABLE CHALLENGE 2022
¿Cuál crees que es el papel de la sostenibilidad en el contexto actual y cómo podemos concienciar e implementarla en la industria de la moda?
Como comentaba antes, el futuro es el decrecimiento y para ello hay este eslogan anticapitalista que dice: Trabajar menos, trabajar todes, producir lo necesario, redistribuirlo todo. Cosa que no se puede conseguir desde la acción individual, debe ser un ejercicio cultural y colectivo para que podamos ver sus efectos. Como la antropóloga Yayo Herrero comenta que si la economía global “no se pone las pilas” para necesitar menos energía y menos materiales, el colapso del sistema está asegurado: “otra cosa es que se pueda colapsar de formas muy diferentes”. El problema que aprecia es que “según vamos topando con los límites físicos del planeta y de la economía, los sectores que tienen poder económico y político, e incluso militar, siguen sosteniendo buenos estilos de vida, mientras que otras personas ven empeorar sus condiciones de vida y son incluso expulsadas”.
La inclusividad es obviamente extremadamente positiva. Pero hay una pregunta que siempre me ronda. ¿Cómo crees que se podría implementar la inclusividad de forma orgánica y evitar, como a veces ocurre, el tokenismo?
No hay una respuesta correcta a esta pregunta, pero si puedo comentar sobre cuando nos puede interesar la “visibilidad” como colectivo minoritario y a veces como representación política que también es compleja, porque la persona que llega a puestos de poder dentro de los diferentes colectivos, seguramente tenga una intersección más privilegiada que se adapte más al discurso hegemónico. Esto no quiere decir que tengamos que organizarnos todo al margen de lo establecido, pero si está bien identificar qué organizaciones nos “utilizan” como pinkwashing y cuáles realizan cambios estructurales en la contratación y ritmos laborales de producción que se adapten a todas las cuerpas. Por ello recomiendo organizarse al mismo tiempo desde la política no institucional, ya sea a través de redes de apoyo, organizaciones asociativas de barrio, etc.
Imágenes de SUSTAINABLE CHALLENGE 2022
¿Qué crees que pueden aprender y configurar colectivamente las 30 estudiantes del SUSTAINABLE CHALLENGE? ¿Hay algo en concreto que os gustaría que estuviera presente en la conversación?
La selección de estas 30 estudiantes también ha pasado de una manera estructurada por una discriminación positiva para dar oportunidades de participación a perfiles que normalmente las organizaciones los situarían en los márgenes de los equipos de producción. Con esto nos gustaría que se valorara la diferencia de trabajar en un espacio queerificado, con objetivos que han de tener en cuenta la perspectiva de género desde el diseño especulativo, fuera de estructuras capitalista de producción en masa. Lo que más nos interesa es el proceso pedagógico y experiencial, no tanto el resultado final como producto de consumo.
Y ya para terminar. ¿Hay algo que quieras añadir sobre esta edición, sobre la moda, o alguna perspectiva personal?
Siguiendo con la pregunta anterior, me gustaría añadir que esta experiencia es una semilla para que estas 30 participantes lo tengan en cuenta una vez comiencen su recorrido profesional en espacios laborables normativos, donde esta experiencia les sirva de guía para poder cuestionar y hacer posibles transformaciones dentro de sus espacios de trabajo.