La belleza del marido

20 / 01 / 2022
POR Irati Fernández

Deseo y desamor en la obra de Anne Carson.

‘La belleza del marido. Un ensayo narrativo en 29 tangos (Lumen) cabalga entre las formas naturales que puede tomar lo literario: el ensayo, la narrativa y la lírica. Un tango, como el matrimonio, es algo que hay que bailar hasta el final. El título de cada uno de los tangos, es decir, de cada uno de los poemas o capítulos que componen esta obra, sugiere una intervención en un diálogo entre las voces de una esposa y su marido. 

La historia del matrimonio la narran escenas diversas, con elipsis temporales y que construyen a pinceladas una historia de fijaciones amorosas. Comienza con cartas en la adolescencia, se consagra en una boda y acaba en una dolorosa notificación de divorcio. De sus protagonistas, al margen de esas pinceladas, no conocemos siquiera sus nombres, y a penas algo: de ella, que ha sido una joven ingenua y culta; de él, que es un hombre perdidamente mujeriego y aficionado a los juegos de guerra. Pero en ‘La belleza del marido’ no se explora tanto el matrimonio como el deseo.

Leal a nada

mi marido. ¿Entonces por qué le amé desde la temprana adolescencia hasta entrada la madurez

y la sentencia de divorcio llegó por correo?

La belleza. No tiene mucho secreto. No me avergüenza decir que le amé por su belleza.

Como volvería a hacerlo

si se acercara. La belleza convence. Ya sabes que la belleza hace posible el sexo.

La belleza hace al sexo sexo.

El marido es una manzana envenenada, y la gente cercana a la esposa siempre ha sabido verlo: sólo a partir de ver un nombre escrito su madre teme por ella y hace lo que puede por disuadir a su hija. En un viaje a Grecia ella es presentada al abuelo del futuro marido, que también le pide que bajo ninguna circunstancia se case con su nieto. La voz poética, en cualquier caso, nunca ha sido del todo ingenua. Y sin embargo, le amó por su belleza.

Recuerdo el primer encuentro de mi madre con él.

Mirando

un libro que yo había traído del colegio a casa con su nombre escrito en la guarda

dijo

no me fiaría de nadie que se llamara a sí mismo X -y

algo se mostró en su voz

una Babel

arrojada entre nosotras en ese instante que nunca

aprenderíamos a interpretar

-gusto a hierro.

Profético. Todas sus profecías se cumplieron aunque ella no pretendía que así fuera.

«A thing of beauty is a joy for ever» son las famosas palabras con las que John Keats da comienzo a su ‘Endimión’.  Es por sus versos en torno a la belleza, tan convincente para la esposa, que cada tango le es dedicado a aquel que en su lecho de muerte, escribiendo su ‘Oda a una urna griega’, enunció: «La belleza es verdad, la verdad belleza». 

VII. PERO PARA HONRAR LA VERDAD QUE ES SUMAMENTE DIVINA Y VIVE ENTRE LOS DIOSES DEBEMOS (CON PLATÓN) DANZAR EN LA MENTIRA QUE VIVE ALLÍ ABAJO ENTRE LA MASA DE HOMBRES TRÁGICOS Y BRUTOS.

Pese a la dedicatoria, la verdad y la belleza no están tan íntimamente unidas en la historia que nos cuenta Carson, y las palabras de Keats quedan desvirtuadas por el relato: La Belleza convence, pero no por su relación con el orden de la Verdad, sino porque puede permitirse engañar a aquellos que se guían por el deseo.

#VEINPOETRY