La deshumanización de los «Menores Extranjeros No Acompañados»

11 / 11 / 2019
POR David Alarcón

Los «MENAS» se han convertido en el blanco de radicales y extremistas. Acusaciones de violencia y delincuencia callejera, de violaciones “en manada” o de provocar el caos vecinal se vierten sobre ellos día tras día. Analizamos la realidad de estos jóvenes y desmontamos los bulos y las alarmantes “fake news”.

Collage de @fromthetree

El panorama nacional actual se enfrenta a un turbulento y bullicioso escenario político y a un discurso de odio que no deja de ganar terreno. Una preocupante situación que, alimentada por una tensa y bulliciosa campaña electoral y un notorio descontento por parte de gran parte de la sociedad, tiende a buscar nuevas armas arrojadizas para alimentar los débiles y endebles discursos. Viles herramientas de corte electoralista que buscan generar preocupación y alarma social, exhortando a la acción para frenar problemas que emergen del silencio, convirtiéndose en el leitmotiv de campaña.

El feminismo, los derechos LGTBI+, la violencia machista, la inmigración… Los temas de índole social, las cuestiones más humanas, son los que tienden a verse utilizados con mayor frecuencia como escudo armamentístico. Asuntos que, lejos de estar completamente aceptados y normalizados, parecen haberse puesto en duda repentinamente por aquellos que quieren acabar con los logros y los avances, arduamente alcanzados, a favor de la libertad y la igualdad. Estos sectores de carácter extremista, cuyas inclinaciones al totalitarismo y el sectarismo han quedado evidenciadas en los últimos meses, embisten ahora contra un nuevo colectivo: los conocidos popularmente como MENAS.

Fotografía: EFE

Los Menores Extranjeros No Acompañados, aquellos menores de 18 años de origen extranjero que han debido cruzar solos la frontera y que se encuentran actualmente en España sin el cuidado o acompañamiento de ningún adulto, se han convertido en el blanco de todas las miradas en las últimas semanas. Acusándolos y vinculándolos con la violencia callejera, el aumento de la delincuencia en determinados barrios y los problemas vecinales, estos niños, niñas y adolescentes aparecen continuamente en alegatos y discursos, con el propósito de advertir de la amenaza que dicho grupo supone. Pero, ¿en qué se fundamentan estas asociaciones para emitir dichas declaraciones? ¿son ciertas estas rotundas afirmaciones? ¿cuál es la situación real de estos menores extranjeros?. Analizamos la compleja realidad a la que se enfrentan los MENAS, ahondando en las verdades y las mentiras difundidas.

¿QUIÉNES SON?

De las más de 65.000 llegadas que registró nuestro país en el último año, 6000 corresponden a menores extranjeros no acompañados. Procedentes de Marruecos y Argelia en su mayoría, estos jóvenes se ven obligados a abandonar sus países de origen, en un intento desesperado por escapar de la pobreza, la violencia, la guerra, la falta de oportunidades, la persecución o la desprotección institucional. La cifra de menores no acompañados que llegan a España ha crecido más de un 150% en los dos últimos años, y casi la totalidad de los jóvenes entran a través de la frontera sur, la más cercana a África. Siguiendo las rutas emprendidas por los adultos, estos niños corren el riesgo de sufrir abusos, trata, explotación y violaciones de sus derechos durante los meses que dura la travesía.

¿QUÉ OCURRE CUANDO LLEGAN A ESPAÑA?

Los 12.300 menores migrantes no acompañados contabilizados en España en junio de 2019, según los datos emitidos por el Ministerio de Interior, se enfrentan a una complicada realidad una vez desembarcan en nuestro país. La organización no gubernamental Save the Children sintetiza su paso por España en las siguientes fases: las autoridades, quienes tienden a dar por hecho que son mayores de edad, les obligan a permanecer en una comisaría de policía hasta que se procede a su identificación y registro. Una vez anotados estos datos, ingresan en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE); y finalmente, tras su paso por el centro, se plantean dos posibilidades: por un lado, que sean expulsados a su país de origen, o, en su lugar, que se queden en España en una situación irregular de alta precariedad. Desde la ONG exigen un cambio inminente en la forma de proceder, constatando su condición de menor de edad en primer lugar y acompañando a los menores con el apoyo de equipos multidisciplinares y asesores independientes.

¿FOCOS DE DELINCUENCIA?

Rocío Monasterio, presidenta del partido ultraderechista  VOX en Madrid, acudía en primera persona al centro de Sevilla hace unos días, con la intención de constatar en primera persona su firme convicción de que los inmigrantes suponen un aumento de la delincuencia y la violencia callejera. Autoproclamada defensora de las “manadas de menas”, Monasterio afirmaba entonces que los centros de acogida contribuían a la “degradación” del barrio de La Macarena. Sin embargo, los datos oficiales emitidos por el Ministerio de Interior cifran en 0,54% la tasa de delincuencia protagonizada por los menores extranjeros no acompañados. Los números oficiales contrastan con el discurso del partido de extrema derecha, contra el que Podemos se querellará, según anunciaba Teresa Rodríguez;, coordinadora general de Podemos Andalucía. “Nos vamos a querellar contra Rocío Monasterio y contra Vox y vamos a denunciarlo al Defensor del Menor. Por señalar a los niños y niñas que viven sol@s en centros de acogida, por acosarlos y por sembrar su odio racista”, sentenciaba Rodríguez vía Twitter.

DESHUMANIZACIÓN

Empezando por su denominación de MENAS, hasta la acusación directa de robos y violaciones vertidas sobre estos jóvenes. “Los ‘Menas’ no son unos pandilleros ni una tribu callejera con un nombre cool como los ‘Ñetas’ o los ‘Lating Kings’. ‘Mena’ significa ‘menor no acompañado’. Es decir, chavales que están solos, lejos de sus casas y excluidos por la sociedad. Un poquito de humanidad, por favor” escribía hace unos días el actor Dani Rovira en sus redes sociales, denunciando la deshumanización con la que se aborda la realidad de estos jóvenes. La empatía, la generosidad y la ayuda al prójimo se desvanecen en boca de los mismos que reivindican estas convicciones como filosofía de vida.

BULOS Y MANIPULACIÓN

No es novedad que, según se acerca la cita con las urnas, las contundentes declaraciones sin fundamento se propaguen rápidamente. Una llamada a la urgencia, a la necesidad de tomar acción y partido, a frenar las amenazas que intimidan a la sociedad. Pero, ¿es cierto todo lo que nos cuentan? Desde luego que no. Los MENAS no reciben 664 euros ni cobran más que una viuda, ni el 70% de las “manadas de violadores” son inmigrantes, ni la legislación discrimina a los españoles en las ayudas al alquiler en la Comunidad de Madrid. Todas estas afirmaciones, emitidas por el grupo VOX en las últimas semanas, se han visto desmentidas gracias a la labor de verificación de Maldita.es. Manipulación de datos, invención de cifras, argumentos incoherentes… El discurso del miedo y del odio promovido no deja de crecer, incrementando a su vez los ataques y la discriminación hacia los menores inmigrantes. La agresión a un joven extranjero no acompañado de 17 años hace dos semanas en Zaragoza confirma esta preocupante tendencia. Y es que parece que los intereses personales, partidistas y electoralistas pueden llegar a estar por encima de la humanidad y el respeto