Os presentamos B·COME, un estudio de diseño y agencia de proveedores situado en Barcelona que apuesta por un comercio justo y sostenible.
Alba García es graduada en International Business y Diseño de Moda. Anna Cañadell, también de 28, es arquitecta. Ambas se han unido para crear una marca que luche por la transparencia, sea sostenible y colabore con cada punto del proceso, sin perder lo auténtico, orgánico y en tendencia. Hablamos con ellas para descubrir un poco más de B·COME, su aventura profesional.
¿Quiénes formáis el equipo?
Somos dos co-fundadoras que poco a poco vamos creciendo en forma de equipo. B·COME está formado por personas apasionadas. Somos un equipo multidisciplinar, nos complementamos unos con otros.
¿ Hace cuánto que decidisteis emprender este proyecto?
Bufff… que decidimos emprender el proyecto… pues casi que un año, pero solo hace 5 meses que el proyecto en sí está en marcha.
¿Qué os os apasiona del mundo de la moda?
Alba (co-founder) de B·COME, trabajó durante 7 años en el mundo textil, y se dio cuenta que estar dentro de una rueda y de unos procesos demasiado estandarizados te impide exprimir el potencial y los recursos de todos y cada uno de los proveedores. Como diseñadora no tienes tiempo de conocer el valor independiente de cada uno de ellos, y el ritmo de trabajo no te permite profundizar.
Fue entonces cuando junto con su socia Anna (co-founder) de B·COME, que en sus últimos años ha tenido mucho relación con el emprendimiento empresarial, decidieron invertir en su primer viaje a India para conocer posibles clientes, descubrir el potencial y escuchar las necesidades de cada uno de ellos. A partir de entonces el proyecto ha ido evolucionando y adaptando según cada necesidad.
Este creativo equipo de diseñadoras apuestan por la sostenibilidad, ayudando a ampliar las oportunidades de empleo entre la India y Europa. La filosofía de su proyecto es que todos participemos en el cambio y se sea totalmente transparente a la hora de diseñar moda.
¿Porqué decidisteis crear un estudio de moda sostenible?
Sin duda alguna, para B·COME la moda sostenible es el futuro. No es un moda pasajera ni una manera de limpiar el nombre de una marca. La moda sostenible es una tendencia permanente y un gran reto para que las nuevas generaciones valoren la importancia de comprar con conciencia y usar productos de calidad.
Trabajan con artesanos especialistas, con diseñadores y con proveedores verticales que cultivan algodón orgánico y de todo tipo. Al producir en grandes cantidades, pueden colaborar con las colecciones sostenibles de grandes firmas como: Inditex, La Patagonia y C&A, entre otros, trabajando siempre en equipo en todo el proceso, y donde más tarde lo desarrollan en India con el proveedor.
¿Cómo es el proceso desde los bocetos a la prenda final?
Para nosotras el concepto es clave. Empezamos el proceso con nuestro proveedor, con el que decidimos a quién va dirigido el trabajo. Una vez tenemos el target claro, empezamos a investigar materiales, colores y técnicas. A partir de ahí conceptualizamos toda la información en moodboards y armonías de color. El detalle es clave.
Es aquí donde nuestro equipo de diseño da forma a la colección. Se determinan los tejidos a desarrollar y se realizan las primeras muestras de las prendas. El objetivo de B·COME es optimizar tiempo y recursos. Por ello, trabajamos de la mano del diseñador de cada marca para entender la esencia de lo que se busca, lo trabajamos internamente con el equipo de diseñadores de B·COME y lo desarrollamos en India todo el equipo. De esta manera podemos asegurar la calidad y evolución del diseño.
¿Al fabricar en grandes cantidades, aparte de ser moda que respeta el medio ambiente, como os aseguráis de que se cumplen todos los derechos del trabajador en las fábricas de cada País?
Somos muy exigentes con la elección de nuestros proveedores. Para B·COME es fundamental la transparencia, la ética y sostenibilidad del sector. Aunque hay una parte de confianza importante, conocer y trabajar con ellos in situ nos permite conocer las instalaciones, los trabajadores y hacer seguimiento de la actualización de certificados. En definitiva, transparencia, selección y control.
¿Es posible que la Fast Fashion sea compatible con un modo de producir sostenible? Es decir, ¿se podría llegar a crear moda mediante comercio justo y que, a su vez, estuviese en tendencia y con precios bajos?
En B·COME creemos firmemente que la producción ética es sin duda alguna el futuro de la industria de la moda. En los últimos años han surgido muchas marcas con una fuerte identidad sostenible que siguen las tendencias y generan early adopters alrededor del mundo como Everlane o Filippa K.
Otro ejemplo de cómo esto evolucionará en un futuro no tan lejano, es que grandes marcas (Zara, H&M, entre otras) han ido incorporando colecciones sostenibles a su cartera de productos haciéndola así más accesible para el consumidor. Somos conscientes que para las grandes multinacionales todo se reduce a estrategias de greenwashing para seguir vendiendo. Sin embargo, para nosotros, lo importante es pensar cómo reducir al máximo el impacto ambiental y social de nuestro consumo y entender que los pequeños cambios ayudan a reducir el impacto de las producciones en masa de manera drástica. Al final todo se reduce a las decisiones que cada uno de nosotros tomamos a nivel individual.
¿Qué opináis de la conciencia de la sociedad, respecto al cambio climático y la explotación, en relación con la industria de la moda?
En B·COME creemos que el momento del cambio es ahora y que todos podemos formar parte de este. Poco a poco la sociedad va tomando conciencia de cómo el consumo masivo de moda afecta al planeta y de qué se puede hacer al respecto. El apoyo masivo a plataformas como Who Made My Clothes demuestra que lentamente la sociedad va evolucionando hacia una moda más limpia donde la transparencia sea la bandera y donde todos participemos como actores del cambio.
¿Qué queréis transmitir con las fotografías que realizáis?
Sobre todo naturalidad… Para nosotras es muy importante que las colecciones transmitan lo que es B·COME: sencillez, frescura y desenfado.
¿Qué os inspira a la hora de crear colecciones?
Viajar, conocer culturas, curiosear mercados, los colores de casi cualquier cosa, comprar tejidos antiguos…nos inspira todo. Nos gusta imaginar la persona para la que estamos diseñando, ponerle nombre y pensar qué haría en sus 24 horas. De este modo, intentamos asegurar que la colección sea coherente, combinable y tenga sentido.
¿Para qué perfil de mujer creáis moda?
En este caso, consideramos que somos muy flexibles, ya que creamos moda para las marcas de nuestros proveedores. Generalmente diseñamos para mujeres, aunque en los próximos meses también tenemos previsto trabajar con hombres y niños. El perfil del consumidor final es el de alguien que se emociona y valora el detalle de la prenda, su color y material, pero a la vez se cuestiona qué está comprando, dónde y por quién está producido o qué fibras componen el tejido.
¿Qué diseñadores os apasionan? ¿Por qué?
Nos inspiran las pequeñas tiendas que encontramos por el mundo sin nombre propio. Esas dónde te enamoras de piezas únicas que tienes que comprar. Si tuviéramos que decir nombres diríamos Rachel Comey, Filippa Knutsson, Maryam Nassir Zadeh o personas que han cambiado el rumbo de la moda ética como Safia Minney.
¿Cómo veis vuestra trayectoria de aquí al futuro?
Mmm… Sin duda, seguir descubriendo y creciendo. Tenemos previsto ampliar nuestra cartera de proveedores y artesanos en India y a partir de Septiembre empezar con el mercado Mexicano.
B·COME
