La Nueva Mujer Negra de finales del siglo XIX

08 / 09 / 2021
POR Pilar Ramón

«Si no te dan un puesto en la mesa, trae tu propia silla», dijo Shirley Chisholm. Muchos años antes, ellas se organizaron al margen del movimiento sufragista blanco para luchar por su derecho al voto.

Four Women, 19th Century de Granger Collection

La Nueva Mujer de 1890 era reformista, ciclista, educada, trabajadora y tenía sus primeros contactos con el feminismo. En definitiva, era una mujer con una imagen e ideología que difería dependiendo de su edad, clase, raza, etnia y región geográfica. En este momento de la historia, y por primera vez, la mujer afroamericana comenzaba a reclamar sus derechos – había conseguido liberarse de la esclavitud en 1863 – y se hacía un hueco en la clase media estadounidense.

Esta Nueva Mujer representaba una generación que desafiaba las reglas de género y las estructuras hasta entonces vigentes. Y es que, a partir de este momento las mujeres adquieren una nueva presencia pública, a través de la educación, el trabajo, el deporte, el entretenimiento y la política. Este cambio conlleva también nuevos roles sociales y así se comienzan a promover las ideas de igualdad y libertad que más tarde desembocarán en el sufragio femenino y la primera ola del feminismo, movimientos muy asociados a la Nueva Mujer.

Las afroamericanas vieron el sufragio femenino, en 1920 consiguieron el derecho al voto, como parte de un proyecto mayor que les posibilitaría ganar independencia y poder para aquellos privados de sus derechos. Como no les permitían en muchas ocasiones participar en los movimientos de las sufragistas blancas fundaron sus propias organizaciones y pidieron el voto no solo para las mujeres negras sino para toda la comunidad.

Al identificarse como Gibson Girls, las mujeres afroamericanas podían derrocar los injustos estereotipos hasta el momento establecidos, que percibían a los afroamericanos como incivilizados y feos, mostrándose como mujeres modernas y a la moda. De esta forma comenzaron a implicarse en la política, usando la moda para demandar respeto, derechos e inclusión.

Imagen de Nannie Helen Burroughs

Acuñaron el termino Nueva Mujer Negra, que reseñaba la respetabilidad de la clase media, la vida doméstica y el progreso racial. Esta nueva imagen servía para crear un retrato de millones de afroamericanas que dejaron el sur para mudarse a las ciudades. Así, a través de la moda y una apariencia modesta animaban a las mujeres a mejorar sus comunidades y formar parte de las causas políticas.

Algunas activistas de los derechos civiles como Ida B. Wells-Barnett y Nannie Helen Burroughs adaptaron la moda a su estilo; estas combinaron los recogidos de la época con la camisa y falda típica de las Gibson Girls. Aunque le dieron un twist a la camisa añadiendo más ornamentos, algo que ayudaba a que se distanciaran de la clase trabajadora y a que se presentaran como mujeres refinadas de clase media.

Imagen de Madame CJ Walker

Todo ello nos lleva a resaltar a una gran representante de la época, Sarah Breedlove, más conocida como Madame CJ Walker (1867-1919), quien representa a la mujer liberada de la época, de clase media y activa, que llegó a convertirse en la primera mujer millonaria de Estados Unidos. Walker desafió los roles de género y  las jerarquías de color entre los afroamericanos, donde la piel clara y los rasgos claros eran el ideal de belleza. La suya es una historia de superación, racismo, machismo, motivación y ascenso social, que podemos disfrutar en Netflix, si queremos hacernos una idea más clara de la época.

Imagen de Madame CJ Walker

Imagen de Aida Overton Walker