LaMov, bailarines en llamas.

07 / 11 / 2024
POR Juan Marti

Hablamos con el director de LaMov, joven compañía de baile, que estrena un nuevo espectáculo en la capital aragonesa.

La vida es un baile. Cuando llegamos al escenario, la música suena y lo hace sin avisar. Da igual el género que sea, debemos escuchar con atención e intentar cuadrar nuestros movimientos con el ritmo de la melodía. Nos caeremos, tropezaremos, pisaremos un pié al de al lado, lo intentaremos e incluso disfrutaremos. Eso es vivir. La danza no es más que un reflejo de nosotros mismos, cada paso, cada movimiento, es un intento por comprender lo que nos rodea. La compañía de danza LaMov, nacida en Zaragoza y capitaneada por Victor Jiménez, lleva años demostrándolo ante un público que vibra con cada una de sus actuaciones. Su delicada pero emocionante versión de “El lago de los cisnes” los ha llevado por todos los rincones de España e incluso Francia. Ahora, inician una nueva etapa creativa con el espectáculo que se estrena este mismo noviembre. Victor y la coreógrafa portuguesa Olga Róriz se unen para interpretar a Stravinsky en “El pájaro de fuego” y “La consagración de la primavera” que en su momento, supusieron toda una revolución en el mundo de la danza. Ahora LaMov y sus bailarines, entre los que se encuentran Fermín, Ainhoa, Maria o Daniel, deberán entregarse al cien por cien para coronarse en una performance que pondrá a prueba su resistencia. Pero para LaMov, la música no se detiene nunca y el escenario es todo suyo. El baile no ha hecho más que comenzar.

 

Enhorabuena a todos por este nuevo espectáculo. Ahora mismo estamos a pocas semanas del estreno y me gustaría saber cómo os sentís en estos momentos tan especiales.

Estamos un poco nerviosos. ¡Te lo podrás imaginar! Es algo normal, deseamos que salga todo bien. Hay que preparar muchas cosas, es una producción compleja ya que se trata de dos piezas con dos coreógrafos diferentes. Cada una tiene sus complejidades y peculiaridades pero esa es la gracia. Todas estas cosas, todos estos nervios, son lo que nos hace sentir vivos.

 

En esta ocasión vais a interpretar a Stravinsky, un espectáculo formado por dos piezas: “El pájaro de fuego” y “La consagración de la primavera”. La primera está dirigida por Olga Róriz y la segunda por tí. ¿Por qué dos coreógrafos distintos?

Tenía muchas ganas de explorar Stravinsky pero, durante mucho tiempo, no supe como. Lo descubrí cuando era bailarín y me enamoró. Uno de los ballets más emblemáticos de  Maurice Béjart son “El pájaro de fuego” y, sobre todo,  “La consagración de la primavera”, y he tenido la suerte de bailar los dos. Por eso sé que bailar algo creado por un compositor tan conocido y emblemático, puede llegar a asustar un poco. Pero, tenía ganas de un reto aunque no me atrevía a hacerlo solo. Olga Róriz me fascinaba desde hace mucho tiempo y ella conocía la pieza “La consagración de la primavera”. Eso hizo que me decantara por ella y por liarme la manta a la cabeza con este gran reto.

 

Entonces, ya conocías el trabajo de Olga…

Sí, lo conocía y me gustaba mucho. Es una coreógrafa que tiene un estilo contemporáneo muy especial, muy interior, muy carismático, muy visceral. Todo eso le venía muy bien a la compañía.

 

 

¿Qué ventajas encontraste al sumar a otro coreógrafo al proyecto?

Muchísimas. Yo podría haberme quedado quieto. Hemos hecho “El lago de los cisnes” y ha funcionado fenomenal y muchas más cosas que han funcionado bien. Aún así, sentía que con Stravinsky necesitábamos dar una vuelta de tuerca, que nos permitiera mostrar un lado más crudo y visceral de la compañía. Creo que eso es una de las cosas que Olga ha podido aportar.

 

Háblame del momento en el que introdujisteis a los bailarines a la obra de Stravinsky  al decirles que iba a ser la función escogida para esta temporada.

Ellos saben que cada año nos embarcamos en una nueva aventura. Yo cuento mucho con ellos, porque la compañía son los bailarines que, además, están preparadisimos, son guapísimos y guapísimas; muy versátiles y con una técnica perfecta. Siempre les invito a que aporten ideas, ya que eso es algo esencial del proceso creativo, más aún cuando ellos son quienes van a defender la obra en el escenario. Al hacer que los bailarines sean una pieza clave en el proceso desde el principio, propicia también que ellos vayan entendiendo y entregándose a su preparación. Sí que quise advertirles del reto que suponía, porque esta vez debemos pellizcar al público, hacerle reaccionar de una manera más directa.

 

¿Qué crees que tienen los bailarines de LaMov que se compenetran tan bien?

Somos una compañía pequeña: solo ocho bailarines, además de  mi asistente, los técnicos y yo. Pero los que realmente convivimos todos los días somos los bailarines y yo; algunos, incluso viven juntos. Si no se llevasen bien, nada de esto funcionaría, y eso se nota a la hora de bailar. LaMov es una compañía homogénea, donde todo está muy unificado.

 

Si algún bailarín lee esta entrevista, ¿podría tener la oportunidad de audicionar para LaMov?

¡Claro que sí! ¡Que llame! En la compañía siempre estamos dispuestos a recibir a gente. Cada vez que me invitan de jurado a algún concurso trato de proporcionar alguna beca para que vengan a hacer cosas con nosotros. Siempre estoy con los ojos abiertos. Los bailarines somos culos inquietos, estamos de aquí para allá, vamos y venimos. Siempre queremos más. Por eso sé que es bueno estar receptivo, abrir los brazos a gente nueva, a coreógrafos jóvenes, a nuevas propuestas. Tenemos que nutrirnos unos de otros.

 

 

¿Qué te gustaría que sintiera alguien que tenga la suerte de ver a Stravinsky interpretado por LaMov?

Solo decirte que, tan solo viendo los ensayos, a mi ya se me pone la piel de gallina. Fíjate que conozco muy bien a los bailarines, pero esta vez los veo en un registro tan diferente y especial que me provoca mucho placer. Creo que el público va a poder ver dos caras de LaMov: una más neoclásica, técnica, virtuosa y luminosa y otra más introspectiva, bestial y desgarradora.

 

¿Qué crees que han aprendido los bailarines después de esta experiencia?

Ojalá se queden con muchas cosas porque su esfuerzo ha sido increíble, no solo físicamente, también emocional, porque se trata de una pieza comparable a una montaña rusa. Es todo muy dinámico y extremo. Creo que atravesar esta experiencia ya les va a llevar a un nivel físico lleno de poderío y el sumergirse en los personajes les va a descubrir un mundo interior.

 

Se nota que tienes un gran reto por delante.

Al ser una compañía pequeña, cada actuación permite que cada bailarín sea un solista, que tenga su momento de protagonismo. Yo me encargo de que todos tengan su momento especial, porque todos son muy particulares, conforman una paleta de colores y movimientos increíbles. En esta ocasión hay dos personajes especiales que llevan el peso de la obra, pero, aún así, el peso del grupo es imprescindible y primordial, la obra trata de eso, de formar un espíritu comunitario y de sacrificio.

 

 

¡Deben de estar nerviosos! (risas).

Sí (risas). Van a ser noches duras para ellos. Hasta que no terminen las funciones no nos iremos a cenar todos juntos. Tienen que estar concentrados. Todo esto supone una exposición para ellos y para la compañía. Aunque están preparados, saben de qué trata el espectáculo.

 

Me encantaría hablar del vestuario, ¿cómo lo habéis planteado?

Siempre suelo trabajar con el mismo equipo. Arturo Guillén, con quien suelo colaborar, es un diseñador de aquí, de Zaragoza, que también trabaja para el cine y tiene una sensibilidad muy especial que conecta a la perfección con el mundo de la danza. Trabajamos juntos  desde hace unas cinco o seis producciones y me gusta mucho contar con él. Hemos querido que el vestuario para “El pájaro de fuego” fuera algo impactante, con plumas y mucho brilli, brilli, similar a esos pájaros exóticos que puedes ver en la jungla. Arturo supo captar la idea y ha hecho una propuesta increíblemente bonita. Para “La consagración de la primavera” nos hemos ido más a un terreno vintage pretendiendo reflejar la oscuridad que caracteriza a la pieza.

 

 

¿No crees que sería muy interesante que LaMov colaborara con jóvenes diseñadores para su vestuario en futuros proyectos?

Estamos muy abiertos a colaborar con gente nueva. Desde LaMov, nos gusta que todo fluya. El equipo está ya algo asentado, pero nosotros estamos abiertos a propuestas.

 

¿Hasta dónde te gustaría llevar esta nueva performance?

Nosotros nunca paramos. Aún seguimos llevando nuestro “Lago de los cisnes” por toda España y por otros países, incluso. Nos estamos abriendo hueco en Francia. Todo esto es una carrera de fondo y nosotros queremos seguir y seguir.

 

Me gustaría dedicar una pregunta a los bailarines de LaMov que tanto esfuerzo dedican a su trabajo y el gran empeño que demuestran sobre los escenarios. ¿Te gustaría ofrecerles unas palabras?

¡Que los quiero mucho!

 

Síguelos en @lamovdanza