Pese a las presiones sociales, la vida familiar y el ambiente protestante; la artista francesa llevó una vida cultural plena, que dio lugar a su prolífica creación literaria y pictórica.
Marguerite Burnat-Provins (1872-1952),pese a su vasta colección de pinturas y dibujos inspirados por sus visiones, no puede considerarse una artista del Art Brut en el sentido más restringido: no es ajena al mundo artístico, puesto que tuvo una extensa formación: estudió arte en París desde 1891 en la Académie Julian y la Académie Colarossi. Además, completó su formación en 1896 en la École des Beaux-Arts, nada más se levantó la prohibición de que las mujeres estudiasen en las universidades.
La vida cultural
En 1896, se casó con un arquitecto de Vevey, Adolphe Burnat, lo cual daría comienzo a una estancia de unos doce años en la Suiza francófona. Un año después de llegar a Vevey, Burnat-Provins se aburría y se sentía sola, la tranquilidad de las orillas del lago de Ginebra y el ambiente protestante de control contrastaba fuertemente con el bullicio y la independencia de la vida parisina que acababa de dejar.
Para superar el aburrimiento dio clases de dibujo, comenzó a escribir para La Gazette de Lausanne, abrió una tienda de decoración… Amante de la naturaleza, crea en 1905 la actual Swiss Heritage, organización suiza para la protección de los paisajes naturales y construidos. Además, huyendo del tenso ambiente familiar, Burnat-Provins realiza numerosas estancias en el extranjero. Pese a tantas distracciones, su matrimonio con Adolphe se rompió en 1908, lo cual desembocó en su salida definitiva de Suiza.
Escritura y grabado
En 1903 publicó su primer libro titulado ‘Petits Tableaux valaisans’. La obra, aclamada en el mundo de la imprenta como el triunfo de la tipografía suiza, contiene 130 acuarelas grabadas sobre madera e impresas en 260 tonos diferentes. Cuatro obras más se publicarían en idénticas condiciones con gran éxito. Margueritte se volvió a casar con Paul de Kalbermatten , ingeniero de Valais, para quien escribió Le Livre pour toi, una serie de cien poemas en prosa que escandalizó a la sociedad burguesa del momento por su explicitud en lo tocante al deseo femenino.
Vida de viajes
La artista conoció muchas casas de paso y no viajó sólo por Europa, sino que también conoció el Medio Oriente: Siria, Líbano, y Marruecos, que será por un tiempo su residencia elegida. Luego se retiró a Clos des Pins, en Grasse, donde pasó sus últimos años. Su legado como escritora son unos veinte volúmenes de prosa poética, mientras que su obra como pintora en esta etapa incluye cuadros de la vida rural cercanos a los de la escuela Savièse de Valais y composiciones decorativas.
Las visiones del Art Brut, los desastres de la guerra
A partir de 1914, la agitanción por la Guerra mundial le lleva a realizar una gran serie de extraños dibujos, nacidos de alucinaciones recurrentes y que permanecerían hasta su muerte en 1952. Esta serie, que Marguerite Provins llamó Ma Ville, es rica en unos 3000 dibujos, se integró entre las producciones del Art Brut, y se distinguía totalmente de todo lo que ella acostumbraba a pintar, repletas sus nuevas pinturas de criaturas extrañas. La artista escuchaba a menudo voces que le daban nombres, seguidas de una clara visión del «personaje», que rápidamente dibujaba. Comenzó con visiones individuales en el crepúsculo, pero rápidamente llegaron sus visiones múltiples. En estas creaciones hay muchos elementos de la vida social y las actividades humanas, así como personificaciones de la naturaleza y de la moral. Aparecen de forma casi narrativa, pertenecen a «su ciudad», sea una hermosa ensoñación o una aventura pesadillesca.
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