Pasión por la moda y desafío de las normas establecidas. Descubre cómo la moda puede ser una herramienta de empoderamiento y cambio social en el nuevo libro ‘La Moda es Revolución’. Hablamos con su autora en #VEINDIGITAL.
La moda siempre ha sido una herramienta de expresión y comunicación, pero también un vehículo para la revolución, desafiar las normas y fomentar el cambio social. El nuevo libro ‘La Moda es Revolución’ (Zenith, 2023) de Laura Opazo, es una emocionante exploración de cómo la moda puede ser un medio para empoderar a las mujeres y promover la inclusión y la diversidad.
Desde las icónicas Coco Chanel y Frida Kahlo, hasta las contemporáneas Billie Eilish y Rosalía, Opazo nos presenta por medio de historias de mujeres valientes, el uso de la moda como una forma de redefinir su identidad y desafiar las expectativas de género, empoderándose y transformando el mundo que las rodeaba. ‘La Moda es Revolución’ es un manifiesto inspirador que demuestra cómo la moda puede ser una herramienta para el cambio social y la igualdad de género. Este libro es un descubierto a favor del empoderamiento femenino y un llamado a celebrar la moda como una herramienta para la transformación social.
Hablamos con la experta en moda, Laura Opazo, sobre la violencia estética en las redes sociales, su enfoque sociológico en la industria de la moda, así como, de la lucha de las mujeres deportistas para eliminar los códigos de vestimenta limitantes.
Hola Laura, ¿cuándo comenzó tu gusto por la moda? ¿De qué manera ha influido para ti la moda a la hora de vestir?
Mi madre siempre ha cosido muy bien y desde pequeña ha hecho mucha de la ropa que yo lucía. Como siempre he sido una niña muy imaginativa y desvergonzada, me encantaba pedirle prendas un poco imposibles, de esas difíciles de encontrar en las tiendas y que luego mezclaba a mi antojo en estilismos dispares. Siempre me ha gustado experimentar y eso me ha llevado a que en alguna ocasión haya sido objeto de burlas.
Con los años me he vuelto mucho más moderada y sencilla, dicho sea de paso. Una pena, porque esa frescura a veces se desvanece en una sociedad aborregada en la que cuesta mostrar la singularidad. Además, la industria de la moda establece unos ciclos de tendencias concretos que unifican y dan sentido de pertenencia al grupo. Salirse de ese círculo a veces puede resultar en un ligero apartheid, por eso en el libro digo que la moda es incluyente y excluyente al mismo tiempo.
En realidad, la moda siempre me ha interesado como canal de expresión y siempre me he fijado en la forma de manifestarse que tienen las personas. Se puede decir que soy muy observadora por lo que la parte sociológica y de consumo siempre me han suscitado interés.
¿Qué fue lo que te inspiró a escribir tu último libro ‘La moda es revolución’?
Pues a raíz de escribir mi primer libro, Armario sostenible, me di cuenta de que tres mujeres habían instigado el cambio dentro del sector textil: Katherine Hamnett, Vivienne Westwood y Stella McCartney.
Tirando del hilo, me di cuenta que otras muchas habían sido unas valientes porque habían roto un molde que no estaba hecho para ellas ni para su manera de entender el mundo. Se habían atrevido a vestir con libertad prendas “prohibidas” por la moral de la época. Algunas tuvieron que enfrentarse no solo al desprecio de la sociedad, sino al juicio de su propia familia y a la incomprensión de un entorno que trataba de controlarlas.
Con este libro, lo que he querido es rendir un homenaje a todas ellas. Dar las gracias por este legado de libertad, porque un hecho aparentemente trivial como elegir cómo vestir, es mucho más complejo y representa la victoria de muchas batallas ganadas por todas ellas.
En tu nuevo libro hablas sobre la violencia estética y las redes sociales, desde tu punto de vista, ¿consideras las redes sociales un avance o un retroceso para el empoderamiento de la mujer?
En el entorno digital aparece todo mucho más atomizado y el hecho de poder crear una realidad paralela permite crear un mundo a nuestra medida; mostrar una vida perfecta, un físico de impacto, una relación de pareja idílica… Y no sólo en Instagram, que es la red social de la imagen por excelencia, ¡De hecho parece que medio LinkedIN es CEO!.
En resumen, montarnos nuestro Disneyland particular a base de filtros.
Las redes no son ni buenas ni malas, todo depende del uso que les demos y pueden servir para hacer un alegato a la libertad o para echarnos el yugo encima y perpetuar modelos engañosos de vidas pluscuamperfecta y físicos imposibles. Lo que abunda es un reflejo de nuestros deseos y frustraciones y por lo que se percibe, la sociedad está bastante enferma. Falta autenticidad y honestidad.
Isadora Duncan y Serena Williams, dos referentes del baile y del tenis han conseguido transformar la moda ofreciéndoles libertad a las mujeres, a pesar de este hecho, ¿crees que queda una gran lucha por eliminar los códigos de vestimenta que siguen limitando a las mujeres deportistas?
Todavía la sexualización y el machismo continúan vigentes en algunas disciplinas, como por ejemplo el Voley Playa en el que a los hombres se les exige «camiseta sin mangas» y «pantalones cortos» para competir, y a las mujeres a vestir con «camiseta sin mangas ajustada al cuerpo» y «pantalones cortos ajustados» o parte inferior del bikini y como este otros muchos casos.
De todas las mujeres que aparecen en tu libro, ¿te has sentido especialmente identificada con alguna de ellas?
Me gustan todas y cada una de ellas pero quizá me gustaría destacar a Aenne Burda, como la mujer que democratizó realmente la moda y consiguió darles a otras mujeres las herramientas para poder crear su propia narrativa estética.
Antes de ‘La moda es revolución’ vino tu libro ‘Armario sostenible’, ¿qué te impulsó a escribir sobre las consecuencias de la moda rápida?
Bueno, a través de mi libro he pretendido informar sin aleccionar, explicar todas aquellas dudas que se agolpaban en mi cabeza y que podían estar en la mente de cualquiera: por qué hemos llegado a esta situación, qué es la moda sostenible, el origen de la sostenibilidad….
He trabajado en medios de comunicación especializados en moda y al principio me costaba comprender todos estos conceptos. Así pues, mi propósito ha sido escribir algo asequible para todo el mundo porque creo que es importante estar informado. Creo que es importante estar informado para que como consumidores no nos mareen las marcas a su antojo, ¡así no hay greenwashing que valga!.
En los dos últimos capítulos doy pautas para incorporar el consumo consciente e inteligente en nuestra relación con la moda. Ahí los lectores encontrarán pautas de cómo organizar el armario y enfrentarnos a él, ya que hacerlo es confrontar también nuestra parte consumidora que puede evidenciar muchas de nuestras carencias y nuestros vacíos emocionales.
Katherine Hamnett, Vivienne Westwood y Stella McCartney son tres mujeres que aparecen en ‘La moda es revolución’, ¿las podríamos considerar como las precursoras de la sostenibilidad?
Sí, sin duda las tres han tenido un papel importantísimo y por eso las tres salen reseñadas en mis dos libros; Armario sostenible y La moda es revolución.
¿Cómo consideras que ha ayudado el feminismo a esta revolución de la vestimenta?
La historia del feminismo está estrechamente vinculada al mundo textil, ya que a través de las huelgas de las costureras que hubo en Inglaterra y EEUU, comenzó a exigirse igualdad de derechos laborales.
Además, las mujeres no solo han tenido que conquistar su libertad a la hora de vestirse, sino que también, han tenido que luchar por sus derechos laborales en un sector que, además de explotarlas como empleadas, les impone un discurso estético y se nutre de los ingresos que les proporcionan. ¿Cómo no iban a ser las propias mujeres quienes se sublevasen e impulsasen el cambio? Tiene toda la lógica que así fuese.
Un hecho crucial para la moda del que hablas es el uso del pantalón en mujeres, Katharine Hepburn hizo de ellos su seña de identidad, ¿esto pudo dificultar su carrera cinematográfica en algún momento?
Se puede decir que Katharine Hepburn traía de cabeza a las productoras americanas por su fuerte carácter y su negativa a dejar controlar su imagen.
Hay que recordar que por aquel entonces, los grandes estudios de Hollywood controlaban con mano férrea la carrera de los actores creando estrellas a medida como ejemplos aspiracionales para el gran público. Los artistas eran moldeados cambiándoles el nombre y el apellido para hacerlos más comerciales y recibían clases de protocolo, baile, pasarela y modales para que supiesen comportarse adecuadamente en público. También se les enseñaba a caminar, a moverse y vestirse para mantener un halo de glamour inalcanzable que les hacía parecer dioses intocables a ojos del gran público. A cambio, obtenían toda clase de caprichos y se protegía su imagen pública.
Los fans idolatraban a muchos artistas pero desconocían que sus aparentes e idílicas vidas estaban completamente impuestas por los estudios.
Katharine era la viva imagen de la mujer moderna y aunque podía resultar molesta para los grandes magnates porque cuestionaba las normas sociales, demostraba su profesionalidad con creces. De hecho, ese arrojo no fue un obstáculo para ganar 4 Oscars como mejor actriz a lo largo de su carrera.
Para concluir con la entrevista, ¿nos podrías describir ‘La moda es revolución’ en tres palabras?
Women’s Power Dressing!
Mujer, empoderamiento y moda.
–