Reutilización, experimentación y economía circular se encuentran en el proyecto de la joven diseñadora, quien ahora presenta su nueva serie de piezas upcycled.
Fotografía: Anne Banaan / Estilista: Mariola Delfer
Entiende la moda como un proceso de transformación continua en forma de inspiración proyectada hacia el futuro, y tiene claro qué es lo que más disfruta del proceso creativo al que se dedica en cuerpo y alma después de haber emprendido distintos caminos en un sector tan amplio como el textil. “Lo que realmente me hace feliz y me aporta es transformar piezas pasadas en otras completamente diferentes, dándoles mi propio estilo fuertemente influenciado por lo contemporáneo”, explica Mariola Delfer, joven diseñadora y conductora de su propio proyecto sostenible, en el que moda, artesanía y upcycling convergen en tops, bolsos y boinas con una característica común a todos ellos: la unicidad.
Convencida de que la coherencia del discurso es un valor fundamental para que una marca se mantenga y sea bien acogida por el mercado, el amor que profesa Mariola por el vintage, punto de partida de sus propuestas, proviene de su etapa como estilista. “Fue ahí donde empecé a experimentar con la propia ropa que teníamos, deshaciendo sobre todo denim para transformarlo en accesorios como bucket hats”, añade. Y es que haberse desenvuelto en las distintas caras que componen la industria le permite sacar sus conclusiones (y previsiones) acerca de la situación que vive el upcycling, un movimiento imparable que, lejos de someterse a un concepto, lo crea por sí mismo en su apetecible imaginario artístico. “Creo que ahora hay un auge increíble de diseñadores, marcas y plataformas muy potentes basados en esta técnica que están creando mucha tendencia».
La libertad con la que encara las colecciones, las democratización de la información a través de las redes sociales y la creencia de que las sinergias con otros creativos desemboca en soluciones sin precedentes son alguno de los motivos que han posicionado a Mariola Delfer como una de las marcas a tener en cuenta, a escala nacional e internacional. “Hace relativamente poco, comencé a vender en Italia a través de retailers, y justo ahora en Barcelona y Los Ángeles”, comenta su artífice, quien acaba de cruzar el charco con su proyecto personal, todo un logro para una marca independiente que antepone la calidad a la cantidad.
Hablamos con Mariola para conocer cuándo y por qué se decidió a emprender su firma de moda y artesanía, cómo ha evolucionado su proyecto en los últimos tiempos y cuáles son sus planes a medio y largo plazo.
¿Quién es Mariola Delfer?
Mariola Delfer es el nombre que me define a mí como artista, y a este proyecto sostenible basado en la concepción de piezas contemporáneas y únicas a través de la fusión entre la moda, la artesanía y el upcycling.
Defines tu marca, convertida en tu proyecto de vida, como “la manera que tienes de expresarte”. ¿Cómo canalizas las emociones a través del diseño?
Cada pieza no se podría entender sin el proceso que lleva detrás. Desde que se compra una prenda en desuso hasta que parte de ésta aparece plasmada en una nueva creación, hay un proceso intermedio de planteamiento de ideas, técnicas textiles y desarrollo técnico y estético en el que estoy involucrada al 100%.
En este proceso evolutivo no solo las piezas van cambiando, yo como artista también voy avanzando con ellas. Al ser una producción tan artesanal, puedo ir improvisando y modificando formas, tejidos y siluetas, y aprendiendo de todo esto.
¿Cómo se produjo tu primer acercamiento a la moda? ¿Qué estudiaste y cuándo decidiste enfocar tu carrera hacia este sector?
Al principio, fue un proceso de autoaprendizaje a través de referencias estéticas y artísticas, y más tarde decidí estudiar diseño de moda porque sabía que era lo que más feliz me haría. Al acabar, aparqué mi faceta como diseñadora para trabajar primero como visual, y más tarde como estilista.
Tras varios años trabajando como estilista, quise dar un giro a mi carrera profesional trabajando de manera independiente en la creación de un proyecto que uniera el diseño con el consumo y optimización de ropa de segunda mano. Gracias a emprender diferentes caminos dentro de la moda, he podido aprender mucho profesionalmente, algo que considero muy interesante y necesario en mi caso para tener un mayor conocimiento del sector.
Tu filosofía de marca apuesta por la sostenibilidad, la personalidad y la experimentación con moda preexistente. ¿Cómo definirías tu visión de la moda y cómo la plasmas en tu proyecto?
Creo que la moda hoy en día abarca tanto y hay un abanico tan amplio de iniciativas, marcas y estilos, que hace posible que cada persona tenga un concepto distinto y único de lo que es “la moda” en sí misma. Bajo mi punto de vista, la moda es un elemento experimental que está en continuo cambio y evolución, y que lejos de destruirse se transforma en inspiración para el futuro.
Por otro lado, las marcas siempre han desarrollado sus colecciones en base a un tema de inspiración o una tendencia, pero en mi caso cada colección que hago nace de la inspiración que la propia experimentación con tejidos y piezas de segunda mano me brinda. Sin perder de vista la armonía visual que quiero que tengan mis colecciones. Para mí es fundamental que todo lo que hago tenga un mismo lenguaje, coherente y entendible.
No hay más que adentrarse en tu página web para darse cuenta de que cada pieza es única. Desde la Loa Blazer, resultado de aunar dos chaquetas a través de un sobresaliente ejercicio de patronaje, hasta accesorios como el Playa Bonita Bag. ¿Cuáles fueron las primeras piezas que creaste? ¿Cómo ha evolucionado la marca desde su fundación?
Este proyecto se ha dado gracias a mi contacto con el mundo vintage, ya que mientras trabajaba como estilista creé conjuntamente una pequeña marca donde a través de pop ups y showrooms vendíamos ropa de segunda mano que comprábamos en diferentes mercados. Fue ahí donde empecé a experimentar con la propia ropa que teníamos, deshaciendo sobre todo denim para transformarlo en accesorios como bucket hats o boinas.
En medio de un 2020 tan extraño, pude meditar y valorar que lo que realmente me hace feliz y me aporta es transformar piezas pasadas en otras completamente diferentes, dándoles mi propio estilo fuertemente influenciado por lo contemporáneo. Por eso, tras meditarlo mucho, creé Mariola Delfer y comencé a desarrollar una colección de piezas más variada en la que hubiera no solo accesorios, sino también prendas de vestir con un tallaje algo más amplio en la medida de lo posible para poder llegar a más personas.
Has presentado tres series hasta el momento, incluyendo nuevos diseños en cada una de ellas. ¿Qué opinión te merece el sistema de temporadas imperante en el sector?
Mi forma de presentar las colecciones y mis tiempos se deben en parte a mis circunstancias, ya que por un lado me gusta respetar mucho el tiempo que invierto en buscar la materia prima y experimentar con ella. No siempre tengo la misma suerte a la hora de encontrar justo lo que busco, o el género con el que trabajar. Por otro lado, también me gusta tomarme mi tiempo en buscar a creativos para comunicar cada serie, y de esta forma involucrar más vertientes artísticas en mi proyecto.
Me gusta mucho la libertad con la que trato mis colecciones, y creo también que estamos viviendo un momento de cambio muy bueno para los diseñadores independientes emergentes. Gracias a las redes sociales, la relación entre marca-cliente es mucho más estrecha, fluida y transparente, y es algo por lo que las nuevas generaciones se sienten cada vez más atraídas. Esto hace que seguramente la manera de crear y comunicar de las firmas de moda no sea tal y como hoy la conocemos.
La artesanía y la tradición son dos ejes fundamentales en torno a los que gira tu trabajo. Incluso creas tus prendas y complementos en España, en colaboración con PYMES y artesanos locales. ¿Cómo es el proceso de creación de una pieza en Mariola Delfer? ¿Cuántas fases y personas integran la cadena hasta que materializas tu idea original?
Durante el proceso de creación de una pieza participamos muchas personas. Desde las tiendas donde suelo comprar el género de segunda mano, pasando por el taller de fornituras o la imprenta que hace las etiquetas, hasta la modista que me ayuda con los acabados. Todas forman parte de cada uno de mis diseños.
Este objetivo me lo planteé desde que empecé a asentar las bases de este proyecto, ya que al verme tan reflejada en estos pequeños comercios y talleres tradicionales que están en una situación más vulnerable frente a grandes industrias, hace que me apetezca mucho más recurrir a ellos. Todo esto también hace que el mensaje adquiera más coherencia y sentido, y para mí esta forma de producir es la más positiva y sana a largo plazo.
El upcycling es una técnica inherente a tu trabajo. Y a través de la reutilización creativa aprovechas productos ya existentes para crear otros nuevos, impregnados de tu particular ADN. ¿Es este el futuro de la moda?
Creo que ahora hay un auge increíble de diseñadores, marcas y plataformas muy potentes basados en el upcycling que están creando mucha tendencia. Y creo también que las nuevas generaciones están mucho más concienciadas y se sienten más atraídas por el valor que el propio upcycling ejerce sobre la ropa. Así que sí, confío mucho en que, de alguna forma, todas las marcas comiencen a participar en torno a una economía más circular en la medida que cada una sea capaz.
Las colaboraciones entre artistas también parecen ganar terreno, en una industria que parece necesitar alianzas y sinergias creativas para sobrevivir. ¿Has colaborado con alguna otra firma? ¿Te planteas hacerlo en un futuro próximo?
La verdad es que aún no he movido ficha para realizar alguna colaboración creativa, pero sí me lo he planteado varias veces. Incluso he llegado a imaginar cómo sería hacer una colaboración con alguna marca en concreto. ¡Es algo que me encantaría hacer!.
Las sinergias creativas entre marcas, o entre marcas y artistas, son súper positivas. No sólo como estrategia para llegar a más público, sino como una forma de sorprender y quizás dejar que nuevos estilos y conceptos surjan de esa fusión.
¿Dónde se pueden comprar tus piezas? ¿Cuentas con algún punto de venta físico?
La mayor parte de la colección está disponible en mi web, donde se pueden adquirir directamente las piezas creadas, o se pueden encargar bajo pedido en caso de no tener stock. Pero hace relativamente poco, comencé a vender en Italia a través de retailers, y justo ahora en Barcelona y Los Ángeles. En estas plataformas multimarca trato de distribuir algunas de las piezas de mi colección, incluso a veces llegando a realizar diseños exclusivos para esas tiendas multimarca.
Aunque de momento todos mis diseños están online, seguramente en un tiempo empiece a establecer parte de mi colección en tiendas físicas, ya que ahí puedes ver bien cada detalle que compone el diseño. Sin embargo, de momento estoy contenta con el resultado que da vender a través de plataformas online, tanto para la venta como para llegar a nuevas personas.
¿Y dónde te gustaría ver tu marca posicionada de aquí a cinco años?
Creo mucho en lo que hago y en el mensaje que lleva consigo, y si me pongo en modo soñadora, en unos años veo la marca mucho más asentada y consolidada a nivel internacional. Y como un referente para nuevos proyectos. También me veo colaborando con otras marcas y con muchos más artesanos que me puedan ayudar a elevar mi propia marca. Y por qué no, me veo llevando mis colecciones a muchos países por todo el mundo a través de nuevas plataformas y tiendas multimarca.
Por otra parte, mi intención también es seguir aprendiendo de este proyecto y ofrecer cada vez colecciones más amplias en las que incluso los clientes puedan elegir cómo y con qué realizar algunos diseños, pudiendo llegar a hacer pedidos en los que ellos mismos puedan aportar materia prima logrando que haya un compromiso mayor en ayudar al planeta.
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Créditos:
Fotografía: Anne Banaan
Estilista: Mariola Delfer
MUAH: Valeria
Modelo: Gatox