NICASIO TORRES: El arte de fluir

02 / 08 / 2024

Este 2024 celebra diez años de su primera exposición individual, ‘This charming man’, en la que ya sentó las bases de su estilo, con cuerpos y rostros andróginos que tomaban forma a pinceladas de acuarela en blanco y negro. En #VEINDIGITAL compartimos un extracto de la entrevista publicada en VEIN#17, número para el que Nicasio ilustra el lomo y las páginas de apertura y cierre.

Los trazos gestuales de Nicasio Torres, autor del lomo y las contraportadas de VEIN#17, son fácilmente reconocibles. En esos rostros que atrapan la atención, se esconden mil mundos, y la mirada empieza a pasear por esas pinceladas de límites difusos que dibujan texturas y pasajes. La realidad en sus lienzos es fluida y, por qué no, también balsámica. Hay dulzura, sensualidad y misterio, y sobre todo, ganas de seguir observando. Este 2024 celebra diez años de su primera exposición individual, ‘This charming man’, en la que ya sentó las bases de su estilo, con cuerpos y rostros andróginos que tomaban forma a pinceladas de acuarela en blanco y negro. Poco a poco el color y la transgresión fue añadiendo nuevas capas a su obra en ‘Alter Egos’ (2017) y ‘Miradas’ (2018). ‘Rostros’ (2021) fue volver a  poner la atención a los rostros y en las hipnóticas superficies de acuarela que se expanden en el papel. Con ‘Friendly beast’ (2020-22) el brillo, el color y la celebración de la libertad que otorga la cultura drag tomaron el protagonismo en su serie más abstracta. Mientras que en ‘A beautiful shadow’ (2023) y ‘Liquid eyes’ (2023) Nicasio regresa a sus orígenes con una colección de obras en blanco y negro que conecta con su primera serie. Paralelamente, la participación en ‘Flowers’, la última muestra colectiva de la plataforma Showstudio creada por el fotógrafo y creativo inglés Nick Knight, le ha desafiado a abandonar los cuerpos para abrazar las flores. Ahora se encuentra inmerso en la preparación de su próxima exposición individual, la celebración de diez años pintando y también el cierre de una etapa y el inicio de otra. Estamos expectantes.

Tu amor por la ilustración empezó en un momento de crisis, ¿verdad? ¿Puedes compartir ese momento?

En mis primeros años de juventud, cuando empecé la universidad, tuve una crisis que ahora sí que siento fue una oportunidad para un nuevo comienzo en muchos sentidos. La crisis fue el síntoma de haber interiorizado la falsa idea de que algo en mí no estaba bien, algo que tenía que ver con mi sexualidad y feminidad, y que se tradujo en vergüenza, culpa y miedo. Cuando eres niñx, sin los referentes, el conocimiento y el cuidado necesario, es peligroso creerte las mentiras de la heteronormatividad y el patriarcado, porque luego quedan instaladas en el inconsciente y hay que hacer un proceso para deshacerte de ellas. Así que sí, la crisis fue el comienzo de este proceso, que de alguna forma todavía continúa, pero desde otro lugar, desde el entendimiento y la sanación. Y fue en ese momento cuando mi amor por la Ilustración comenzó. Un día cogí unos lápices, empecé a dibujar y se convirtió en un bálsamo para mi mente. Desde ese momento me ha acompañado toda mi vida y cada vez me hace más feliz.

 

 

Por lo que, de alguna manera, con tu historia se demuestra que detrás de una crisis se puede esconder una gran oportunidad. ¿Lo ves así?

Veo las crisis como un síntoma de algo que urge ser resuelto. El reto es tomar el camino adecuado para transformarlo… Pienso que tarde o temprano el curso de la vida hace encontrar la manera de hacerlo, y creo que ocurre tanto a nivel individual como colectivo, una oportunidad para repensarnos, tomar medidas y ser un poco más felices.

¿Cuáles son tus referentes?

Mis referentes más directos desde un punto de vista plástico son artistas de la pintura contemporánea como Marlene Dumas, Tracey Emin, Louise Bourgeois, Egon Schiele y Francis Bacon, entre otros. Pero como temática o inspiración, la encuentro en muchos lugares, desde rostros desconocidxs de la gente que veo en la calle, hasta en la moda, el cine, …

¿Qué te empuja a pintar?

Pintar se ha convertido en un hábito que forma parte de mi cotidianidad. Una manifestación de estar conectado conmigo y con el mundo. No busco nada en particular, pero voy encontrando sentido a lo que sucede y toma imagen, y esto me hace continuar. Supongo que una parte es el disfrute mismo de pintar y por otra de compartir sentimientos e ideas, … y de alguna forma ambas cosas se complementan.

En tu obra el gesto es muy importante. ¿Cómo ha sido el proceso hasta encontrar un lenguaje artístico que puedas sentir como propio?

Creo que ese gesto está ahí desde el primer dibujo que hice de niño, y aunque alguna vez he intentado explorar otras formas de hacer, no ha sido lo mismo… como que no salía de forma natural y por lo tanto no lo sentía tan propio. Así que ha sido muy orgánico. En mi trabajo, el reto ha sido dar sentido a ese gesto, pues dialoga mucho con mi intuición, así que con el tiempo he ido entendiéndolo y articulando mi expresión plástica con la fuerza que lo motiva .

En tu aproximación al arte, no hay ideas preconcebidas, no hay planes cerrados…¿Cómo perder el miedo al folio en blanco?

Últimamente, cuando interpreto y comienzo un proyecto, de entrada ya tengo una imagen borrosa en mi cabeza, nada cerrado, pero que me guía sobre qué camino voy a tomar, qué técnica usar, con qué gamas cromáticas conecto, … que luego a medida se desarrolla el proyecto se va transformando. Siempre confío en la intuición y en el proceso, y siento que cuando me meto de lleno en él sin juicios, ya el proyecto anda solo. Pero sí, al principio hay este calentamiento previo de prueba-error-hacer-rehacer que al final hace que cada proyecto tenga un carácter particular.

 

 

Las identidades expandidas, lejos de corsés y de miradas binarias están en el centro de tu obra. ¿Qué quieres comunicar con tu colección de identidades líquidas?

Esta serie que hace referencia directa a esta idea de identidades líquidas, realmente es una constante implícita en todo mi trabajo. Creo que la realidad de cada persona es más compleja y rica que la que representa la norma binaria, y que identificarte de una manera rígida con una de ellas crea más limitación que libertad. Por eso, me parece beneficioso que aparezcan nuevos modelos y etiquetas con las que identificarse, y que además no sean fijas, si no que puedan ser útiles durante una época y en otras trascenderlas o dejarlas, apropiarte de una o varias y cuando sea necesario soltarlas. Pero claro, como mi trabajo no es principalmente conceptual, no creo que mi trabajo esté ilustrando estas ideas, aunque sí las siento relacionadas. Estas imágenes nacen más desde la intuición, y creo que tienen que ver más con la idea y necesidad de desapegarse de cualquier creencia o memoria que impida celebrarte en el presente, y lo hago a través del rostro y del cuerpo, desdibujándose y deshaciéndose.

La moda es también una disciplina que nutre tu imaginario. ¿Qué te interesa y atrae de ella?

En relación a mi trabajo, sobre todo me interesa su lado expresivo, cómo a través de ella redibujamos nuestros cuerpos y nos permite comunicar tantas ideas, emociones y sentimientos. Creo que puede tomar muchas formas y posibilidades y que refleja y participa de corrientes y cambios sociales. Me encanta cómo es usada y forma parte del trabajo de muchxs artistas, de la performance, el drag,… Y creo que todo esto influye de manera intuitiva en mi trabajo, más el espíritu que la forma en sí.

Fotografías de Isaac Flores

Si quieres leer la entrevista completa consigue aquí tu ejemplar de VEIN#17