La ineficacia y la ineptitud de los sistemas para combatir el bullying llevaron a Adela a crear una plataforma de apoyo formativo. Aprendizaje y concienciación para abordar uno de los mayores tabús de la sociedad. Hablamos con ella.
Proyecto Fénix
“Del acoso escolar se sale, pero tiene que ser con mucha ayuda”. Adela Martín López, fundadora de ‘Proyecto Fénix, nadie se ríe de nadie’, tiene la firma convicción de que superar el bullying, una de las principales lacras de la sociedad de hoy en día, es posible. No obstante, es plenamente consciente de que el apoyo y el acompañamiento son vitales para poner punto y final a esta situación.
Adela, quien conoce de primera mano la realidad a la que se enfrentan los más pequeños en las aulas, decidió actuar para combatir el acoso escolar ante la ineficacia y la insuficiencia de las medidas implantadas para prevenirlo. Con este propósito, la docente se embarcó en una iniciativa que pudiese servir de soporte y ayuda a padres y profesores: un libro de formación y motivación profesional con el que abordar de raíz la problemática del bullying. El recurso educativo, puesto a la venta en septiembre de 2017 por primera vez, toma como punto de partida la Teoría de la Escalera: un método basado en la igualdad, la interseccionalidad y el respeto, que parte de lo personal y desemboca en lo colectivo, abordando cuestiones tan importantes como la autoestima, la gestión de emociones, el respeto y la cooperación.
Teoría de la Escalera
El objetivo del proyecto emprendido por Adela no es solo combatir el acoso escolar, sino prevenirlo en la medida de lo posible. La maestra, para quien la escuela es un fidedigno reflejo del mundo en el que vivimos, tiene claro que el bullying es un problema de la sociedad en su conjunto, algo que traspasa las aulas y los centros educativos. La concienciación y la formación son los dos pilares sobre los que se sustenta el libro formativo, dirigido a las familias y los docentes, pero cuyo contenido acaba siendo trasladado a los más pequeños.
El proyecto creado por Martín pretende además dar voz a aquellas personas que han sido víctimas de acoso. Es en ‘Ahora somos red’, una de las secciones incluidas en su página web, donde la profesora cede la palabra a aquellos que quieran compartir su experiencia, narrar su vivencia o relatar cómo consiguieron salir de dicha situación. A los personales relatos se suman películas, cuentos y cortometrajes, entre otros recursos, que la propia Adela recomienda en base al contenido y la perspectiva desde la que se aborda el bullying. Todo ello con un único objetivo: animarnos a subir la escalera juntos.
Hablamos con Adela Martín para conocer en profundidad el funcionamiento de la plataforma, qué la llevó a decidir crear este recurso educativo y cuál es su opinión sobre la forma en la que se plantea la cuestión del acoso escolar en los medios de comunicación:
Alana Portero
No hay duda de que tu vocación es la enseñanza. Maestra, experta en acoso escolar, técnico en igualdad de género… ¿Cuándo y por qué te decides a emprender el Proyecto Fénix? ¿Qué fue lo que te llevó a sentir la necesidad de crear este recurso?
Veía que los recursos que salían para prevenir el acoso escolar no eran tal. Se trataban de actividades más o menos puntuales y anecdóticas que pueden servir como introducción, pero la convivencia, las relaciones sociales, el respeto, la igualdad… a todo tenemos que aprender, y si se actúa en edades en las que el acoso escolar ya está enraizado, no se adelanta nada. Creí que podría hacer algo más, algo duradero en el tiempo y que fuera verdaderamente a la raíz de la violencia para intentar prevenirla. Encontré la forma de trabajar de forma adecuada, productiva, y que motiva a quien lo pone en práctica y al alumnado, y esa forma fue a través de Fénix y La Teoría de la escalera, actividades secuenciadas para conseguir el objetivo principal: un buen clima de convivencia.
¿A quién va dirigido ‘Fénix, nadie se ríe de nadie’? ¿A los más pequeños o a los padres, tutores y profesores?
En realidad va dirigido a todo el mundo: son los adultos, familias y docentes, quienes lo leen y planifican para ponerlo en práctica y de esta forma involucrar a las criaturas para conseguir un buen clima de convivencia entre todxs, en casa, en la escuela… Lo leen los mayores pero lo llevan a la práctica mayores y pequeñxs.
Confiesas creer que otra educación es posible, siempre y cuando empecemos desde el primer peldaño de la escalera ¿Cómo deberíamos empezar a abordar este cambio? ¿Qué problemas encuentras en el modelo educativo actual?
Si hablamos del modelo educativo con respecto al bullying, creo que es tarea de todos y todas. Además de que los recortes educativos están destrozando la escuela pública, hay unas ratios muy elevadas y se necesitan más profesionales, sobre todo de Pedagogía terapéutica, Audición y lenguaje y Orientación, que hagan que la escuela sea un lugar con recursos personales, económicos y educativos suficientes. También se necesitan por parte de todo el profesorado dos cosas: concienciación y formación. Hasta que todos y cada uno de los maestros y maestras entiendan que el acoso escolar no son cosas de niñxs, no es algo que forje el carácter o algo sin importancia, no vamos a dar el paso de, por lo menos, empezar a prevenir. Además, se necesita mucha formación para poder trabajar bien este aspecto: qué es bullying y qué no, herramientas, eliminación de estereotipos… es un problema de la sociedad en su conjunto y la solución pasa por una transformación social a su vez.
Hace unas semanas saltaba a los titulares la historia de Camila, una niña de 10 años víctima de acoso escolar racista. Su madre se vio obligada a presentar una demanda contra la Comunidad de Madrid (institución a la que pertenece el colegio público) acusándola de cometer irregularidades en la aplicación del protocolo de acoso escolar. ¿Actúan correctamente los centros educativos a la hora de combatir el bullying? ¿Están los docentes suficientemente concienciados y formados en esta materia?
El protocolo de la Comunidad de Madrid, que es el que conozco, se ha demostrado ya insuficiente: son profesores del centro quienes tienen que llevar a cabo una investigación lo que conlleva una sobrecarga en los docentes que, además, en muchos casos suele ser ineficaz a consecuencia de la poca formación, por lo tanto, se nos pueden pasar por alto situaciones o hechos que sean claves en el proceso. Por supuesto hay centros que minimizan o intentan tapar, pero aunque pongan todos los medios, el protocolo es insuficiente. Insisto en la importancia de la concienciación y de la formación como base para actuar a partir de ahí, pero la aplicación de un protocolo verdaderamente útil tiene que ser llevado a cabo por gente muy preparada en el tema.
En 2017, España superó por primera vez las 1000 denuncias por acoso escolar, un 11,6% más respecto al año anterior. ¿A qué se debe este aumento tan significativo? ¿Han influido de alguna forma las redes sociales y el acceso a Internet?
Supongo que pasa lo que se está consiguiendo como sociedad en otras violencias: que se denuncie más, que se hable más de ello y que por eso aumenten las cifras. No creo que haya más casos, sino que se visibilizan más. Puede parecer que no, pero desde mi punto de vista es positivo: no nos callamos. Cuanto más se hable, más conciencia habrá, entenderemos que sufrir acoso no es normal ni merecido y se podrá actuar de otra forma.
¿Cuál es la franja de edad con más casos de acoso escolar? ¿Por qué?
Según las cifras de los últimos informes, emitidos por la Fundación Anar y Mutua Madrileña y el Observatorio de la Convivencia de Comunidad de Madrid, parece haber más casos en educación primaria (6-12 años), y aunque en secundaria el número desciende, la violencia verbal, física y social va en aumento. Se podría decir que hay menos casos pero más graves. No sé por qué hay edades con más prevalencia que otras, quiero pensar que la madurez se abre camino, pero no es cierto porque si no, no habría violencia entre adultos.
¿Son las escuelas un reflejo de la sociedad en la que vivimos?
Tendemos a pensar en las escuelas como algo ajeno a la sociedad y no lo es. Las escuelas son y forman parte de la sociedad, somos las mismas personas, los niños y niñas forman parte de la sociedad también. Por lo tanto, claro que las escuelas son un reflejo, son un ecosistema propio pero dentro de la sociedad, y no podemos extrañarnos del acoso escolar cuando vivimos una violencia en la sociedad que sigue dejando, aún en 2019, a esas personas “diferentes” fuera. Lo no-normativo, lo que se sale de los estereotipos, sigue penado. Los adultos seguimos considerando las diferencias como debilidades y así estamos educando. El acoso escolar es el propio sistema de opresión y violencia dentro del colegio.
Existe un servicio telefónico disponible las 24 horas todos los días del año donde poder denunciar las situaciones de acoso escolar. Este teléfono recibió en 2017 la mitad de llamadas que el año anterior, en torno a 12800. ¿A qué atribuyes este descenso? ¿No es esta una solución efectiva ante el bullying?
No conozco el funcionamiento del teléfono, pero está claro que no es la solución más efectiva porque hay niños y niñas que no se van a atrever a llamar a alguien desconocido. Yo creo que lo importante es crear vínculos de confianza con los niños y niñas y que encuentren su espacio seguro donde expresarse, o con quien expresarse, de forma libre, que puedan soltar la pesada carga que llevan. Esa confianza ha de buscarse en casa y en las aulas.
Colaboras de forma habitual en el programa ‘Escuela de familias’, has publicado en repetidas ocasiones en la revista digital ‘La Llanura de Arévalo’, en la revista ‘Mujeres en lucha’… ¿Crees que el espacio dedicado a hablar sobre el acoso es cada vez mayor en los medios de comunicación? ¿Piensas que se aborda de forma correcta o tiende a caer en la frivolización por parte de las grandes cadenas?
En esos sitios donde he escrito lo he hecho más desde una perspectiva feminista que exclusivamente del acoso escolar, pero creo que vivimos en un sistema que es especialista en captar todo lo que sea, darlo la vuelta y convertirlo en una moda. El bullying no es una excepción: programas sensacionalistas, enfoque sin formación, victim-blaming, es decir, culpar a las víctimas por no haber denunciado. Los medios tienen que responsabilizarse, de la misma forma que deberían hacerlo con el tratamiento a la violencia machista, al racismo o la LGTBIfobia. Hablando de grandes cadenas, estaría bien que se responsabilizasen también cuando en los realities o programas se cometen agresiones o situaciones de acoso.
En la página web de Proyecto Fénix, encontramos una sección llamada “Soy una cuentista”, en la que compartes un libro igualitario y respetuoso cada semana. ¿Sientes que hay suficientes cuentos que aborden estos temas de forma natural? ¿Crees que los cuentos infantiles actuales han cambiado respecto a los tradicionales?
Afortunadamente hay cada vez más colecciones, cuentos e historias que hablan desde otro prisma, más igualitario, sin moralejas injustas o machistas, racistas… pero también hay libros y cuentos que apuntalan todo lo contrario. A mí me gusta saber que hay sitios donde siempre voy a poder encontrar libros que además de bonitos, interesantes y divertidos, tengan un mensaje de igualdad y apoyo, como por ejemplo, en la librería Mujeres y Cía. Tienen una selección de cuentos que ofrecen una diversidad que hace años no había y a la hora de trabajar con niños y niñas, se agradece mucho, porque se muestra una sociedad tan amplia como lo es en realidad.
Matilda, My Little Pony o Cómo entrenar a tu Dragón son algunas de las películas que recomiendas proyectar en las aulas. ¿Qué temas importantes abordan estas películas y de qué forma lo hacen? ¿Qué opinión tienes sobre el cine infantil de hoy en día?
Esas películas, entre otras, tratan, más o menos en general, el tema de que las diferencias no son algo malo y motivo de discriminación o agresión. Como en ‘My Little Pony’, Matilda era una niña muy distinta a su familia y tiene una perspectiva de género muy interesante (“las niñas necesitan ser guapas, no listas”), y en ‘Cómo entrenar a tu dragón’, el protagonista aprende a relacionarse sin violencia y pierde una pierna, lo que nos facilita mucho hablar en clase sobre capacitismo o inclusión. El cine infantil actual es tan amplio que encontramos de todo, pelis que siguen teniendo unos mensajes horribles y pelis que van cambiando, poco a poco, la concepción del mundo. Sin embargo, necesitamos que esos cambios sean un poco más rápidos. Es curioso cómo somos de pacientes con estos cambios que, literalmente, cuestan la vida, y la poca paciencia que tenemos para que se cierre la puerta del ascensor. Nos urge la igualdad.
‘Ahora somos red’ es una sección de tu página web dedicada a todas aquellas personas que han sido víctimas de bullying en algún momento de su vida, y deciden compartir su historia y sus sentimientos con los demás. ¿A qué atribuyes la falta de visibilidad del acoso escolar que denuncian muchas de las víctimas? ¿Son cada vez más los que se animan a contar sus vivencias?
El acoso escolar ha sido hasta hace muy poco un tema tabú, y creo que es debido a varios motivos. El principal es que nos cuesta mucho hablar sobre un dolor tan grande y que queremos aparentar lejano, hace mucho tiempo, y queremos enterrarlo. También es cierto que nos cuesta mucho identificarnos como víctimas porque el daño se hizo de una forma tan constante y duradera que crecemos con la sensación de haberlo merecido o de que no fue para tanto. Espero que ‘Ahora somos red’ sea un recurso que sirva para hablar de bullying, que inspire a gente que necesite contarlo, que conciencie a quien no ha sido víctima y que todas esas personas que salen ahí, sean referentes visibles e inspiración: del acoso escolar se sale, pero tiene que ser con mucha ayuda.
¿Cómo se puede adquirir ‘Fénix, nadie se ríe de nadie’? ¿Está disponible en librerías de toda España?
Se puede encontrar en la web del proyecto y en la selección de librerías de la editorial, además de en su página web (Bubok) y también a través de Cero6 y Escuelas en red.
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