¿Qué hay de nuevo? La columna de Estel Vilaseca para VEIN.es
El pasado miércoles teníamos cita en Valencia como medio colaborador de Future of Fashion, encuentro internacional de moda sostenible organizado por Fundació del Disseny. Bajo el título “From Ideas From Action” la plataforma se proponía, en su nueva edición, y a través de una cuidada selección de ponencias, seguir trabajando en la transformación de unas de las industrias que más impacto está generando en el medio ambiente. Cuando recibimos la noticia de la anulación del congreso todavía estábamos lejos de entender la dimensión de la tragedia que había dejado tras su paso el impacto de la DANA, la más intensa del siglo en España. Mientras la desinformación nos mantiene en vilo, la solidaridad inmediata de la población civil nos demuestra que en situaciones límite siempre aparecen manos tendidas y el paso a la acción es inmediato. Ocurrió en la crisis del coronavirus y está ocurriendo ahora. Manos que sujetan, manos que consuelan, manos que arropan y manos que rehacen.
Escribe la escritora Elena Bernabé en su cuento “Con las manos” cómo “las antenas de nuestra alma” nos pueden ayudar a aliviar el dolor: “Todo lo que se hace a mano se dice que está hecho con el corazón. Porque es realmente así: las manos y el corazón están conectados”. A la sabiduría de este órgano le dedicó su libro “La mano que piensa” el arquitecto y pensador Juhani Pallasmaa que reclama reconocer las sinergias entre cuerpo y mente para una comprensión holística del mundo: «En modos de vida anteriores, el contacto íntimo con el trabajo, la producción, los materiales, el clima y los fenómenos siempre cambiantes de la naturaleza proporcionaban una abundante interacción sensorial con el mundo de las causalidades físicas. Sugeriría también que los lazos familiares y sociales más cercanos, así como la presencia de animales domésticos, proporcionaban más experiencias para el desarrollo de un sentido de la empatía y la compasión que el que se ofrece en la vida individualista y molecular de hoy en día”. explica en la introducción. Entre muchas de las citas con las que hila sus pensamientos alrededor del poder de las manos para entender el mundo, destaco aquí la del filósofo Michel Serres que dice: “Si hay una revolución por llegar, esta tendrá que proceder de los cinco sentidos”.
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Las manos que participan en los procesos de creación de las prendas son las protagonistas de la firma emergente berlinesa The Human Touch. “Estamos intentando señalar la desconexión entre la omnipresencia de prendas y los procesos de producción producidos fundamentalmente por una labor humana. En HUMAN TOUCH estamos intentando acercar el espacio que existe entre el productor y el consumidor. ¿Cómo es que la ropa es visible en todas partes a nuestro alrededor, más allá del interés individual que tengamos por la ropa, y el origen de estas piezas permanece tan opaco e invisible y, la mayoría de veces, irrelevante para quien la usa? Al hacer visible lo invisible, las huellas de las personas detrás de la producción de una prenda, queremos despertar la fascinación, el respeto y la empatía que pueden contribuir a que podamos tomar decisiones de compra éticas y evitar las trampas de la sed de nuestro sistema económico actual. HUMAN TOUCH siempre será un concepto en primer lugar y una marca de moda en segundo lugar, por eso nos consideramos una marca activista”, explicaban las fundadoras de la marca, Juliet Seger y Christina Albrecht en una interesante entrevista en Sleek Magazine.
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Las piezas oscuras de The Human Touch me han hecho pensar en los diseños de Tigran Avetisyan. Una de sus piezas de su colección de graduación ilustraba la portada del “Anti-Fashion Manifesto” de Li Edelkoort. En ella se podía leer “Nothing Changes”. En su colección de primavera de 2015, Avetisyan y su equipo trabajaron con elementos de diseño como rayas o textos que imprimieron y transfirieron a las prendas: “De esta forma los estampados eran imposibles de replicar y cada uno de ellos era diferente”. Detrás de esta técnica manual el diseñador ruso hacía una crítica a las grandes corporaciones que “lanzan colecciones exclusivamente para promocionar las ventas de sus perfumes. De alguna manera, la colección actúa como un anuncio de una fragancia” explicaba a The Last Magazine. Con su espíritu de guerrilla Avetisyan encontró en la moda un espacio para hacer política: “La razón por la que estoy en la moda es porque pienso que es el mejor medio para la comunicación. Todo el mundo está interesado en la ropa. Si te pregunto que nombres a cinco diseñadores de producto, te costará. Pero si te pregunto que nombres a cinco diseñadores de moda, fácilmente me podrás dar entre 25 y 30 nombres”.
“El tema subyacente siempre es cuestionar el status quo. Creo que esto es lo que toda persona pensante o diseñador debería hacer. No deberías ceñirte a una sola cosa. Si quieres cambiar algo, siempre deberías hacer preguntas” explicaba en otra entrevista a Granary. Si hay un diseñador que cuestionó el status quo ese es Martin Margiela, a quien también podemos encontrar de forma latente tanto en el trabajo de Avetisyan como en el de HUMAN TOUCH. El documental “Martin Margiela: in his own words” nos acerca a la revolución sutil que inició el belga en los años ochenta y cuyo impacto es hoy más relevante que nunca. “Durante décadas, Margiela nos ha estado enseñando silenciosamente tanto a todos sobre sostenibilidad, el consumo excesivo, la durabilidad, la creatividad colectiva y, con Azzedine Alaia, ha liderado el movimiento contra la moda rápida. Las otras grandes casas de moda ahora se están poniendo al día tardíamente; para Martin Margiela, menos siempre ha sido más” compartía Marten Rabarts, director del New Zeland International Film Festival, uno de los primeros espacios donde se estrenó.
Su director, Reiner Holzemer logró que Margiela, que llevaba tiempo desaparecido, apareciera en el documental aportando su testimonio. Siempre en el anonimato, si bien su rostro no aparece, sí lo hacen sus manos, que se convirtieron en protagonistas de la cinta: “Mucho más importante que las imágenes de archivo fue el descubrimiento de las manos de Martin como elemento visual para ilustrar su personalidad. Era fascinante observar sus manos mientras preparaba un conjunto. Sus dedos se mueven con una delicadeza que nunca antes había visto. Se puede decir entonces que sus manos fueron el sustituto perfecto de su rostro, y aprendí que esas manos hablaban su propio idioma. Ese fue un hermoso descubrimiento para mí”.
Re-conectar con lo esencial y pasar a la acción se dibuja cómo el único camino posible para esta crisis climática que, a marchas forzadas, es ya nuestra realidad. Asumir que somos parte del problema y pasar a la acción para ser parte de la solución está en nuestras manos.