De la escucha, la meditación y los pensamientos. Una colección basada en la reflexión, que invita a enfrentarnos a nuestro yo real replanteando los códigos estéticos. Horas antes del desfile, hablamos con Franx y Xavi, los creadores de este imaginario.
Una linterna nos daba la llave para entrar al espacio Harley, donde 44 Studio presentaba su propuesta. Un aura sórdida acompañada de susurros perversos, conformaba el ambiente perfecto para alcanzar el ideal de la colección. «Silencio es un replanteamiento. Pararte a pensar lo que pasa en la sociedad, ver que en un mundo en el que existe tanto ruido y tantas noticias alteradas, no nos pararnos a pensar lo que sentimos nosotros o lo que realmente pensamos. Vivimos dejándonos llevar por todo eso y no nos afrontamos a nuestro yo real», nos cuenta Xavi.
A pesar de la ausencia de color -donde solo estaban presentes el negro y el blanco-, la información en los tejidos era bastante generosa. ‘El brutalismo, el ruido, el minimalismo,…Todos los conceptos que hemos querido manifestar en esta colección lo hemos materializado a través de las texturas de los tejidos’, explica Franx. Gasas, algodones texturizados, plásticos y prints con textos conforman el diálogo bicolor. «También hay un tejido que para nosotros es un poco la esperanza – nos explican- que representa que algo bueno tiene que venir».
Las prendas defienden un punto oriental con más importancia y volumen en las piezas inferiores pero mezclado con lo occidental de la parte superior. «Silencio, para nosotros, puede ser que la prenda esté al revés o que la costura esté imperfecta y también puede ser la búsqueda de lo correcto y lo incorrecto, y en muchas de las prendas se plasma eso», nos cuenta Xavi. De algunas prendas, asomaba el forro debajo y aunque visualmente no lo parezca, era una misma pieza. También había chaquetas reversibles con costuras correctas y otras imperfectas, depende por el lado por el que te la pongas. Todo reflejo del pensamiento de lo bueno y lo malo, el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto.
El maquillaje, hairstyling y performance – de Antonio Culebras ‘Le Group’– cerraban el círculo estético. Inspirado en el Butoh -una danza que surge en Japón tras la bomba de Hiroshima y que expresa el sentimiento de catástrofe a través de movimiento-, algunos de los modelos apretaban y desintegraban con desesperación bolas de corcho con la cara y el cuerpo empolvados de blanco.
Antonio dio un paso a crear la nueva colección a partir de la anterior, en la que también colaboró con ellos. «Con Silencio, hemos decidido cerrar el círculo y empezar a trabajar a nuestro ritmo, como lo hacíamos al principio. Hemos entrado en un círculo del que no es necesario ser partícipe. Vamos a seguir haciendo colecciones pero no en los tiempos en los que la moda estipula, si no haciendo algo más personal, más pequeño. Hay tantas marcas que es demasiada información. Es mejor hacer algo cuando nadie se lo espera, las reglas están para romperlas y nosotros en ese sentido las rompemos muchas veces», explica Franx.
En medio de la sala, un escenario teatral con dos hombres enfrentados: uno totalmente desnudo y el otro, presumía de heridas vendadas mientras giraba sobre sí mismo sosteniendo un micrófono. Soberbio final, versionando en clave siniestra uno de los clásicos de la banda británica Depeche Mode, ‘Enjoy the Silence‘…
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Fotos: Cristina Góngora