Soledad, la epidemia de la generación post-millenial

17 / 07 / 2018
POR Beatriz Hernández

Según un estudio que aborda una realidad enmascarada por las redes sociales, los jóvenes de entre 18 y 22 años son los que más problemas tienen para cultivar su propia soledad.


 

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Compartir tu último viaje, colgar la foto del desayuno o subir a Instagram los videos de la fiesta de anoche, ya se han convertido en actos cotidianos para la llamada generación X. Pero la otra cara de la moneda, la que encumbra a las redes sociales como el perfecto escaparate de la vida idílica de los demás, parece estar vinculada al origen del sentimiento de soledad que comparten. Aunque esto no es nuevo, lo sorprendente es que la generación que se define como “la más solitaria” sea la X, aquellos jóvenes de entre 18 y 22 años.

El estudio, realizado a 20.000 jóvenes estadounidenses, arroja luz al asunto. Con un test ideado por la Universidad de California, bajo el nombre de ‘Loneliness Scale’ se enfrenta a los participantes a preguntas sobre su experiencia vital que pueden ser respondidas con opciones como: “a menudo me siento de esta manera”, “a veces me siento así”, “raramente me siento de esta manera” o “nunca me siento de esta manera”. De este modo, los resultados de la iniciativa promovida por la compañía de Seguros Cigma, revelan que a menudo los jóvenes de la generación X se encuentran con pensamientos como: “me siento excluido” o “no me gusta hacer tantas cosas solo”. Ante estos datos, podemos hablar de una verdadera epidemia de soledad, que no solo que ve enfatizada por el uso rutinario de las redes sociales, si no por cómo las usan. Aunque, los investigadores insisten que la presencia de los jóvenes en estas redes es solo un factor de influencia más, la relación entre énfasis del ‘yo’ y a las continuas comparaciones con las vidas ajenas, que los jóvenes realizan influyen en estos resultados, ya que el 90% de los jóvenes tienen presencia en las redes sociales.

Sin embargo, la información presentada por este ‘medidor de soledad’, lejos de alejarnos de dudas nos acerca a otro interrogante mayor: ¿La interacción digital ha remplazado ya a la humana?