Soledad Vélez: La danza del último mito animal libre

17 / 03 / 2016
POR Carlos H. Vázquez

Hay personas que dicen todo con un primer vistazo. Ni siquiera guardan un poco de misterio. En cambio, como sucede con Soledad Vélez (Concepción, Chile, 1988), hay otras que desarrollan una atracción casi sin querer, sin forzarlo. Simplemente por ser como son.

 

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Los epés Four reasons to sing (Autoeditado, 2010) y Black light in the forest (Sello Salvaje, 2011) empezaron a presentar a Soledad a ráfagas, poco a poco, para enseñar otro poco de ella en Wild fishing (Absolute Beginners, 2012) y Run with wolves (Absolute Beginners, 2013). Pero ahora han cambiado las cosas. Sigue habiendo bosque, lobos y montaña, pero en lugar de frondosidad vegetal hay rocas y nocturnidad en una cumbre donde ahora ondea una bandera con las palabras Dance and hunt (Subterfuge, 2016). Dos años de escalada han bastado para alcanzar esta nueva cumbre. Además de estar en el FIB de este 2016, el 7 de Mayo en Madrid (Siroco) y el 27 de Mayo en Valencia (16 Toneladas) Soledad Vélez bajará de las alturas para cantar fábulas de animales y seres humanos.

 

¿Sigues creyendo en la magia? Sí. No ha sucedido nada fuera de lo común, pero sigo creyendo en la magia. Me gusta creer en ella. A veces, también me gusta coincidir con personas que transmiten esa magia también. Me gusta. También es lo que entiendo yo por magia, que es esa sensación que te dan las personas de pureza, como algo real. En lugar de conocer a una persona conoces a una montaña. Ésa es la sensación que me da. Me parece supermágico. Claro que sigo creyendo en ella.

 

¿Por qué crees que te llaman ahora “la nueva Soledad Vélez”? (Risas) ¡Porque ahora soy otra! No lo sé. Supongo que habrá generado un poco de sorpresa este nuevo disco. Me hace gracia porque para mí no lo es tanto; llevo dos años trabajando en él y ha sucedido todo de forma natural, como el río que lleva agua. Así me ha pasado. No he querido sonar así o “asá”, en absoluto. De hecho, estoy sonando de la forma más natural en la que ha salido y en la que ha surgido. Tampoco he dicho en ningún momento que quería sonar de una forma. No. He necesitado ciertos sonidos específicos y los he integrado a la música que estaba haciendo.

 

¿Han visto en ti algo que no eres? Suele pasar… Sí. Eso suele pasar. Pero bueno, no lo sé, porque depende de quién estemos hablando. Son apreciaciones tan subjetivas… Pasa a nivel personal con muchas personas. En este caso específico con mi trabajo, sucede y sí que hay veces en las que no me siento representada por lo que se dice. Pero creo también que es una cuestión de información. Cuando comprendes mucho más al músico, entiendes mucho más su música. Otras veces me siento identificada con las cosas que la gente dice, porque pienso que lo ha entendido perfecto, pero sí que hay gente por ahí –no lo sé- que no lo ha entendido bien y entonces lo interpreta de otra forma. Eso siempre suele ocurrir cuando yo nunca he tenido palabras o igual no se han interesado en investigar sobre mí como música. Eso da a muchas interpretaciones.
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¿Te refieres a que vean más a la persona que a la música? No tanto a la persona, sino que el discurso que tiene el músico respecto a un trabajo. Y cuando no lo oyen o no lo leen, eso da para muchas interpretaciones. Cuando pasa… bueno, va a haber comentarios de todo tipo, pero tampoco me va a afectar.

 

En este hay disco hay muy poco texto. ¿Es posible que hayas decidido no volver a contar tu vida en las canciones y a través de las letras? Cosa que sí has hecho con anterioridad. Sí. En el anterior disco fue todo muy crudo y los conciertos eran muy intensos. En este caso, en este espacio-tiempo de mi vida durante estos años, he decidido que necesitaba otras cosas, otros ritmos. Tenía la necesidad de un sonido que se reflejara con mi yo actual, el de ahora. Todo lo que oyes (bases, sintes,…) es un sonido que ha estado en mi entorno mucho tiempo, lo que pasa es que en esta ocasión he decidido utilizarlos. Otra de las cosas que he decidido en este disco, por ejemplo, es, por una parte, no contar mi vida y elegir otro concepto para trabajar, que ha sido el trabajar una emoción, un sentimiento de forma aislada, como crear un ambiente respecto a ese sentimiento.

 

¿En cada canción o en todo el disco? En cada canción, porque hay un sentimiento o una emoción diferente. Todas las canciones, siendo el concepto general del disco, van sobre eso.

 

Te lo pregunto porque You have no choice with me, que es la que tiene menos letra, me recuerda mucho, por su sonoridad, a las primeras canciones que hiciste. Además, se pueden escuchar unos gritos, más bien graznidos de ave, que expresan libertad. Son míos, pero para mí son como águilas (risas). El sentimiento de esa canción es como un poco de ira aunque representa muchos sentimientos. He usado esta forma de componer -repitiendo una y otra vez lo mismo pero de distintas formas- porque al hacerlo siento que estoy comunicando distintas cosas también a la vez. Quizás he cogido mal el concepto de ira, pero es como una declaración de intenciones, como una mezcla que gira en torno a una emoción que tuve en ese momento.

 

Observo que en The Cave y en Asteroid se repite la frase “out of my mind”, por cierto. Hablo como si yo no fuera una persona muchas veces. Estoy hablando como si fuéramos también una emoción, como una sensación de no estar físicamente.

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¿Como un ente? No lo sé. Puede ser algo así. Es difícil de explicar. Las letras van sobre lo que te decía: sobre la descripción de una emoción; nunca se transforma en algo físico y siempre es como las sensaciones que generan alrededor el sentimiento por el que estoy creando la canción. Entonces, cuando digo todo esto de estar fuera de la mente, estoy describiendo las sensaciones que rodean el sentimiento.

 

En Asteroid y en Dance and hunt, también, hablas de cruzar líneas, como tratando de decir: “esto es lo que soy ahora”. Me gustaría que las aisláramos, porque una canción no tiene que ver con la otra, ninguna, solamente en el concepto que comparten. Asteroid, por ejemplo, va sobre la derrota; va sobre reponerse; va sobre ignorar que se ha fallado y seguir adelante. Es una sensación, una experiencia que he cogido de ‘equis’ sitio y he aislado esa sensación. Nada más es lo de sentirse solo, lo de experimentar, como un laboratorio… todo es como muy abstracto. Me refiero a lo de seguir experimentando y seguir intentando distintas fórmulas hasta volver a reponerse. Por eso estoy todo el rato comparando palabras y reuniendo pequeños hechos, como lo del asteroide o como todas esas sensaciones que describen esa emoción en concreto.

 

¿Y Dance and hunt? Dance and hunt es el nombre que le da título al disco y es la canción que más explica el concepto en todo el disco. Esta fue, de hecho, la única canción que escribí en Galicia, en Cariño, un pueblecito de la costa. Por eso digo lo de “I’m not from here” y “I’m your dark side”. Vuelvo a hablar como si yo misma no fuera una persona. El “I’m not from here. I’m your dark side” es como un juego emocional dentro de uno mismo.

 

Bueno, Jeanette, que es la canción que abre el disco, ya te presenta como otra persona. Sí (risas). Jeanette, de hecho, es como soy yo pero sin serlo. Es muy gracioso. Como cuando te enfadas mucho y te comportas de una forma que no te reconoces, ¿sabes? Eso es mi Jeanette. Es curioso, porque siempre se ha llamado Jeanette, aunque yo no se lo puse. Fue desde siempre. Es como si alguien me lo hubiera dicho.

 

La canción Knife, la fotos con el cuchillo y con el rifle… Hay bastante ira, que no violencia. ¡Exacto! A eso voy. Por ejemplo, la foto de la escopeta o la del cuchillo. Son imágenes poéticas sobre lo que realmente quiero decir. Lo de la escopeta es, de hecho, la representación de “hunt”, de esta cosa interior de cada uno, de la captura y de la búsqueda, de la persecución de ti mismo, de buscar ese sentimiento. Y junto al “dance”, que es el baile que lo completa. Es un baile tribal que hace que evoques algo, que evoques la canción, que evoques ese sentimiento, que es de lo que va realmente el disco.


¿Por qué están unidas, bajo mi creencia, Thunderstorm y The cave por la frase “come with me”? Una va antes que la otra; en Thunderstorm dices “come with me this time” al final de la canción y en The cave empiezas cantando “come with me tonight”. (Risas) Me estás juntando las canciones y yo nunca las había pensado en conjunto. Además, trabajé muchísimo en el orden del disco. Muchísimo. Hubo mil cambios hasta que encontré realmente la línea que debía ser. Pero lo que me dices no lo había pensado, te lo juro. Pero son coincidencias. No me había dado cuenta.

 

¿De dónde viene Thunderstorm? Tiene que ver con la montaña también… Sí. En general, sabes que todo el disco, como yo, tiene que ver con la montaña. Siempre tiene todo que ver con la montaña y con lo que hay en la montaña para mí. En este disco no he querido solamente presentar música, sino también como soy yo. Ha sido como una presentación.

 

Para no haber contado tanto tu vida en las letras, has contado mucho más con la música y la melodía. Es que, fíjate, yo creo que es distinto. No creo que esté contando nada, sino que estoy compartiendo como un sentimiento, ¿sabes?, que es lo que me interesaba en este disco. Estoy compartiendo ese sentimiento que tengo por estas cosas que me hacen ser ahora mismo como música.

 

Te he nombrado, por esa unión supuesta, a The cave. ¿Tiene otra historia similar entonces? Es un poco oscura… Aún me acuerdo del día que empecé a hacer esa canción… The cave es como una canción de amor, supongo, aunque ya casi no hago canciones de amor. Es, más bien, una canción de compañerismo y estas cosas. Dejémoslo en compañerismo. Es una canción que me apetecía hacer y cuando la hice fue como presentarme a un nuevo amigo. Estuvo muy bien.

 

¿A qué te refieres con presentarte a un nuevo amigo? Para mí, las canciones son eso: amigos. La música, para mí, es como una amiga. Cuando hago canciones, no sé por qué razón, veo las canciones como personas.

 

Lo bueno que tiene es que te puedes crear tus propios amigos… (Risas) Sí. Veo las canciones como personas y eso me parece algo muy importante.

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He estado siguiendo en Facebook tus travesías por la montaña, como cuando llegaste a la cumbre del Picón de Jérez, en Sierra Nevada. ¿Subir tanto a las cimas más altas ha hecho que les dieras libertad a los lobos? Los lobos son como parte de mí y van a estar ahí, creo, siempre. Las montañas lo que hacen es presentarte a tu “yo” de verdad, sin tonterías, sin ciudad, sin falsedad… Sin todas esas cosas te das cuenta que, de repente, te encuentras solo contigo mismo, con tus limitaciones, con un silencio profundo, con la guerra que te puede dar el cuerpo por el cansancio, las decisiones que has de tomar muchas veces en la montaña… Y estás rodeado de pureza, de cosas puras, de algo que es real y que ha permanecido en el tiempo (sabiendo que tú no vas a permanecer en él). Eso te hace reflexionar mucho y lo más importante de todo es que te saca tu “yo” de verdad, como cuando éramos niños, ¿sabes?, que no pretendíamos parecer nada. La montaña me da mucho. Desde que estoy con el montañismo mi vida ha cambiado muchísimo. La naturaleza siempre me ha llamado de una forma muy importante, pero el montañismo lo estoy haciendo de forma seria desde hace cinco años. Ha hecho que mire de otra forma la vida. Es muy impresionante. Pasan por tu cabeza muchas cosas. Te sitúa. La naturaleza te pega dos bofetadas y te dice: “¡Eh! Que tú eres éste y yo soy éste”. Es brutal.

 

¿No compusiste en la montaña? Me refiero a estos dos años de trabajo con el disco. Fíjate que no. Siempre que voy a la montaña voy con la tienda, la mochila… Voy cargada con catorce kilos, así que llevar una guitarra es imposible. ¿Por qué? Porque, qué sé yo, en un desnivel de más de mil metros estás un montón de horas. Tienes que llevar lo imprescindible. Lo que sí hago mucho cuando estoy en la montaña y tengo todas estas horas de subir y de bajar es sacar sonidos de la montaña, porque la mente te acaba enredando. Hay veces que, estando en la montaña, el cerebro empieza a jugar con sonidos y acabas bajando con sonidos que necesitas y buscas y relacionas con otras cosas.

 

¿Algún sonido de la montaña se ha quedado en Dance and hunt? Pues seguramente sí, pero tengo mala memoria. Ahora mismo no me acuerdo, pero ya te digo que alguno se ha quedado. Hay mucha montaña en todo mi trabajo porque en mi vida lo está.

 

¿Ahora eres más humana que animal? (Risas) No lo sé. Yo creo que hay momentos para todo. Hay veces que soy más humana… No es que los animales no tengan sentimientos, que sí que los tienen, pero a veces, siendo humanos, quizás humanizamos las cosas y acabamos sintiéndonos mal. No lo sé. Para mí, los animales son seres puros. En cambio, los humanos, razonan todo. Lo de perder la pureza desencaja muchas otras cosas. A ver, la Humanidad tiene cosas muy buenas, pero comparándolo con el animal es como la diferencia más importante que yo recojo. Aún así, si soy más animal que humana, yo creo que soy ambas.

 

Fotos: Pau Mon