Símbolo espiritual de renacimiento, dualidad y equilibrio, este mítico animal nos recuerda a través de las joyas diseñadas por Beatriz Palacios nuestra capacidad para mutar y trascender.
El bien y el mal, la luz y la oscuridad. El cisne representa el equilibrio entre fuerzas opuestas. Esa dualidad es encarnada en el mito de este bello animal que logra transformarse a partir de lo que le hace diferente hasta renacer con una identidad única y original. Beatriz Palacios, firma que realiza todas sus piezas a mano en su estudio de Madrid, le rinde homenaje con la colección para la primevera verano 2024, SWAN.
La visión se puede manifestar. El deseo se puede hacer realidad. Así entiende la diseñadora madrileña el poder del cisne y así lo expresa a través de sus joyas y los materiales seleccionados, cargados de intención y significado. «La plata y el baño en oro representan la pureza y la conexión con lo divino. Las plumas de oca, elegantes y ligeras, simbolizan la transformación y la capacidad de elevarse por encima de las limitaciones terrenales. Las piedras preciosas, como las calcedonias pastel y el ónix negro, aportan un toque de misticismo y poder espiritual«, explican desde la firma.
El marfil, el blanco y el negro, el ginger, el dorado y el plateado son los colores de esta colección llena de contrastes, como metáfora de esa dualidad entre las luces y las sombras y el equilibrio entre las circunstancias dadas por el viaje vital y la transformación que nos lleva a abrazar nuestra belleza interior.
Descubre la colección completa en www.beatrizpalacios.com
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