Tu muñeca se viste mejor que tú

29 / 09 / 2014
POR Nacho Simal

Si algo nos enseñó Catfish, tanto la película como la serie que se agenció MTV, es que, en las redes sociales, uno no siempre es quién dice ser. Esta premisa, que ha plagado tus apps favoritas de escepticismo y desconfianza, encuentra un respiro en cuanto a muñecas se refiere. Sí, muñecas. Muñecas de toda la vida, a las que peinabas y maquillabas, a las que acurrucabas para que durmieran, a las que le buscabas novio entre los Action Man de tu hermano. Porque ahora, en plena doll revolution, las damas de plástico rígido han dejado de tener rango de edad, no entienden de género ni de fronteras, pero están a la última en lo que a moda se refiere. Sólo hace falta buscar el tag #blythe en Instagram para darse cuenta de que los cientos de miles de resultados arrojados entre sus diferentes variantes no deberían ser pasados por alto. Y es que Instagram, desde hace unos años, se ha visto inundado de imágenes en el que no sólo las muñecas Blythe, sino también Barbie’s, Nancy’s y otras mujeres plásticas de segunda son las protagonistas, no como mero objeto o atrezzo, sino como entes con vida propia y, sí, también con armario propio. Aquí, la muñeca ha dejado de ser avatar en el que proyectar ensoñaciones. Muy al al contrario, ha sido capaz de desplazar a su dueño a un segundo plano. ¿Catfish? Sí, pero consentido.

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El Instagram de Barbie que, a día de hoy, cuenta con más de 350.000 seguidores y subiendo, es el claro ejemplo de que la experiencia que estamos describiendo, un movimiento con todas sus letras, no es baladí. Que una corporación tan gigantesca como Mattel haya abrazado esta revolución de las muñecas y la haya convertido en reclamo de su producto estrella, demuestra que estas personitas de plástico no son moda pasajera, que han venido para quedarse, y que tienen lo mismo que decir que sus alter-ego de carne y hueso. Barbie y sucedáneos cuentan con un extenso armario del que pueden escoger el modelito del día y luchar por el título de it-girl de plástico y, como cualquier it-girl es necesario estar al día de las últimas tendencias, de los do’s & dont’s de las pasarelas. El Instagram de Barbie, digámoslo claramente, podría haber significado la prostitución del doll revolution, convirtiéndolo en un simple aparador de productos Mattel. Pero no, Barbie ha sabido estar a la altura y ha emulado a la perfección todo lo que se esperaba de ella y, como tal, como reina de las muñecas, ha hecho acto de presencia en las pasarelas de New York, París o Milán. Hay clases y clases, hasta en el mundo de las muñecas.

La frontera entre el mundo de los infantes y el de los adultos se disipa, mientras que el mundo imaginado e imaginario se proyecta hasta el infinito: fotógrafos de moda especializados en muñecas, firmas dedicadas exclusivamente a la producción de ropa para, ahora sí que sí, las más pequeñas de la casa, y un larguísimo etcétera. Estas muñecas adictas a los selfies se convierten en el referente, creando un micro-universo propio que, a golpe de imitación, comienza a crear sus propias reglas. A las prendas y complementos que cada marca produce para sus muñecas, se añaden otras, como Forever21 o Wildfox, que han anunciado futuras colecciones con este movimiento como referente, eso sí, centradas en la archiconocida Barbie como musa principal.

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Lo que algunos podrían entender como un seguir jugando con muñecas se convierte ahora en una nueva manera de hacer fashion blogging, dotando al concepto de un abanico mucho más extenso de significados y posibilidades. El cazador de tendencias no sólo debe estar alerta de las fluctuaciones del mundo de la moda, sino que debe tener la pericia suficiente como para saber trasladarla a su pequeña pero hiperactiva compañera de viaje. A decir verdad, el fashionista acaba por convertirse en el ghost writer de su muñeca, pues ella se lleva toda la gloria y poco importa quién se esconde detrás de ella.

Así que, aún bajo los atentos ojos de una sociedad capitalista que te castigará con unos cuantos unfollows si a tu muñequita de marras se le ocurre repetir modelito, puede que vaya siendo hora de que busques en esas cajas apiladas en el armario más antiguo de la casa de tus padres, saques polvo a tus antiguas muñecas, y las conviertas en competidoras feroces de Barbie. No te sorprendas si ella consigue más likes que tú. Te lo hemos advertido. Luego no nos vengas con el cuento del catfish.

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