A vueltas con lo ‘Camp’: una revisión histórica a través de 5 ejemplos

08 / 01 / 2020
POR David Alarcón

La Gala del Met 2019, cuya temática (y correspondiente dresscode) tomó el término acuñado por Susan Sontag como leitmotiv principal, visibilizó un concepto ignorado por muchos hasta entonces. Pero, ¿cuáles son los principios sobre los que se sustenta este estilo? Lo analizamos a través de 5 representaciones reveladoras.

Schiaparelli otoño-invierno 2018/2019

“Hablar sobre camp es traicionarlo” cita textualmente la ensayista y filósofa estadounidense Susan Sontag en sus ya célebres ‘Notes on Camp’. Un documento escrito en 1964 en el que, a través de nada más y nada menos que 58 puntos diferenciados, la autora trata de aportar una idea global representativa del significado de la expresión de procedencia anglosajona.

Si bien es cierto que Sontag publicó este texto hace más de cincuenta años, cinco años antes de que se produjesen los disturbios de Stonewall, -un punto de inflexión en la conquista de las libertades sexuales y un momento crucial en la historia del movimiento LGTBIQ+-, el término ‘camp’ comenzó a sonar repetidamente a raíz de la celebración de la Gala del Met 2019. Bajo el título ‘Camp: Notes on Fashion’, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (MET) anunciaba que su exposición anual giraría en torno a este concepto, desgranando de forma pormenorizada su origen, su imaginario y su trascendencia a través de la moda.

Susan Sontag

Artistas, cantantes, prescriptores y algunos de los rostros más conocidos del mundo del espectáculo se dieron cita en la destacada pinacoteca para homenajear y celebrar el amor por lo poco natural, el artificio y la exageración, valores ligados al camp de acuerdo al exhaustivo análisis conducido por Sontag. Pero, ¿en qué consiste esta experiencia estética del mundo? ¿Quiénes son sus mayores representantes? ¿Cómo se ha materializado a lo largo de la historia? Te lo desvelamos a través de 5 de los momentos y personajes que mejor encarnan esta idea.

‘Pas de Deux’, Joseph Nees. 1760-63

Los ‘Macaroni’ del siglo XVIII

Esta expresión de origen inglés, surgida en torno a 1750, hacía referencia a aquellos hombres jóvenes británicos obsesionados con la moda, influenciados por la estética y los ideales franceses aristócratas de mediados de siglo. Es precisamente en este sector de la población, apasionado por las corrientes parisinas, donde se advierten las primeras pinceladas de lo que posteriormente pasaría a denominarse ‘camp’.

Su vestimenta, conocida como ‘habit à la françoise’, bebía del característico y ostentoso estilo de Luis XIV y respondía a los reductos decorativos del Gran Tour, el viaje que realizaban los hijos de las familias más acomodadas de las épocas, en el que recorrían las grandes capitales europeas con el propósito de cultivar la mente y consolidar sus conocimientos culturales y artísticos. Ellos fueron quienes volvieron a convertir la peluca masculina en tendencia, además de introducir una nueva forma de hablar y pronunciar en Reino Unido, en la que el inglés se alternaba con expresiones francesas e italianas adoptadas durante su travesía por el continente. En definitiva, los ‘macaroni’ encarnaban a la perfección uno de los aspectos clave del camp de acuerdo a la interpretación de Sontag: el ‘yo como arte’.

Oscar Wilde

Susan Sontag dedicó su ensayo ‘Notes on Camp’ al escritor, poeta y dramaturgo de origen irlandés del siglo XIX. El autor de obras tan conocidas como ‘La importancia de llamarse Ernesto’ o ‘El Fantasma de Canterville’ fue catalogado por la autora británica como el mejor representante de la sensibilidad estética y el artificio accidental, dos cuestiones inherentes al camp. Sontag recuperó, además, algunas citas pertenecientes al dramaturgo del Londres victoriano tardío, incluyéndolas en su análisis. “Uno debería ser una obra de arte, o sino, llevar una obra de arte”, entre otras muchas. Para Wilde, el estilo era una cuestión primordial; un estilo creado, de naturaleza artificial. Influenciado por Walter Pater o John Ruskin, Wilde siempre defendió ‘el arte por el arte’, y en cuanto a su relación con la moda, solía decir que “la industria estaba detrás de todo lo feo”, apostando por la personalización y el trabajo a medida, renegando de las cadenas productivas en serie.

Campaña otoño 2009 de Jean Paul Gaultier

El diseñador francés que conquistó a Pierre Cardin a principios de los setenta por su talento es, sin lugar a dudas, uno de los mejores embajadores de la androginia y la ruptura de barreras en cuanto a género en la industria de la moda. “La forma más refinada del atractivo sexual consiste en ir contra el propio sexo” sentencia Sontag en sus notas recopilatorias, y Gaultier sigue esta tendencia obteniendo impresionantes resultados. La campaña de 2009 fotografiada por el dúo fotográfico Inez & Vinoodh presenta a la supermodelo brasileña Raquel Zimmermann en un rol masculino, vistiendo prendas asociadas históricamente a este género. El camp busca hibridar lo femenino y lo masculino, sin romper con ninguno de ellos, y esta campaña es una representación evidente y fidedigna de esta idea.

Viktor & Rolf pv19

La colección primavera-verano 2019 ideada por el tándem creativo formado en la Escuela de Diseño de Amberes constituye una de las mejores muestras del estilo camp más reciente. El dúo holandés, artífice de algunos de los mejores momentos de la alta costura de los últimos años al trasgredir las normas impuestas y la concepción generalmente aceptada del buen gusto, planteó un doble juego teórico en su propuesta, convertida en fenómeno viral en Internet.

La colección, articulada en torno a una serie de eslóganes patentes en los voluminosos vestidos, aporta una contradicción en tono lúdico entre el elitismo y la magnificencia de los tules y los bordados y los mensajes más propios de ‘memes’ nacidos en redes sociales como Twitter. Ironía, comedia, exageración; valores que defiende en camp y que Viktor & Rolf homenajean, tanto en los diseños exhibidos sobre la pasarela, como en el concepto y el imaginario recreado en la campaña. Situadas en la naturaleza, las modelos se adentran en una naturaleza artificial que recuerda a los primeros estudios fotográficos del siglo XIX, así como al conocido ‘Almuerzo sobre la hierba’ de Manet.

Thom Browne pv20

La propuesta presentada por el diseñador americano en la última edición de la Semana de la Moda de París es una oda a la teatralidad, al surrealismo elevado a su máxima expresión y a la fusión y asociación de la inocencia más sincera y el dramatismo más exagerado. Las inmensas estructuras y siluetas conviven con los delicados bordados y los tejidos sumamente ligeros, acompañados de una escenografía en la que la infancia, la fragilidad y los tintes históricos no pasan desapercibidos. Al igual que el camp, Browne demuestra un gusto especial por lo no natural, por la visión cómica del mundo, por la antítesis de la seriedad. Atacada y menospreciada por algunos, acusándola de ser una colección ‘de mal gusto’, la apuesta del creador exhibe una nueva forma de concebir y mirar al mundo.