ASPHYXIA: el proyecto que combate la crisis climática a través del arte

05 / 11 / 2019
POR David Alarcón

Los creadores Yasmina Benabdelkrim y Arcin Sagdic unen fuerzas en una iniciativa multidisciplinar para concienciar a la sociedad sobre la cuestión medioambiental. Del 7 al 10 de noviembre, el Puerto de Valencia acoge su primera exposición.

Fotografía: Arcin Sagdic

El Mar Mediterráneo será la zona cero de la crisis climática. Así lo alertaba hace unos días el director científico del Instituto Mediterráneo de Biodiversidad y Ecología, Wolfgang Cramer. “La cuenca del Mediterráneo es uno de los puntos calientes de esta crisis global y algunos de los impactos golpean a esta región de forma más dura que a otras partes del mundo” señalaba.

El Mar Menor, la mayor laguna salada del continente europeo, tampoco es ajeno a los devastadores efectos del cambio climático. Esta misma semana, los medios difundían una serie de impactantes imágenes donde se veía como la playa murciana de San Pedro del Pinatar amanecía atestada de peces asfixiados a consecuencia de la falta de oxígeno, provocada por la contaminación intensiva de la agricultura de regadío de la región. Los ecosistemas nos alertan desconsoladamente de la seriedad de la situación, y los artistas Yasmina Benabdelkrim y Arcin Sagdic están convencidos de que la sociedad necesita ser plenamente consciente de su capacidad transformadora.

Fotografía: Arcin Sagdic

ASPHYXIA es el resultado de la colaboración entre el dúo creativo. Un proyecto cuya primera exposición se celebrará en La Base de la Marina de Valencia, uno de los puntos más afectados por la cuestión medioambiental, donde, a través de diferentes disciplinas artísticas, denunciarán los efectos tremendamente nocivos del uso indiscriminado de plásticos. Del 7 al 10 de noviembre, este espacio cultural situado en el puerto deportivo valenciano, acogerá diversas actividades y exhibiciones: escultura, pintura, fotografía, performance, y mucho más; todas ellas con un mismo objetivo: concienciar a la población de que, juntos, podemos cambiar el mundo.

Yasmina, quien ejerce como estilista en su ciudad, Valencia, fue además imagen de la campaña primavera-verano 2017 de la firma Acne Studios. Arcin, por su parte, trabaja como fotógrafo, habiendo colaborado con diversas publicaciones internacionales. Ambos conocen de primera mano el poder de comunicación y la llamada al cambio que el arte puede provocar sobre la sociedad, así como la importancia de involucrar a un gran número de personas distintas entre sí en los proyectos creativos para alcanzar una visión más amplia. Por este motivo, han emprendido un crowdfunding para financiar la exposición a través del siguiente enlace. Además han diseñado, en colaboración con Paula Camarasa de Crema Studio, distintos bolsos de crochet como recompensa por la aportación económica, todos ellos creados a partir de bolsas de plástico reutilizadas. Noelia Coll encabeza el equipo de producción de los bolsos, junto a otras 15 mujeres.

Hablamos con Yasmina Benabdelkrim para conocer los detalles de esta insólita iniciativa, el objetivo que persigue y su filosofía de trabajo.

Yasmina Benabdelkrim para Ane Studios. Fotografía de Paolo Roversi

¿Cómo surge ASPHYXIA? ¿Por qué os decidís a darle forma a través de una exposición en La Base de La Marina de Valencia?

Detrás de ASPHYXIA estamos Yasmina Benabdelkrim y Arcin Sagdic. Después de trabajar como estilista, sentí la llamada de centrarme en desarrollar mi expresión artística. A través de amigos en común conocí a Arcin, que aunque también había trabajado en moda, cuando realmente conectamos fue al poner en común nuestras preocupaciones acerca del planeta y nuestra necesidad de soltar, a través del arte, un sentimiento que llevábamos por dentro. Por eso, ASPHYXIA es un proyecto multidisciplinar que nace de la angustia ante la falta de conciencia en las acciones diarias y comunes de la especie humana. Queremos acompañar y mostrar al público nuestra propuesta de solución desde otra perspectiva, a través de la creatividad.

¿Qué objetivo persigue esta muestra de denuncia contra el volumen de plástico de nuestro planeta? ¿Qué mensaje queréis hacer llegar al público?

A través de la visualización de nuestro trabajo queremos transmitir una situación de emergencia desde un punto de vista positivo: cada uno de nosotros podemos ser partícipes y protagonistas del cambio.

Vuestro lema es “Cualquier acción se puede transformar en un cambio”. ¿Podemos realmente los individuos generar un cambio global a partir de una acción individual?

Creer en ello es el primer paso, luego generar la acción y, finalmente, ver su efecto, el cambio. Me gusta poner este ejemplo: cuando un día te pones unos pantalones y el botón ya casi no te cierra es cuando, realmente, te das cuenta de que has engordado. La realidad es que durante un tiempo determinado has ido poco a poco ganado unos gramos hasta convertirse en una realidad: que el pantalón no te cierre.  Que no veamos el cambio inmediato no significa que las acciones no estén generando ese cambio. El activismo medioambiental ocupa, por fin, titulares y conferencias internacionales, pero tenemos que entender que no son solo «unos elegidos» los que deben izar esta bandera, es un asunto que nos afecta a todos quienes habitamos este planeta.

La exposición de ASPHYXIA tendrá lugar del 7 al de 10 de noviembre. ¿Qué podremos encontrar allí? ¿Qué disciplinas artísticas estarán representadas en la muestra?

La exposición que tendrá lugar en La Base de La Marina en Valencia es una prueba para conseguir tocar ese punto de activación de cada persona, movilizar a los habitantes de este planeta. Me gusta que sea en La Marina porque está a orillas del Mediterráneo, uno de los mares más afectados por los vertidos de plástico, y porque es mi casa, Valencia. Será una muestra multidisciplinaria en la que habrá esculturas, performances el día de la inauguración y el día de cierre, fotografías, pinturas e instalaciones, todas con un elemento común: el uso de plásticos recogidos de la calle.

Habéis apostado por el modelo de crowdfunding para financiar la exhibición. ¿Cómo está siendo la respuesta a la propuesta por parte de la gente?

Sí, a pesar de que es un modelo arriesgado, es lo más honesto, una campaña de microfinanciación para no depender ni entrar en el juego de las grandes empresas que inicuamente buscan lavarse la cara para, únicamente, generar más beneficios. Como recompensa por las donaciones decidimos, junto a Paula Camarasa de Crema Studio, aprovechar materiales que habíamos recolectado para el proyecto y desarrollar unos bolsos a partir de desechos de bolsas. La respuesta a nivel económico ha sido lenta. A nivel de difusión, la cantante Brisa Fenoy, la prescriptora Dulceida, la artista Camila Falquez, la poeta Leti Sala o la modelo Cameron Russell, creadora del #MeToo en la moda, han apoyado de una manera y otra ASPHYXIA.

Desde donaciones de 7 euros hasta la adquisición de piezas de arte de la propia exposición valoradas en 500. ¿A qué se dedicará exactamente el dinero recaudado a través del crowdfunding?

El dinero está destinado a ayudarnos a cubrir los gastos de la exposición. Somos dos artistas independientes sin muchos medios económicos pero con muchas ganas de cambiar las cosas, y queríamos poder expresar, a través de lo que nosotros sabemos hacer, el problema por el que está pasando nuestro planeta.

Noelia Coll será la encargada de transformar, junto a otras 15 mujeres, las bolsas de plástico en bolsos de crochet. ¿Cómo contactasteis con ella? ¿Habíais trabajado juntas anteriormente?

Cada persona en este proyecto es una pieza clave. Le hablé del proyecto a mi amiga Mara y ella me puso en contacto con Mariola, quien tiene una start-up de upcycling, Upcyclick. Ella, a su vez, me condujo a Noelia. Noelia capitanea el proyecto con una constancia, pasión y actitud digna de admirar y nos sentimos extremadamente agradecidos por su tiempo. Compartiendo la misma filosofía de concienciar a las personas y así proteger lo que podamos de nuestro planeta, ha conseguido reunir a las #GanchillerasDelPlástico, 15 mujeres de diferentes edades que comparten la pasión de tejer y los ideales de ASPHYXIA.

El diseño de los bolsos es el resultado de una colaboración con Crema Studio. ¿En qué os habéis inspirado? ¿Cuántas bolsas de plástico se necesitan para crear un bolso?

La idea de utilizar el ganchillo vino de la tía de Paula Camarasa de Crema Studio; una mujer con esclerosis múltiple que fue venciendo una parálisis casi integral gracias a esta técnica. El bolso ‘Carmen’ es un homenaje a ella y a todas las mujeres que practicaban el arte del aprovechamiento de todo lo que tenemos por casa.

La naturaleza ha sido la principal fuente de inspiración en el diseño de los bolsos, aunque no la única. Formas geométricas y anatómicas componen la colección completa. Meditamos en las necesidades y actividades de nuestro día a día, y vimos cómo podíamos incorporar cada pieza a éstas. Bolsas para esterillas de yoga, bolsos de mano para quienes salen con lo esencial o bolsos grandes para los que no saben salir sin la casa entera a cuestas. El número de bolsas empleadas varía con cada diseño; en el menor de los casos empleamos 9 bolsas estándar de supermercado, y en el mayor hasta unas 25 bolsas de este tamaño.

¿Cuántos modelos distintos de bolsos hay? ¿Existe posibilidad de envío fuera de España?

En el crowdfunding tenemos 8 bolsos diferente, y cada uno con su propia identidad. Cada bolso es único, en función a las bolsas recogidas van naciendo nuevos colores y combinaciones. Solo con el crowdfunding hemos evitado que unas 1.500 bolsas vayan, por ejemplo, al océano. Además, el proceso de reciclaje en este caso no es contaminante, ya que al recoger la bolsa se entrega a las tejedoras que, con sus mágicas manos, transforman un residuo en un producto bello. Se pueden enviar a todas partes del mundo.

Confesáis no haber adquirido ningún plástico nuevo para la elaboración de las recompensas y las obras de la exposición, habiendo apostado por la recogida y la reutilización. ¿Cómo lo habéis conseguido? ¿Habéis contado con ayuda de algún tipo?

Sí, la recogida de plásticos es otra aventura. Siempre que veía una bolsa de plástico en el suelo me la guardaba. En Nueva York, Berlín o México. Un día recogí unas 60 bolsas rotas y nuevas en el Rastro de Madrid, a la hora del cierre. En Valencia recogemos las bolsas preguntando a diferentes comercios si nos pueden guardar aquellas donde les llega embalada la mercancía. También Sandra, que trabaja en la sección de panadería de un supermercado, me va guardando cada semana plásticos. Sin todas las acciones de ellas y otros colaboradores, el cambio no sería posible. Cada acción es igual de valiosa.