‘Bolsillo’, la firma que vence al paso del tiempo

21 / 03 / 2018
POR Beatriz Hernández

¿Cómo? Con bolsos de piel hechos sin prisa pero sin pausa en los talleres de un pequeño pueblo gaditano. Detrás de su diseño está María Vázquez, con la que hablamos de FEM, la colección de accesorios que homenajea a artistas, diseñadores y artesanos.
 

 
Hablar de lentitud y moda en la actualidad es hablar de conceptos antónimos casi en su totalidad. Compatibilizarlos, además de un gesto de valentía, se torna un acto temerario cuando las colecciones suceden unas a otras a un ritmo vertiginoso donde la rapidez es un valor añadido. Entre tanta inmediatez, la moda sin prisas parece no tener hueco, sin embargo el movimiento slow trae consigo diseñadores con otras prioridades.

Una de ellas: María Vazquez y su marca de bolsos y mochilas 100% artesanales Bolsillo. Esta gaditana, como muchos otros empresarios del sector textil, es consciente de que no se trata de llegar rápido, si no de saber a donde ir. Con las ideas claras habla para #VEINMAGAZINE apoyando una filosofía donde los productos recuperan la olvidada capacidad de envejecer bien. Fiel seguidora de la actitud no seasson, la atemporalidad de sus creaciones le ha permitido saborear no solo el resultado final de los diseños, sino también el proceso de selección de los mejores materiales, el contacto directo y cercano con los artesanos locales que cosen sus bolsos, o disfrutar de la calma que aporta el hacer las cosas que te apasionan con tranquilidad. Cuando un bolso de Bolsillo termina de confeccionarse recupera la cualidad, casi extinta, de ser imperecedero. Pasa a formar parte del fondo de armario de su dueño. Crece con el objetivo de convertirse en un legado familiar, de ser un accesorio para el día a día. También con la pretensión de acompañar en momentos más especiales al que lo porte y, por supuesto, aspira a pasar de generación en generación. Porque cuando la belleza llega, supera a la monotonía.
 

Bolsillo nace con la aspiración de crear bolsos de lujo y elegantes de forma natural, que además apoyen el comercio artesanal ¿Cómo surge esta idea?

Desde pequeña siempre me ha fascinado los bolsos que tenía mi madre en casa. Sinceramente, creo que la idea nace de ahí, de rescatar de los altillos los bolsos antiguos de mi madre. Cuando empecé a hacer mis primeros diseños y necesitaba talleres para coserlos tuve claro que si algún día creaba mi propia marca, quería que ésta se produjese en mi tierra natal, Cádiz. Además, aquí es donde muchas de las marcas de lujo más emblemáticas eligen coser artesanalmente sus accesorios de piel. Para mí es una satisfacción tener mi taller en Prado del Rey, no sólo porque estoy contribuyendo a mantener la tradición artesanal de este entorno, sino porque además me permite volver a mis raíces y que mis hijas pasen más tiempo con sus abuelos.
 


 

Háblanos un poco más de los inicios de la marca.

El primer paso lo di hace casi cuatro años. Hice una pequeña producción textil de camisetas en un taller de Barcelona y me lancé a venderlos. Funcionó muy bien, y de ahí pasé a coser 50 totes bag de tela vaquera. Quería ponerles las asas y tiradores de piel de vaquetilla, así que fui a buscar el material a un fabricante de pieles en Barcelona. Siempre he sido una enamorada del olor que desprende un buen bolso de piel y cuando descubrí la infinidad de colores y texturas que ofrece este material salí de ese almacén con un sinfín de muestrarios y la cabeza llena de ideas. Ahora echo la vista atrás y veo los pequeños grandes pasos que hemos avanzado. Tener un negocio propio es un proceso de aprendizaje continuo -prueba-error- y un viaje de auto-introspección personal en el que cada día creces como persona.
 


 


 

Con FEM Collection apostáis por la geometría, las líneas puras y simples y una clara reminiscencia vintage, ¿ Qué queréis transmitir con estos diseños?

Bolsillo es sinónimo de atemporalidad y versatilidad. El objetivo es que nuestros diseños se conviertan en un icono y ganen valor con el paso de los años, que sean bolsos que pasen de madres a hijas. Sabemos que es ambicioso porque requiere elegir los mejores materiales para garantizar la durabilidad, sin que se dispare el precio. El esfuerzo también reside en saber abstraerse de las tendencias efímeras y diseñar pensando en la viabilidad del diseño a largo plazo. Al concebir la fabricación y el consumo de moda de una manera diferente, también limitamos la producción a 50-100 unidades por diseño/color para evitar luchas de precios, remanentes de stocks y dignificar estas piezas que están cosidas meticulosamente a mano.
 

Para la imagen de campaña has contando con la fotografía de Martina Matencio y la dirección de arte de Mireia Ruíz, ¿Qué historia querías que contaran a través de su trabajo y tus creaciones?

Gracias a Bolsillo he conocido a mujeres fascinantes de las que he aprendido muchísimo y me han inspirado para hacer realidad la marca. Desde Conchi Garrido, que es la costurera que me ayudó a patronar mis primeros diseños de accesorios, a Irene Sierra diseñadora gráfica, a Mireia Ruiz, que es la persona que me ha ayudado a darle cara y ojos a mi marca. La dirección de arte estaba centrada en la figura de la mujer como artista, creadora y emprendedora, por eso el acting y el set design que ideamos estaba centrado en una visión de la mujer como artista artesana, escultora y pintora. Para la fotografía contamos con la visión intimista de Martina donde su obra en sí mismo es un homenaje a la feminidad. En este contexto he querido encuadrar mis diseños, supongo que también inevitablemente inspirada por el nacimiento de mis dos hijas mientras trabajaba en mi proyecto. Piensa que el día del shooting de FEM estaba embarazada de 38 semanas de mi hija Chloe, que ahora tiene 3 meses.
 


 

Artesanía y calidad casi siempre van de la mano, y tu marca trabaja con maestros artesanos de Prado del Rey, un pequeño pueblo de Cádiz. ¿Qué puedes contarnos del proceso de fabricación de los accesorios?

En Prado del Rey el 80% de la población vive de la confección en piel y la marroquinería. Al igual que Ubrique, son pueblos que se han especializado en esta tradición y que entienden mejor que nadie cuál es el proceso natural de la piel. Esto se aprecia notablemente en los acabados, en cómo están lijados los cantos de la piel, cómo ensamblan cada una de las piezas del bolso… También me llamó mucho la atención que los talleres se ayudan entre ellos, por ejemplo, comparten la maquinaría según el tipo de producción que estén llevando. Crean sinergias de una manera muy natural, porque son vecinos y cuanto mejor les vaya a cada uno, mejor les irá a todos. Digamos que fidelizan a sus clientes de una manera conjunta. El taller con el que trabajamos es familiar y esto se nota en el cuidado y atención que ponen en cada una de las pieza. Se genera una relación de confianza mutua en el que se entabla una comunicación diseñador-taller casi diaria. Es un tipo de producción que no suele encajar con marcas que buscan grandes producciones y acabados más industriales.
 


 

Bolsillo se define como una firma de lujo sostenible, ¿Qué supone ese concepto para tí?

Promovemos un tipo de moda con conciencia, que por un lado no tenga un precio excluyente o elitista (nuestros bolsos van de los 200-450 euros), y que por otro, transmita al cliente que tener un bolso confeccionado a mano en España es un lujo auténtico, ya que supone pagar un coste-hora español. Hacer producciones de bolsos de lujo en países que no garantizan derechos laborales mínimos ni condiciones salariales dignas no es nuestra opción. Ser una empresa pequeña te permite controlar la cadena de suministro y dar valor al compromiso social en cada decisión empresarial.
 


 

Hablas de la clara vocación internacional de Bolsillo, ¿Comercializar la marca fuera de España está en un horizonte cercano?

El canal online ya está funcionando muy bien fuera de España. Respecto a puntos de venta y plataformas multimarca, estamos buscando partners que cuiden los detalles tanto como nosotros y que valoren y sepan transmitir las características propias de nuestras creaciones. Vamos con prisa pero con pausa. Es una realidad que en otros países europeos se valora más el producto artesanal hecho en España que en nuestro propio país; las políticas gubernamentales tampoco ayudan a proteger la fabricación artesanal hecha en España, por ejemplo, un tipo impositivo de IVA menor ayudaría a proteger el sector artesanal en nuestro país.
 


 

www.bolsillo.es