Descubre Lubochka y su conexión con la esencia de lo natural

04 / 06 / 2018
POR Beatriz Hernández

Los bolsos de Olga Dubovik escriben la historia del retorno a la la raíz del oficio artesano y a la reivindicación de la identidad propia. De su primera serie cosida íntegramente a mano habla para #VEINDIGITAL.
 

 


De origen ruso, Olga Dubovik ha vivido en Barcelona desde los 14 años, pero desde hace 3 cambió la ciudad catalana por el campo. Nos situamos en el 2015, cuando junto a su familia deja Barcelona para crear su propio taller artesano en la Masía Can Migrís. Rodeada de naturaleza, Olga no solo conecta con la esencia de lo natural a nivel personal, si no que Lubochka, su marca de accesorios y bolsos también experimenta un camino de renovación hacia algo más puro y sincero. De esta metamorfosis nace el impulso de madurar. «Un diseño comprometido con el tiempo, elaborando piezas tan funcionales como duraderas que miran al pasado, al presente y al futuro, todo al mismo tiempo», cuenta Olga Dubovik tras cambiar la prisa por la pausa.

Lo que nunca abandonó fue la calidad de sus bolsos hechos en piel de vaquetilla, que desde hace tres años se curten con productos ecológicos como la corteza de árbol. Y es que, el nuevo espíritu de Lubochka crece desde las raíces, concretamente de las del trabajo manufacturado. Ahora el equilibro entre el oficio artesanal y las técnicas innovadoras, constituyen un vínculo inquebrantable para Olga, y un sello definitorio para la firma. Con la firmeza de estos valores como punto de partida el resultado está más que asegurado, y así lo pone de manifiesto ‘El Redondo’, su última serie de bolsos y accesorios, inspirados en la simplicidad del círculo. En esta nueva colección prima la practicidad y la identidad que ofrece la confección a mano, según explica Olga Dubovik en esta entrevista para #VEINDIGITAL. Son piezas «que hablan por si solas», afirma la diseñadora, ya que no han sido montadas bajo la sombra de una cadena productiva y destilan unicidad y bien hacer. Versátil, funcional, elegante, adaptable y único, así es el redondo bag de Lubochka.
 

En el 2015 la marca toma un nuevo de rumbo, hacia unos valores más personales y sinceros, ¿Qué originó ese cambió en ti y posteriormente en la firma?

Mi segunda maternidad. Cuando tuve a Àgata me volqué en ella y en Lev. Desconecté de Lubochka. Me fui apartando hasta darme cuenta que ya no me apetecía volver a lo mismo; necesitaba cerrar el ciclo. Tenía curiosidad por técnicas que no había practicado hasta ahora como el cosido a mano, investigar en las nuevas aplicaciones a la piel, experimentar sin más. Volver a las raíces del oficio.
 


 

¿Qué buscabas cambiar de Lubochka?, ¿cómo era antes la marca?

La transformación de mi vida me llevó a un cambio personal y en consecuencia también de Lubochka. Aprendí a no correr. La marca siempre tuvo el espíritu artesanal, pero la esencia se perdía por las prisas y la mala comunicación.
 

¿Qué ha aportado la naturaleza a la firma?, y en consecuencia ¿qué le quitaba la ciudad?

El contacto con la naturaleza le ha aportado identidad y pausa. La ciudad no le quitaba nada, todo es un proceso de evolución.
 


 


 

En el proceso de creación de los bolsos prima ante todo el trabajo artesanal, pero también introduces técnicas innovadoras. Háblanos de cómo se elaboran las piezas.

No hay una cadena de producción, cada pieza se monta a mano en el taller y se tarda entre 6 y 10 horas. La serie Redondo busca la simplicidad del circulo y la fuerza en su identidad. Las piezas tienen una apariencia sin pretensiones con formas limpias y discretas. El interior muestra el nombre del bolso y el numero de serie que lo identifica, aplicados con la técnica de impresión sobre la piel, que es relativamente nueva y experimental. En cambio, la técnica de coser a mano la piel contando las puntadas es de las más antiguas y laboriosas. Cada pieza es el resultado del equilibrio entre la forma, el material y la técnica. Quiero que las piezas hablen por si solas.
 

La piel que utilizas es vaquetilla de curtido vegetal de novillo catalán, ¿por qué este material?

Es una material genuino, de mucha calidad por sus características. Los curtidores de Catalunya (Igualada) se preocupan por conocer la procedencia del ganado que posteriormente es curtido aquí. La piel de las piezas de Lubochka procede de los animales utilizados para la industria alimentaria. Además, es piel de curtido vegetal, que significa que en el proceso de curtición se utilizan productos ecológicos como la corteza de los arboles.
 


 

¿Qué mensaje crees que transmites con tus diseños?

Busco reivindicar la belleza de lo imperfecto y defiendo el trabajo bien hecho como compromiso con uno mismo. A la vez, intento resaltar la artesanía como un valor cultural, y el diseño responsable como un modelo sociocultural que favorezca el desarrollo sano del individuo y de la economía. Creo que es necesario promover un consumo responsable de los materiales y crítico con la industria de producción masiva.
 

¿Cómo definirías al público que compra productos de Lubochka?

Comprometido e inquieto.
 


 

El redondo clutch es un diseño clásico y versátil, sin embargo no pasa desapercibido, ¿dónde crees que reside lo que lo hace distinto o especial?

En una estética que siendo simple esconde mucha practicidad. En el Redondo Bag fue una obsesión conseguir la forma a través de la técnica; sin embargo, en el Redondo clutch el objetivo era que la pieza fuera bella por su funcionalidades, sobre todo. En el exterior de la pieza se observa una única costura, pero su interior esconde una estructura más compleja que permite para varios usos.
 

¿De dónde surgió la idea de crear esta serie de bolsos en torno a la figura del círculo?

Del ciclo de la vida representado por el circulo. En acabar etapas y empezar otras. Una ventaja de vivir en contacto con la natura es poder observar su ciclo de vida y así entender el tuyo propio.
 

Jara Varela se ha encargado de la fotografía en esta ocasión, ¿por qué la escogisteis a ella?

Fue un entendimiento mútuo, nos juntó la casualidad. Fui a ver una amiga y conocí allí a Jara, supe que me gustaría pedirle de disparar para Lubochka cuando fuera el momento. Tiempo después, cuando la llamé, pasábamos por el mismo momento de transición vital: Jara esperaba a Ilda y yo a Goga. En julio del año pasado vino a Can Migris a disparar las fotos para el catálogo.
Anna Salvador se encargó del diseño del catálogo y del librito que explica el proceso de fabricación. A Anna la conocí hace ya unos años y también supe que me encantaría trabajar con ella en alguna ocasión. El resultado en un librito de sus fotos en blanco y negro que explican el proceso y el día a día en el taller.
 

www.lubochka.com