Lo eterno y natural convive en las joyas y la cerámica de CANOA

16 / 01 / 2018
POR Natalia García

Cerámicas que son joyas, joyas que son de cerámica, metales que son preciosos… Hablamos con dos valencianos inspirados por la cultura mediterránea, que han hecho del movimiento slowlife su vida y su obra. Todo, bajo el sello Made in Spain.

 

 
El 2017 ha sido un año intenso para CANOA. Su pasión por lo natural, por la artesanía, por dejar a un lado los artificios… ha traspasado fronteras. Raquel y Pedro han conseguido internacionalizar su marca, colaborar con otros artistas, hacer exposiciones y montar su taller, lugar donde realmente fluye su esencia. En definitiva, la suya es una historia de trabajo, de amor por el saber hacer y por las raíces del ser humano. Descúbrela en #VEINDIGITAL.

Antes de nada, ¿cómo surgió la idea de crear CANOA Lab?

Es difícil marcar un momento, un lugar y un cómo para explicar el nacimiento de CANOA. Desde que nos conocimos hemos trabajado juntos en muchos proyectos, principalmente de carácter expositivo, que nos ofrecían la posibilidad de investigar continuamente en diferentes pero convergentes direcciones derivadas de los campos de la pintura y la escultura, y siempre reflexionando acerca del espacio y su irrefutable relación con el tiempo. Tras varios años de trabajo en los que combinamos nuestra producción más plástica con proyectos de imagen vinculados a la fotografía, el vídeo, la gráfica y la dirección de arte , nos encontramos con el metal y el barro, dos materiales que nos atraparon por la infinidad de posibilidades que ofrecían, por lo de “definitivo” que hay en ellos en cuestión de durabilidad y porque indudablemente han marcado el desarrollo de las sociedades estando además, estrechamente vinculados entre ellos. Nos dimos cuenta de que los objetos de barro y metal siempre se han necesitado, para portar alimentos, para servirlos, para guardar esencias, para señalizar estados, identificar familias y pertencia a determinados grupos… Se podría decir que este es el momento en que CANOA comienza a germinar, de manera inevitable anexada a todo aquello que habíamos y estábamos haciendo anteriormente. De repente descubrimos que CANOA era el medio que nos permitía vincular todos nuestros intereses y que CANOA-lab podía ser el lugar físico donde trabajar, experimentar y compartir tiempo, experiencias y proyectos a un ritmo más pausado y con mayor profundidad que la que la velocidad del mundo de afuera nos demanda. Necesitábamos que nuestro trabajo se alejara un poco de las acciones instalativas para convertirse en un proyecto en el cual las relaciones humanas se estableciese de otro modo. Sentíamos la necesidad de construir un lugar en el que el diálogo con las personas que se acercasen a él fuera más físico y más relacional.
 

Raquel y Pedro, creadores de la marca

 
¿A qué se debe su nombre?

CANOA es una palabra sencilla, sin ornamentos, que nos traslada a otra época, a un espacio y tiempo donde todo sucedía de otra forma. Sabemos que pensar en nuestros ancestros como seres que vivían más felices tiene siempre un tinte bucólico y romántico, pero es indudable que ellos habitaban el tiempo y el espacio de un modo muy diferente a como los experimentamos nosotros en la actualidad. Esta forma de entender la temporalidad y la espacialidad nos interesa y entendemos este medio de transporte (la canoa) como uno de los primeros que utilizó el ser humano para sus desplazamientos. Se construye de una sola pieza, es de carácter tosco, su proa y popa tienen exactamente la misma forma, característica que nos permite verla como una embarcación que, en cierto modo, va a la deriva, sin una dirección claramente señalada. Esta sensación de viaje sin un destino fijo nos ayuda a ver CANOA como un proyecto abierto y como un lugar donde se pueden producir cambios de dirección inesperados, un espacio que permite la experimentación y la falta de control tan denostada en estos tiempos y tan necesaria para la aparición de nuevas rutas.

 

 
¿Por qué dos diseñadores de cartografías se fijaron en la cerámica y la joyería para este proyecto?

Nos señalamos como diseñadores de cartografías porque los proyectos que más disfrutamos y la forma en la que nos gusta abordarlos se asemeja a la idea de mapa, de estructura rizomática que permite un reposicionamiento de las imágenes, las palabras y los objetos para establecer nuevas relaciones y crear cartografías personales abiertas a constantes relecturas. La cerámica y la joyería nos permiten revisar formas y maneras de hacer de un pasado para hablar de ellas desde el presente, dos oficios que necesitan de un tiempo de producción lento que permite la observación y captación de pequeños fragmentos indispensables para la creación de cartografías. Las experimentaciones con los esmaltes, con la cera de abeja natural y su posterior proceso de fundición, la búsqueda de nuevos diseños y la hibridación de ambos materiales son territorios ricos en procesos que merecen ser observados y de los cuales obtenemos material para nuestro archivo. Esto nos hace sentir como una especie de arqueólogos del metal y del barro.

¿Dónde encontráis la inspiración?

Nuestro foco de atención posee un fuerte carácter naturalista e histórico. Situándonos en diferentes momentos de la historia encontramos las antiguas formas y ancestrales maneras de producción que tanto nos interesan. Observamos continuamente diseños primitivos que elaboraban con las mínimas herramientas posibles y sobre todo prestamos especial interés a los diseños íberos, romanos y griegos, que forman parte intrínseca de nuestra cultura mediterránea. Mirando aquello que nos rodea encontramos texturas, colores y formas que el mundo natural ofrece si dedicas el tiempo adecuado a su observación.

Una vez que surge una idea, ¿cómo es vuestro proceso creativo?

Nuestro proceso creativo no está sujeto a una sola idea previa y concreta que se desarrollará posteriormente, más bien es un devenir, un continuo en el cual una cosa lleva a la otra. Tratamos de pensar y reflexionar acerca de los procesos sin una apertura y un cierre concreto, una idea nos acompaña a encontrarnos con otra, por eso no producimos colecciones ni piezas de temporada. Dibujamos y observamos objetos todo el tiempo, archivamos imágenes que durante todo el proceso están presentes, realizamos bocetos y pequeños experimentos que nos sirven para pensar y repensar las formas, las texturas, las estructuras y la imágenes que podríamos hacer una vez acabadas las piezas. Pero todo esto sucede paralelamente a la construcción de nuestros objetos, sin un antes o después claramente diferenciado, se podría decir que construimos pensando y pensamos construyendo.

 

 
¿De dónde proceden los materiales que empleáis en la elaboración de vuestras piezas?

Todos nuestro proveedores son nacionales, y el porcentaje más alto en concreto de Valencia ya que entendemos la importancia del impacto ambiental derivado de los largos transportes, de los embalajes o de las producciones grandes que compiten a precio, no tiene sentido para nosotros obtener materiales y servicios que provienen de otros lugares cuando podemos reducir en recursos innecesarios. El barro que usamos se produce en Manises, los esmaltes los formulamos nosotros, con ingredientes que también conseguimos en este pueblo, no usamos los esmaltes que la industria ofrece, esto es algo que determina también el marcado carácter de nuestras piezas. Y en cuanto al metal, decir que la primera tanda de piezas, las hicimos con plata reciclada de antiguas piezas que teníamos y que conseguimos que la familia donase a la causa, esta nos duró bastante y después hemos comprado pequeñas cantidades de plata fina para usar en fundición a proveedores de Barcelona y Galicia, nuestra manera de ser respetuosos con este material es produciendo poquísimas piezas y reutilizando el metal una y otra vez de un boceto a otro. También valoramos mucho el comercio local, hacemos uso de los servicios que se prestan sobre todo en el barrio en el que se encuentra nuestro estudio, creemos en la importancia de la construcción de un tejido económico que permita el crecimiento y el desarrollo de lo que tenemos más cerca.

Vuestras joyas son muy especiales, ¿os gustaría que contaran con ellas para alguna ‘superproducción’ de moda?

No sabemos si una “superproducción”, pero las colaboraciones son un eje importante en nuestro proyecto siempre y cuando mantengan una filosofía cercana a la nuestra. Creemos que es positivo trabajar con otras personas, con otras miradas y con otras formas de pensar. Ver como se arrojan diferentes visiones sobre aquello que hacemos es una de las cosas más apasionantes de nuestra propuesta y siempre estamos abiertos a que suceda. Hemos realizado varias colaboraciones hasta el día de hoy y siempre ha sido gratificante para nosotros porque, más allá del resultado final, entendemos que el crecimiento de los proyectos debe estar acompañado de múltiples lecturas y valoraciones que permitan abrir nuevas vías de diálogo entre las personas.

¿Cómo ha sido trabajar con la fotógrafa Anaïs Florín, las chicas de The Nude Label y Christin Noel?

La colaboración con Anaïs, The Nude Label y Christin fue la primera que hicimos en CANOA, y por lo tanto, siempre estará cargada de recuerdos muy especiales e intensos. Conocíamos a Anaïs y teníamos muchas ganas de trabajar con ella, que se acercara a nuestro proyecto y que arrojara sobre él su mirada, queríamos que nos contara su experiencia con nuestras piezas. Trabajar en proyectos que involucran a personas con tanta sensibilidad no siempre es posible, y en este caso, además de experimentar que todo se desarrollaba con un gran nivel de complicidad, sentíamos que nuestras piezas, las prendas de The Nude Label, el vestuario de Christin y las imágenes de Anaïs mantenían un diálogo armónico, que hablaban de la idea de otra belleza, de sensibilidades que necesitan ser observadas y tocadas desde la pausa, desde un intervalo temporal amplio que nos permita detenernos en la acción de contemplar.

 

 
 Estáis trabajando en vuestra nueva e-shop, mientras ¿Dónde o cómo podríamos conseguir vuestras piezas? ¿Cuál es el precio medio de las mismas?

En este momento hay varias formas de conseguir alguna de nuestras piezas. La primera es haciéndonos una visita a nuestro espacio CANOA-lab, situado en Russafa, un bonito y ahora inquietante barrio. La segunda es a través del mail o de Instagram, si ves una pieza que sientes tuya sólo tienes que escribirnos. En cuanto a los precios hay cierta variación, pero podríamos decir que oscilan entre los 120€ y los 300€, también y solo en nuestro espacio ponemos a la venta algunos de nuestros bocetos, son piezas de construcción más sencilla a las que denominamos “TESTAR” que nos sirven como ejercicio previo a otras más definitivas, estas rondan entre los 30 y los 70€, es una manera de compartir otras fases del proyecto.

Sois dos personas muy completas, ¿realizáis vosotros mismos las fotografías que ilustran vuestro proyecto? ¿En qué os inspiráis para elaborar vuestros bodegones?

Nos formamos en Bellas Artes, sin una especialización demasiado concreta, sin embargo esto es lo que nos ha proporcionado la posibilidad de investigar con múltiples materiales que requieren continuamente de diferentes estrategias constructivas. Además la plástica nos ha permitido adentrarnos en varias disciplinas, experimentarlas y aprender infinidad de mecanismos que significan gran autosuficiencia proyectual. Gracias a estas incursiones en diferentes campos hemos adquirido múltiples herramientas que a día de hoy nos capacitan para desarrollar el proyecto sin sentirnos obligados a recurrir a contrataciones externas. Esto sumado a nuestra constante inquietud por aprender nuevos procesos ha generado que cada fase del proyecto haya sido construida por nosotros mismos, incluidas la mayor parte de las imágenes que ilustran nuestro proyecto. Para realizar nuestros bodegones siempre miramos hacia el ámbito de la arqueología, la pintura y la instalación. Realizamos diferentes series que conllevan un eje central y que nos ayuda a generar el imaginario visual de las piezas, un contexto en el que poder situarlas y experimentarlas. Es de gran interés para nosotros construir estas variaciones contextuales porque nos permiten ver nuestro trabajo desde diferentes perspectivas y nos proporciona la posibilidad de mirar detenidamente cada una de las piezas que producimos.

 

 
Además impartís cursos, para que la gente aprenda a trabajar con materiales como la cerámica y el metal, ¿Por qué es importante trasmitir el conocimiento?

Tenemos la sensación de que el mundo de los antiguos oficios está sufriendo grandes cambios, transformaciones que tras años de letargo están modificando su estructura interna. La actividad artesanal estaba dirigida a suministrar objetos a la sociedad, es decir, cubrir unas necesidades determinadas. Con la aparición de la industria y las reproducciones en serie de gran tirada la artesanía se encontró inmersa en una batalla un tanto desigual, David contra Goliat. Tras años pretendiendo competir contra estas empresas, el paradigma de la producción artesana está encontrando su razón de seguir existiendo. Las producciones lentas, ajustadas a los tiempos naturales del hacer, las formas únicas realizadas a mano y que desvelan manufactura humana están comenzando a ser valoradas nuevamente. Pero más allá de la producción y la mercantilización de objetos se encuentra algo que tal vez podríamos considerar como realmente importante, la conservación de una cultura ancestral que nos ha llevado hasta donde nos encontramos hoy. Nos gusta pensar que la artesanía ya no sólo es un sistema productivo, sino que va más allá para situarse en un lugar de conservación y transmisión de conocimientos y sensibilidades, una herramienta para el diseño, un recurso para los artistas. Creemos que el ser humano tiene una incontenible necesidad de hacer, de tocar materiales, experimentar con las formas y descubrir soluciones a problemas y las artesanías son un territorio idóneo para hacerlo. Por ello pensamos que CANOA-lab tenía que ser un lugar dónde sucedieran más cosas que nuestra propia producción e investigación, tenía que convertirse en un espacio donde la práctica física y la transmisión de conocimientos fuera posible. Razones que nos empujaron a pensar en un formato flexible que permitiera el ir y venir de gente interesada en experimentar, reflexionar y sentir el barro y el metal.

Incluso, compartís vuestro espacio de trabajo con otros que quieran desarrollar ahí sus ideas, ¿es enriquecedor para vosotros?

La idea de construir un espacio flexible y accesible es el eje que vertebra las 3 principales experiencias de CANOA-lab. Todas las semanas abrimos nuestras puertas a sesiones semanales con ambos materiales, una sucesión de experiencias que nos permiten acercar la cerámica y la joyería a cualquier persona que quiera tener un contacto puntual o duradero con ambas disciplinas. También existe la posibilidad de “open studio”, acceso al taller para utilizar la infraestructura que tenemos y desarrollar cualquier proyecto personal. Las residencias proponen otro modelo de experiencia que ofrece alojamiento en la ciudad, acceso al taller y tutorización de los proyectos que se quieran realizar. Por último están los whorkshops, enfocados a experiencias intensivas de fin de semana que buscan construir una red de intercambio de conocimientos con profesionales invitados que nos ayude a generar y ampliar vías de investigación y experimentación en los campos de la joyería y la cerámica. Esta estructura es la que nos permite conocer a gente de diferentes campos que aportan nuevas visiones y preguntas sobre nuestra profesión, tanto en el ámbito de la producción como en el de la docencia. Entendemos esta parte como eje fundamental de nuestro desarrollo personal y profesional, ya que en el intercambio de conocimientos, en la incertidumbre del proceso y en la tensión de la reflexión es donde, para nosotros, se produce la magia y se producen los descubrimientos de mayor intensidad.
 

 

Esto es la esencia de Canoa Lab, ahora bien, ¿hacia dónde se dirige? ¿Cuáles serán vuestros próximos pasos?

Este año ha sido muy intenso, hemos conseguido internacionalizar la marca, trabajar en varias colaboraciones, ampliar nuestra capacidad de difusión, participar en varias exposiciones y construir CANOA-lab. Esperamos que el futuro más próximo mantenga la misma intensidad, también aspiramos a que cada vez sean más personas las que desarrollen una sensibilidad por “otros modos de hacer” con respecto a las producciones pequeñas y manuales. Queremos seguir alimentando nuestro espacio para que pueda convertirse en un lugar de referencia en cuanto a la experimentación con los procesos derivados de estos dos oficios, siempre vinculados a la plástica y al diseño. Y no podemos negar que nuestro objetivo más dulce consiste en poder trasladar nuestro proyecto a un lugar más tranquilo, alejado de la ciudad donde nosotros y las personas que quieran acercase a CANOA puedan sentir la naturaleza y el tiempo de una forma más intensa y consciente. Nos gustaría construir, en un futuro, un nuevo lugar donde poder disfrutar de los procesos sin estar sometidos a una sobrecarga de estímulos que la sociedad actual conlleva, donde la consciencia de nuestro cuerpo y de nuestro pensamiento se pierda de una manera, aún más intensa que ahora, en el hacer pausado y en la lenta observación de todo aquello que nos rodea.

 

 

 

 

www.canoalab.com