María Blanchard, la gran maestra del cubismo

22 / 08 / 2019
POR Andrea García

‘’Cambiaría toda mi obra por un poco de belleza’’ llegó a afirmar la pintora santanderina que sufrió una severa discapacidad. Hoy recordamos su obra.

María Blanchard dando lecciones de pintura a su alumna Jacqueline Rivière. Michael Houseman.

Nacida en Santander en el año 1881, del mismo modo que el renombrado Pablo Picasso, su año la dotó igualmente del talento artístico. Pese a tener una vida corta para nuestros días, ya que falleció en 1932 a sus cincuenta y un años, la obra de la artista es muy prolífica y cargada de matices, los cuales tienen en común el movimiento cubista. A continuación, la intención es que conozcamos un poco más acerca de la excepcional María Blanchard.

 

¿REPUDIADA O QUERIDA? LA ARTISTA CON DISCAPACIDAD EN LAS PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XX.

María Blanchard nació con cifoescoliosis. ‘’Cambiaría toda mi obra por un poco de belleza’’ es una de las oraciones más famosas de Blanchard. Manifiesta la pesadumbre que le provocó su enfermedad, no solo a nivel del dolor, sino por su aspecto físico alejado de la norma.

Fotografía de María Blanchard (1909).

El escritor Ramón Gómez de la Serna comentó que era ‘’ […] una muchacha brujesca y genial’’. El pintor Diego Rivera afirmó una verdad en sus duras palabras y que puede demostrarse gracias al retrato fotográfico de Blanchard (1909): «[…] encima de su cuerpo deforme había una hermosa cabeza». Por otra parte, el poeta Federico García Lorca escribió su ‘Pequeña elegía a María Blanchard‘ (1932) con motivo de un acto para conmemorar su fallecimiento. Sobre la artista dijo «[…] hablo de tu cabellera y la elogio… Porque eras jorobada, ¿y qué?». La elegía fue recitada a la par que los discursos de otras personalidades que admiraron a Blanchard como la política Clara Campoamor.

Si bien estas afirmaciones no son agradables teniendo en cuenta la amabilidad y predisposición que caracterizaron a la pintora, la situación más penosa que vivió fue su relación comercial con el ambicioso y estafador marchante Léonce Rosenberg, el cual adquirió sus mejores lienzos por precios irrisorios.

Retrato de María Blanchard (1921). Tora Vega Holmström. 

Aunque la artista rehusaba de su apariencia, se conservan unos pocos retratos fotográficos y pictóricos que llamativamente no dejan constancia de su fisonomía corporal. La pintora sueca Tora Vega Holmström logró hacerle varios retratos en pintura. Nuestra protagonista conoció a Holmström en una de sus estancias en París para aprender arte, al igual que a sus colegas los pintores Juan Gris y André Lothe.

LA PINTURA CUBISTA: UNA VISIÓN MUY PERSONAL

El cubismo fue el movimiento que más caló en Blanchard. Se trata de una vanguardia que tiene como principio fundamental eliminar la perspectiva ilusionista que nace en el Renacimiento. Esto quiere decir que las pinturas anteriores a esta corriente intentan reproducir el espacio tridimensional mediante la perspectiva.

Sin embargo, el cubismo busca representar una nueva dimensión: el tiempo. Así, en la ciencia de la física existen la altura, anchura, profundidad, pero también el tiempo.

 Naturaleza muerta (1918). Museo de Bellas de Artes de Asturias. Col. Pedro Masaveu. © MUSEO DE BELLAS ARTES DE ASTURIAS.

 

Obra cubista de María Blanchard.

 

Por ejemplo, en ‘Naturaleza muerta’ (1918), podemos ver a la vez todas las caras de la mesa y de los objetos, así que apenas se pueden reconocer. En el caso de la mesa, aparecen esquinas en lugares imprevistos. El paso del tiempo al final es un movimiento que permite que la mesa sea cambiada de sitio o que la observemos desde distintos ángulos para lograr ver todas sus caras.

Detalle de Naturaleza muerta (1918) donde se aprecian grandes cantidades de pintura. 

Aunque este cientificismo es propio del cubismo en sus inicios, Blanchard apostó por utilizar una gama cromática más variada y emocional respecto a los artistas fundadores Pablo Picasso y Georges Braque, aparte de que sus objetos son más reconocibles. También empleó la pintura matérica, es decir, grandes cantidades de pintura pastosa en algunos objetos para darles sensación de volumen y expresividad.

 

EL TEMA DE LAS MUJERES: DULCES MATERNIDADES Y BELLEZAS EXTRAÑAMENTE DESNUDAS

A partir de los años veinte, María Blanchard fue reemplazando el cubismo por una pintura diferente. En definitiva, consolidó un estilo propio basado en el predominio de las figuras geometrizadas con rostros angulosos, los colores oscuros y ácidos que ya había empleado antes de su fase cubista y la pintura de asuntos cotidianos con uno o muy pocos personajes.

Maternidad o Maternité (1921). Centre Georges Pompidou, París.

En este periodo, casi todas sus obras van a representar mujeres adultas y niñas. En el primer caso, su Maternidad tiene una atmósfera penumbrosa que resulta bastante chocante con la preconcebida idea de una maternidad feliz. Quizá Blanchard buscó representar una madre que ama a su bebé, pero que tiene escollos a la hora de criarlo. Puede ser una viuda por sus ropas negras.

Pero, ¿María Blanchard quiso ser madre? Realmente ese dato no lo conocemos, aunque sí es verdad que sus maternidades son relativamente frecuentes y pretenden plasmar el amor de las madres hacia sus pequeños/as.

Desnudo ante los niños o Un aux enfants (1924). Posiblemente en colección privada.

El ‘Desnudo ante los niños’ (1924) se trata de una obra extraña porque nuestra protagonista apenas realizó desnudos. Además, compone muy bien la anatomía, aunque nunca se inspiró en modelos reales. El desnudo en el arte español todavía era un tema mediático y estaba mal visto que las mujeres lo pintaran. De todas maneras, María Blanchard se apropió de las maneras clásicas similares a las Venus de Tiziano para crear una obra que es más irónica que erótica. La mujer está semidesnuda y recostada en telas entre la naturaleza, mientras un par de niños/as juegan con los paños que parecían cubrirle el pecho y la cabeza.

El mensaje del cuadro no es claro; tal vez hace referencia a que el desnudo cosifica a las mujeres y por eso pinta a una joven con un color de piel irreal, cuyo plácido descanso se ve interrumpido por dos traviesos infantes.

 

SI LA FAMA SOLO LLEGA DESPUÉS DE LA MUERTE… EL VERDADERO ÉXITO DE MARÍA BLANCHARD

La feminista, precursora del pensamiento de Simone de Beauvoir y crítica de arte, María Laffitte y Pérez del Pulgar, Condesa de Campo Alange escribió su primer libro dedicado a la biografía y la obra de María Blanchard en 1944. Laffitte resultó ser una pionera que destacó la trayectoria artística de Blanchard, pues en el tiempo que vivió nadie se dignó a estudiar su figura con seriedad.

La comulgante (1914). Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Uno de los cuadros favoritos de María Laffitte fue ‘La comulgante’ (1914), en el que la pintora comienza a utilizar una paleta oscura e inquietante. En el libro María Blanchard, comentó acerca de este óleo: «[…] El tema estaba enfocado con agresividad, el colorido era violento. Había tratado la figura de la niña con una ausencia total de ternura. Delataba así su inconformismo, su rebeldía ante lo preconcebido y lo convencional».

Mujer ante el espejo (1922). Colección privada.

En la actualidad, Blanchard se ha consolidado como una pintora muy afamada gracias a las investigaciones que abarcan hasta nuestros días. Sus obras se observan en museos y colecciones de todo el mundo. Bastantes de los lienzos que aún están en casas de subastas como Christie’s y Sothebys oscilan entre los 70000 y 350000 euros. Es el caso de ‘Mujer ante el espejo’ (1922). Al igual que La comulgante, este cuadro también fue propiedad del avaricioso Rosenberg y fue vendido en Christie’s por la cantidad de 325.600 euros.