Ramiro E o la mirada analógica de los festivales de música

14 / 08 / 2018
POR Paula Martíns

El fotógrafo nos invita a reflexionar con su nuevo ensayo visual sobre los cánones del streetstyle festivalero, la influencia de la globalización y el mainstream.

 

Festival Sónar 2018

 
Hablar de Ramiro E es hablar de ruptura, creatividad, diferenciación y sobre todo, de carácter. Su identidad es tan marcada como los looks que captura con su cámara. El fotógrafo ya rastreaba los festivales de música  casi antes de que existieran en busca de la estética del momento y volcaba las imágenes en redes como Fotolog, MyspaceFlickr. Con el paso del tiempo sus fotografías de adolescentes vestidos como si acabaran de salir de un after terminaron colándose en grandes cabeceras y Ramiro se fue abriendo hueco entre la multitud apostando por su mirada y diciendo «No thanks» más de alguna vez. Esta respuesta, «No thanks» es precisamente el nombre de su web pero es también un dictado a contracorriente. Es un todo y nada a la vez. Un replanteamiento de preguntas, un giro de rumbo y una huida de tópicos.

Ramiro enfoca y desenfoca al mismo tiempo. El fotógrafo continúa retratando el streetstyle de los festivaleros e inmortalizando los conjuntos más callejeros, pero tras observar la actualidad mediática de estos espacios, mantiene su mirada bajo una nueva técnica: la analógica.  Lo hace en un ensayo visual en el que explora dos de los conceptos en los que los festivales se encuentran sumergidos en la actualidad: la globalización y el mainstream. Mediante un recorrido fotográfico por el Primavera Sound y el Sónar, Ramiro busca la pureza e invita a la reflexión sobre muchos de los interrogantes que amenazan a estos acontecimientos a día de hoy. Ya hablamos de él en alguna ocasión pero hoy nos dedica su tiempo y despeja para #VEINDIGITAL algunas de las X que se encuentran tras su nuevo trabajo.

 

1. Normalmente en el streetstyle predomina el formato digital en lugar del analógico pero has preferido optar por el segundo para capturar los looks festivaleros de este año ¿Qué diferencia marca trabajar de esta manera?

Hacer las fotos en formato analógico me ha ayudado a romper con los esquemas y códigos bastante cerrados que me marco yo mismo dentro del mundo streetstyle, por ejemplo disparo menos fotos de cada persona o situación que me encuentro, no hay ocasión de chequear lo que has disparado. Ganas en espontaneidad y luego está el misterio de no saber muy bien cuál será el resultado final del trabajo. Esto formaba parte del juego que me planteé como un pequeño reto.

2. Sobre el origen de tu proyecto ¿En qué momento decidiste realizar el ensayo fotográfico?

Me dio mucho que pensar cuando leí que este año en Vogue.com habían decidido abiertamente no publicar la galería de fotos streetstyle del Coachella debido a la baja calidad de los looks. En estos últimos tres años he realizado muy pocas fotos streetstyle ya que en la actualidad me dedico profesionalmente a otro tipo de foto, pero salir con la cámara a encontrar personajes singulares sigue siendo una de mis grandes pasiones y los festivales de música son un buen entorno y excusa para hacerlo. Por este motivo, este año decidí plantearlo como un reto, como un «turning point» de algo…

3. ¿Desde qué punto de vista lo has llevado a cabo? ¿Qué has querido transmitir?

Llegué a los festivales a los que acudí a hacer fotos (Primavera Sound y Sónar) con muchos interrogantes. Mi intención era que en las fotos se manifestaran estas cuestiones. Sobre todo quería comprobar hasta qué punto la nueva dirección que marca el crecimiento desmesurado de este tipo de eventos afecta al perfil de público al que se dirige y de qué manera se puede mantener algo del espíritu y del ambiente original o cómo ha evolucionado.

4. Para un fotógrafo ¿Cuál dirías que es el look de festival que capta vuestra atención?

De entrada el concepto de look festivalero me resulta muy poco atractivo, sobre todo cuando cae en ciertos tópicos. Yo prefiero buscar gente singular, me da lo mismo que no siga ninguna tendencia o todo lo contrario, que las lleve de forma descarada y al límite, mientras me diga algo por su actitud o algún otro motivo, me apetecerá fotografiarlo.

En este contexto de crecimiento y globalización encontrar por ejemplo a una joven pareja muy trendy con cinturón de Off White, como la que fotografié en el Primavera, puede ser motivo de júbilo y celebración. Es como encontrar una aguja en un pajar.

Lo que sucede es que el streetstyle goza de buena salud solo en determinados eventos, sobre todo en ciertas semanas de la moda. Me han llamado la atención últimamente las de moda masculina, de hecho es AHÍ donde veo entre el público buenas propuestas de moda y tendencias callejeras. Diría que es por tratarse de eventos menos masificados que no están tanto en el punto de mira de medios, celebrities, etc,. Hay más frescura.

Volviendo a los festivales, puedo distinguir una nueva tendencia de público en el Sónar que me ha dado juego estos dos últimos años. Toda la nueva joven generación en torno al trap, las fans de Rosalía es interesante que el festival haya apostado por una escena autóctona y que le haya dedicado un escenario.

5. Los ejemplos de festivales criticados por su organización son infinitos ¿Está reinando la estrategia y el marketing frente a la calidad de los festivales?¿Son escaparates de moda en lugar de escaparates de música?

Los escaparates de moda que puede haber en los festivales, me refiero a la presencia de ciertas marcas, están metidos con calzador y pegan muy poco con el espíritu del evento. No tendría por qué ser así, en teoría la música y la moda deberían llevarse bien, pero su puesta en escena dentro del festival no resulta nada creíble en muchas ocasiones.

Por otro lado, es normal que haya estrategia y marketing, la fórmula que garantiza crecer o afianzar al público se basa en repetir cabezas de cartel cada dos o tres años. Esto puede provocar en los asiduos a los festivales un efecto muy del día de la marmota. A pesar de todo ello, en los grandes festivales siempre hay sitio para otras novedades y propuestas más arriesgadas y eso hace que la experiencia siempre valga la pena musicalmente hablando.

6. Antes los looks de festivales ocupaban un papel primordial en las noticias de las revistas pero ahora…¿Es rentable para los festivales de música o les está perjudicando?

Imagino que es rentable porque ahora a los festivales va mucho más público, pero estos últimos años se ha explotado en exceso comercialmente el concepto y formato de festival, se ha abusado del término hasta el punto que ha perdido un poco su esencia.
Esto ha ayudado a algunos a crecer mucho, pero otros se han quedado en el camino. No hay público para tantos festivales.

7. Las marcas regalan ropa a las influencers y las muestran en los festivales ¿Se intenta no publicar esa fotografía o forma parte del juego? Si la respuesta es la primera ¿Cómo no capturar esas prendas?

En mi caso ni evito ni formo parte del juego, voy bastante por libre y soy incluso un poco outsider. En general intento evitar fotografiar gente influencer que esté muy vista, prefiero descubrir caras nuevas y no condicionar mi elección por una determinada marca o no.

8. ¿De qué manera han influido las redes sociales en tu trabajo?

Podría decir que fui en su día un poco early adopter a la hora de utilizar las redes sociales en mi trabajo, me refiero a la época casi prehistórica del MySpace y Fotolog. Las utilicé desde el principio para castings y networking, hice muy buenos amigos también. En esa época el mundo de las redes sociales era mucho más pequeño y selecto, funcionaba mucho mejor para mis intereses, todo era más espontáneo. En este sentido se puede establecer una clara analogía entre la evolución de las redes sociales y la de los festivales.

9. A veces lo grotesco resulta comercial. Podemos observar cómo, en ocasiones, los grandes festivales parecen una fiesta de carnaval ¿Estamos manteniendo la esencia del estilo festivalero o la hemos traspasado y llevado al límite?

Abundan los clichés de la diversión mainstream, los maquillajes de purpurina, los disfraces, los chicos sin camiseta, el look hooligan, puedes no llegar a distinguir si estas en Barcelona, en el Coachella o en el cierre de una discoteca de Ibiza.

 

PRIMAVERA SOUND 2018

 

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SÓNAR 2018

 

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