6 libros que tarde o temprano leerás

04 / 01 / 2017
POR Pablo Gandía

Todavía no sabemos lo que nos deparará el 2017. ¿Donald Trump cumplirá sus promesas electorales? ¿A qué se dedicará ahora Obama? ¿Cuál será la próxima serie de Netflix? Para que no te desesperes demasiado intentando encontrar respuestas, aquí te recomendamos seis ejemplares con los que mantener la mente ocupada.

 
 

· How to Make a Nation: A Monocle Guide ·

Los grandes almacenes lo sitúan al lado de los libros de autoayuda, como si forjar una nación fuese cosa de enfrentarse a uno mismo. Y oye, quizás sea así. El director de la revista británica, Tyler Brûlé, empieza despejando una duda que todos hemos tenido: por qué España nunca será una nación. La respuesta no puede ser más lapidaria: “Cuando descubres grandes proyectos que no solo definen las ambiciones de una sociedad, sino que también se convierten en un punto de orgullo, curiosidad global, maravilla tecnológica y cultura popular, te das cuenta de que los trenes bala de Japón representan perfectamente el proceso de construir una nación”. Después de leer este prólogo, resulta imposible no hacer comparaciones con los trenes AVE de nuestro país, sus precios democráticos y la eficaz página web de Renfe. Pero antes de caer en lamentaciones, la guía de Monocle te mete de lleno en otros ejemplos de países que han sabido mantenerse unidos, formar a embajadores internacionales y producir valor cultural. “Es un libro que puede servir de inspiración tanto a jóvenes como a candidatos a Primer Ministro”, asegura el equipo de Monocle. Y si no consigue inspirarte, al menos viene con tapa dura y un diseño súper cuidado. Seguro que le encuentras un sitio privilegiado en el salón.
 

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· Mapplethorpe + Munch ·

Lo de estos dos fue pura provocación. El primero fotografió el cuerpo desnudo en los setenta y ochenta como muy pocos lo habían hecho antes (perdónanos, Courbet); elevó a la categoría de arte a los homosexuales, fisicoculturistas y sadomasoquistas; y puso en tela de juicio todos los límites de género que ahora empiezan a importar de verdad. Munch hizo algo parecido a principios del siglo XX, con la excusa de serle fiel al expresionismo alemán. Al pintor del grito más famoso de la historia también le encantaba autorretratarse y quitarles la ropa a los modelos. De esas coincidencias nació en febrero de 2016 una exposición que combinaba la obra de los dos; y como toda buena retrospectiva, vino acompañada de un libro de fondo de estantería. Aunque viéndolo bajo la óptica millennial, también podría servir de complemento para hacerse un selfie legendario.
 

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· Sex Press: The Sexual Revolution in the Underground Press, 1963-1979 ·

Resumir casi veinte años de historia en un solo libro exige ir al grano, pero por suerte, Vincent Bernière y Mariel Primois son de los que poco abarcan y mucho aprietan. El periodista y la directora de arte decidieron en 2012 hacer un repaso del mundo occidental a través de la prensa gráfica, y como punto de partida escogieron la década de los sesenta: la época de un París inconformista, de la antiguerra de Vietnam, de los jóvenes que rechazaron el estilo de vida de sus padres. A partir de aquellos días, la modernidad (tal y como la entendemos ahora) se impuso al mundo viejo, las subculturas afloraron como nunca, y los vaqueros y minifaldas ganaron la batalla a las prendas convencionales. Hasta aquí, nada que no hayan dicho ya los libros de historia del instituto. Pero la revolución terminó pasando factura. ¿Cómo no iba a erotizarse la vida diaria con tanto despertar social? El lema Free The Nipple ya se defendía en las revistas más independientes del momento, y Sex Press las recopila medio siglo después para demostrarnos que todo está inventado, incluso lo que hoy consideramos revolucionario.
 

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· I’ll Drink to That: A Life in Style, with a Twist ·

A juzgar por la portada, cualquiera pensaría que estamos ante otro best seller que explica la vida de una anciana fashionista. Y nada más lejos de la realidad. Todos los tópicos que rodean el sector de la moda se disputan en la biografía de Betty Halbreich, una octogenaria que se mudó a Manhattan en los años cincuenta para disfrutar del sueño americano. El primer paso debía ser, sí o sí, casarse con un empresario. El segundo, vivir en un piso con vistas a Park Avenue. Y el último, asesorar a los clientes de la boutique Bergdorf Goodman. Desde políticos hasta celebrities se dejaron guiar por su concepto del lujo, y al final todos llegaron a la misma conclusión: si una personal shopper de Chicago les estaba enseñando a vestir, era porque la elegancia poco tenía que ver con los ceros de la cuenta corriente. A veces no hay mejor tópico que una verdad universal.
 

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· The Anatomy of Fashion ·

Una de las preguntas que más silencios ha generado a lo largo de la historia es por qué vestimos como vestimos. Complicada respuesta, ¿verdad? Algunos teóricos aseguran que la indumentaria es una consecuencia de lo que ocurre en la sociedad. Otros van más allá y responsabilizan también a la personalidad de cada uno. Y luego, claro está, aparecen periodistas con alma de historiadores, como el británico Colin McDowell, que relacionan la moda con la morfología humana. “La ropa no solo esconde el cuerpo: lo altera. Los cojines hacen los hombros más anchos; los collares estilizan el cuello; las rayas verticales alargan la silueta; las prendas oscuras nos muestran más delgados. Todos estos trompes l’oeil físicos tienen una contrapartida emocional: si creemos que nos quedan bien, nos sentiremos bien”. Así de simple. McDowell también aprovecha parte de su enciclopedia personal para hacer un resumen histórico, desde las sociedades aristocráticas de María Antonieta hasta la era de Inditex. Y entre medias, aún le queda espacio para explicar cómo hemos ido tapando y desnudando el cuerpo, según los tabúes y fetiches de cada momento. Para qué hablar de tendencias si todavía tenemos pendiente la asignatura de anatomía.
 

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· James Baldwin: The Last Interview and Other Conversations ·

Puede que ahora muchos veinteañeros estén intentando adivinar quién es este tipo con nombre de artista existencial. Si te fijas en la ilustración de abajo, todo apunta a que James Baldwin podría ser músico de jazz o actor. Y aunque seguro que hubiese tenido éxito en las dos opciones, lo suyo fue más de sentarse y ponerse a escribir. Un resumen: a los veinticuatro años cogió la maleta y se marchó a Europa. En París empezó la primera novela, Ve y dilo en la montaña, en la que ponía a caldo su Harlem natal y la sociedad estadounidense, marcada más que nunca por el racismo y la hipocresía. Tampoco quiso perderse el movimiento activista de los años cincuenta: siguió de cerca a Martin Luther King y publicó varios ensayos reivindicando a los afroamericanos. Seguro que te suenan los míticos retratos que Richard Avedon hizo de la América profunda. Pues bien, Baldwin escribió cuarenta páginas inspirándose en ellas. Y en 1987, antes de morir, el poeta Quincy Troupe le entrevistó en su casa del sur de Francia. El resultado, una conversación que pone patas arriba la primera potencia mundial. Pero como él subraya, no es nada personal.
 

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