Alejandra Merit, de Veneno Concept: «Hay que pensar menos y empezar a probar cuanto antes»

16 / 06 / 2025

Hablamos con Alejandra y Julia, de Veneno Concept. El nuevo espacio en Valencia que mezcla cultura y gastronomía.

Alejandra Merit (Fundadora) y Julia Carrasco (Directora de Arte y Contenidos) son las caras visibles de un proyecto construido con un cariño y con una visión difíciles de superar. Ambicioso y cercano a un mismo tiempo. Espontáneo, pero cuidado. Veneno Concept es un espacio en Valencia que junta la gastronomía con los eventos. Una parada obligatoria para locales y turistas. 

Parte de su éxito descansa en el uso que han hecho de las redes sociales, y en cómo han convertido una historia de emprendimiento y constancia en algo en lo que miles de personas se han sentido reflejadas. Les pedimos que nos cuenten cómo ha sido ese proceso tan íntimo y bonito de convertir una idea en un mundo. 

Lo primero que llama la atención en un proyecto tan interesante como este es la forma en la que trabajasteis la comunicación mucho antes de tener listo el espacio. ¿Cómo explicáis semejante buena acogida?

Julia Carrasco: Ha sido algo que ha surgido casi sin esperarlo, pero cuando la gente nos da consejos y nos pregunta decimos que lo principal y más importante ha sido la transparencia radical. Desde el minuto cero, lo hemos contado todo sin filtros. Cifras, tropiezos, dudas, aciertos… incluso cuando no teníamos ni idea de cómo se hacían las cosas. Y eso, lejos de alejarnos de la gente, nos acercó aún más.

La segunda clave, igual de importante, ha sido la conexión emocional. No hablamos a nuestro público, hablamos desde nuestro público. Porque al final, somos lo mismo: jóvenes entre 20 y 35 años con ganas de cambiar las cosas, pero sin manual de instrucciones. Y claro, al vernos tirarnos a la piscina, muchas personas se han sentido reflejadas. Han vivido el viaje con nosotras: desde el hype, hasta los miedos y el vértigo.

¿Hubo días en los que pensabais que no lo conseguiríais?

Julia Carrasco: Ha habido momentos bastante duros donde se han tenido que replantear las cosas, como cuando nos quedamos sin financiación a mitad de obra, pero después de todo el esfuerzo y camino que habíamos recorrido no conseguirlo no era una opción. 

Las redes sociales a veces pueden dar una sensación un poco ficticia de conexión, o inflar un poco las previsiones de los negocios físicos. Yo os seguía desde Galicia, por ejemplo, y me supongo que mucha otra gente os sigue también desde todo el país. ¿Qué tal ha ido todo el proceso desde una óptica más local? ¿Está funcionando bien la acogida en Valencia?

Julia Carrasco: Afortunadamente, vivimos en una ciudad maravillosa en la que, aunque parece muy grande, estamos lejos de ser un Madrid o Barcelona. La realidad es que aquí no pasan tantas cosas, y por una cosa u otra siempre acabas conociendo a la persona de al lado. Por lo que Veneno en este contexto ha corrido como la pólvora, todo el mundo había oído hablar del proyecto y desde que hemos abierto es mucha la gente que se ha pasado a conocernos. La verdad es que no nos podemos quejar para nada de la acogida que estamos teniendo. 

Más allá de una comunicación muy bien planteada, el espacio y la propuesta llaman (y mucho) la atención. ¿Podéis contarme un poco más sobre la idea original y cómo os pusisteis a ejecutarla?

Julia Carrasco: La idea nace de Ale (Alejandra Merit). Ella tiene claro el porqué: despertar el veneno de una generación. Esa parte rebelde, creativa e inconformista que te hace no dejarte llevar por la rutina del día a día. Cuando encontró la nave lo tuvo claro, ese iba a ser el primer paso. Trabajamos en darle forma y cuando empezamos a comunicarlo y vimos que nuestro porqué conectaba con el público, nos hizo entender que hemos creado un concepto tan fuerte que ya no depende de un solo espacio o formato. Empezamos por la nave por imaginar que nos gustaría vivir dentro y sobre todo como iba a ser esa parte que la iba a hacer rentable que en este caso es la gastronómica. 

Ahora decimos cuando nos preguntan que Veneno no es solo la nave, por eso la llamamos Veneno House. Hay muchas maneras de hacerlo y tenemos muchas ganas de seguir abriendo nuevos caminos. 

En vuestra web, en la parte de “Carta” se puede atisbar una futura oferta de emorzaret. ¿Cómo le explicaríais a alguien de fuera de Valencia en qué consiste? 

Julia Carrasco: Gran pregunta. Antes de explicarlo invitaría a todos a que os vengáis a Valencia a probarlo (se ríe). Aquí es casi como una religión. Es la comida típica que hacemos los valencianos entre las 10:00 y las 12:00, se trata de un bocadillo que normalmente acompañamos con bebida, cacaos y un cremaet. Un ritual que une a la gente de aquí y que compartes tanto con amigos como con compañeros de curro. 

El manifiesto que tenéis en la web resulta muy inspirador. Desde un punto de vista más vital, ¿cómo empezó todo este proyecto? ¿Qué os hizo querer embarcaros en algo tan complejo y desafiante?

Julia Carrasco: Cuando conocí a Ale y me contó qué era Veneno, al principio posiblemente no podía hacerme una idea de lo que era, pero en mi cabeza sonaban las palabras reto, motivación y libertad. Cuando encuentras un proyecto joven sin límites y construido por personas que ponen las mismas ganas y el corazón en lo que haces que tú, es difícil decir que no. 

¿Qué se puede esperar alguien que acuda a Veneno Concept? ¿Va a ser un sitio diferente en el que siempre pasan el mismo tipo de cosas o va a ser un sitio diferente en el que siempre pasa algo diferente? Es decir: ¿va a haber una rutina en Veneno Concept?

Julia Carrasco: No nos gustan las rutinas, y aunque quisiéramos tener algo estable la realidad es que siempre nos cansamos y acabamos cambiando todo. También hacemos una gran labor de escuchar a nuestra comunidad, desde el principio sabíamos que lo que teníamos en mente iba a ser muy diferente del resultado porque dependía mucho del feedback de los demás. Por lo que, si cualquier día vas a la nave, no sé qué actividad o evento encontrarás, lo que seguro verás es un sitio con un ambientazo, un equipo increíble que te atenderá y una comida riquísima. 

Lo vuestro no es solo un restaurante y no es solo un proyecto y no es solo una marca. ¿Puede ser que vayamos cada vez hacia conceptos de negocios mucho más vivos y más centrados en experiencias diferentes y no tanto en un consumo más “estanco” o más “definido”?

Julia Carrasco: Totalmente. Desde mi punto de vista nos enfrentamos al consumidor más exigente que busca en una marca más valor del que una compra. Los jóvenes queremos conectar con discursos y sentirnos parte de algo. Siempre decimos que hay que tener muy claro el por qué hacemos las cosas, qué es veneno y cuál es nuestro ADN. Luego muchas veces orgánicamente viene el cómo, en este caso el primer paso ha sido un restaurante. Pero que puede tomar muchas formas si el propósito es fuerte. 

¿Cómo fue el día en el que sentís que Veneno Concept era ya una realidad y que nadie podría borrarlo del mapa?

Julia Carrasco: Hubo un día, que además grabamos, que para mí fue un antes y un después, que fue el momento en el que vimos la nave con luz y música. Recuerdo ver a Ale saltar de la emoción, las dos no podíamos creer que de repente la nave que durante meses había estado llena de polvo y oscura empezará a tener vida. 

Supongo que todo esto venía también con un plan muy definido de qué queríais hacer. Ahora que ya es una realidad, ¿qué tal han casado la realidad y el plan? ¿Todo va según lo previsto?

Alejandra Merit: Nos hemos dado cuenta de que todo lo que habíamos planeado no ha servido de nada. La realidad es muy diferente a lo que nos imaginamos. Así que, si tengo que dar un consejo ahora, es que hay que pensar menos y empezar a probar cuanto antes. 

Yéndonos a una perspectiva mucho más personal, ¿ha sido muy sacrificado todo esto? ¿Qué le diríais a una persona que está buscando empezar un proyecto personal o un negocio?

Alejandra Merit: Ha sido muy muy sacrificado. Le diría que no se distraiga ni se deje distraer. Y que, si apuesta, que apueste al 100%. Como bien me dijeron un día, el plan-b distrae del plan-a. 

Da la sensación de que, hoy en día, cultura y gastronomía están más juntas que nunca. ¿Tiene techo el significado social y cultural que está consiguiendo la gastronomía en España

Julia Carrasco: Totalmente. La gastronomía ya no va solo de llenar el estómago, va de contar historias, de identidad, de emoción. En España, comemos para vivir, pero también para sentir, para compartir, para celebrar quiénes somos. Y ahora más que nunca, la cocina se mezcla con arte, con activismo, con memoria colectiva… ¿Techo? Más bien todo lo contrario: la gastronomía se está convirtiendo en un altavoz brutal para hablar de lo que importa. Y cuanto más se mezcle con otras disciplinas, más poderosa será.