Ecoalf: entre lo sostenible y lo atemporal

25 / 12 / 2015
POR Pablo Gandía

Ecoalf es la marca española que está revolucionando la forma de entender y hacer la moda. Hablamos con su directora creativa, Carol Blázquez.

Ilustración: Tiscar Espadas

Ilustración: Tiscar Espadas

Lo atemporal es un valor que ha perdido la batalla. Es como una de esas empresas que de la noche a la mañana han visto desplomarse sus acciones, sin poder hacer nada al respecto. Lo atemporal está sufriendo una muerte lenta y dolorosa, casi tanto como cualquier negocio local abandonado por sus clientes inconformistas. Lo atemporal es incapaz de competir con el marketing del bueno, bonito y barato, al que ahora se le suman lo fresco, lo rápido y lo virtual. Demasiadas exigencias como para mantener tanta calidad.

Lo atemporal se desdibuja mientras perdemos las viejas costumbres de nuestros padres. El salir en familia a comprar un abrigo, unos pantalones o un par de zapatos que nos iban a durar hasta el año que viene, por obligación. Porque no quedaba otra, nos gustase o no. Pero qué excitante era el día en el que estrenábamos esa prenda y la cuidábamos hasta la obsesión. Protegiéndola de la lluvia, del humo del tabaco y de cualquier situación desafortunada. Porque no quedaba otra. Porque no había ninguna multinacional que te la vendiese por una cuarta parte del precio real, y que una semana después te ofreciese la misma versión como si fuera diferente.

Aceptémoslo. Lo atemporal ha caducado. Se ha marchitado. Se ha fugado como aquel amigo de toda la vida que tuvo que emigrar, después de estudiar una ingeniería, por cuestiones de “movilidad exterior”.

Pero todavía quedan héroes que dedican su profesión a rescatar lo perdido. Y Carol Blázquez podría considerarse uno de ellos, aunque su ego –o mejor dicho, su falta de ego- jamás se lo permitiría. Desde hace cinco años, esta diseñadora pasa gran parte de su vida en la madrileña plaza de Santa Bárbara. En una pequeña tienda, con pilares de cartón, que además también sirve de laboratorio y estudio de experimentación. Allí, junto a un equipo de menos de veinte personas, abanderadas por el empresario Javier Goyeneche, Carol Blázquez ha revolucionado la forma de producir y entender la moda. Y lo ha hecho desde la sostenibilidad. Reciclando las botellas de plástico olvidadas en los océanos, y convirtiéndolas en hilo para producir nuevos tejidos. Así es su forma de actuar. La forma de Ecoalf. Una empresa española que en el 2014 facturó casi cuatro millones de euros y colaboró con celebrities de la talla de Will.i.am, Gwyneth Paltrow o Marc Jacobs. Pero no juzguéis a la marca por sus clientes mediáticos. Juzgadla por su exigencia, por nadar a contracorriente de las tendencias y mantenerse siempre atemporal.

 

¿Que os dediquéis a la moda sostenible es una elección o una necesidad? Que nosotros lo hayamos hecho es una elección. Pero como concepto general, creo que la moda sostenible empieza a ser una necesidad.

 

¿La contaminación es un problema exclusivo de las grandes cadenas o también de las firmas y marcas de prestigio? Afecta a todas las empresas, claro. Incluso a la nuestra. Nosotros utilizamos la materia reciclada para fabricar los tejidos en bruto, y luego nos encontramos en un punto, bastante complicado, en el que tenemos que teñirlos y acabarlos. Siempre intentamos buscar las opciones más sostenibles, pero es verdad que en el mundo de los tintes todavía nos queda muchísimo trabajo por hacer. De hecho, somos súper sinceros y transparente en este sentido. Nosotros llegamos hasta donde podemos. Y a pesar de que nos consideramos una marca sostenible, hay cosas que no están a nuestro alcance.

 

¿Cuáles? Pues por ejemplo, si me hubieses hecho esta pregunta hace dos años, te hubiera respondido: “nuestras asignaturas pendientes son los tintes y los acabados”. A día de hoy puedo decirte que nuestra asignatura pendiente tan solo son los tintes. Pero es una cuestión que no depende exclusivamente de nosotros. Ecoalf avanza con una industria enorme que también se está moviendo en el mismo sentido. Nosotros estamos muy en contacto con todas las empresas que están haciendo cualquier tipo de innovación en el terreno de sostenibilidad, e intentamos aplicarla a nuestros productos.

 

Como directora creativa de Ecoalf, ¿cuál es el proceso que sigues a la hora de confeccionar una prenda? Bueno, para empezar, el de directora creativa es un término con el que no me siento nada cómoda (risas). Y no me siento cómoda porque Ecoalf no es una marca de moda al uso; se trata de un proyecto especial que abarca muchos más conceptos. Al final, lo que estamos haciendo todo el equipo, más que diseñar, es ecodiseñar. Me explico. Nosotros no podemos pensar solamente en si a la prenda le vamos a poner una manga ranglán o una sisa normal. Nosotros tenemos que pensar en qué tipo de tejido vamos a usar, cómo lo fabricamos y cuál es el acabado perfecto para la funcionalidad de la prenda. Luego también intentamos que la ropa sea muy versátil, que te la puedas poner en muchos momentos distintos. Nos gusta jugar por ejemplo con el tema de prendas desmontables, que las lleves en primavera y cuando hace mucho frío. Que te quitas la parte de dentro, que te quedas solo con la de fuera, que hoy prefieres llevar un chaleco interior…

 

¿Qué papel asume la tecnología en este proceso? Yo siempre digo que no estaríamos donde estamos si no fuese gracias al apoyo de nuestros partners en el terreno de I+D. El hecho de que las fabricas con las que trabajamos, sobre todo a nivel tejido, nos permitan entrar hasta sus cocinas y sentarse con sus técnicos e ingenieros, supone un gran avance. Porque es con ellos con los que al final hacemos la revolución, con los que conseguimos innovar.

 Imagen 2

 

¿Se pueden crear prendas de diseño, que tengan buena calidad, que sean sostenibles y que además estén al alcance del consumidor medio? Bueno, yo creo que acabas de resumir lo que es Ecoalf. Y por supuesto que se puede. Aunque también es cierto que como consumidores estamos muy mal acostumbrados a ciertos precios. A nosotros muchas veces nos dicen que nuestros productos son caros, pero yo no estoy de acuerdo. Hace veinte años, cuando no existían las grandes cadenas, los precios eran estos, y la gente decidía si comprar o no, pero nadie se quejaba, porque era el precio real de lo que costaba una prenda de calidad. Ahora nosotros te ofrecemos por el mismo precio de una prenda no sostenible, una prenda que además es sostenible. No queremos que el precio sea una barrera a la hora de tomar tu decisión.

 

¿Pero un estudiante de una universidad pública podría permitirse alguno de vuestros abrigos? A ver, nuestros abrigos van desde los 160 euros hasta los 450. A lo mejor el de 450 euros no puede comprárselo, pero uno más barato sí. Depende del bolsillo del universitario. Lo que es verdad es que hablamos de prendas que te compras hoy y que las utilizas durante mucho tiempo. Al final, si divides esos 450 euros entre los cuatro o cinco años que vas a llevar el abrigo, seguramente te cueste lo mismo que una prenda de cualquier otro sitio, que al año que viene dejas de utilizar por su calidad, o porque ya no te gusta.

 

De esas cuatro variables que te he planteado antes, ¿cuál es la que peor lleváis? Lo que más nos cuesta es conseguir el precio. Sería mucho más fácil irnos a cualquier feria y comprar allí directamente los tejidos. Pero no. Nosotros hemos escogido el camino difícil, y asumimos las consecuencias.

 

¿Cuánto tiempo tardáis en desarrollar una prenda? Yo ahora ya estoy cerrando los tejidos del verano 2017, así que imagínate. Normalmente tengo que empezar a trabajar con las prendas un año y medio antes de que lleguen a nuestra tienda. Es un proceso bastante lento, y hay que respetar ese ritmo, porque no somos una marca de tendencias. Nosotros tenemos nuestro propio estilo. Es un estilo sobrio, de fondo de armario, muy urbano y con un toque técnico. Y es un estilo que por suerte podemos trabajar minuciosamente.

 

En esta temporada habéis creado el proyecto Upcycling the oceans. Y en el vídeo promocional decís que tenemos que cambiar nuestra forma de relacionarnos con los océanos. ¿Por dónde empezamos ese cambio? Yo creo que el cambio, independientemente de lo que hagan los gobiernos o las empresas, siempre se produce por la iniciativa de las personas. Al final el océano está lleno de basura por muchos motivos, y todos tenemos a un culpable dentro. Si cada uno aportásemos una pequeña gota, no dejándose esa botella en la playa o no tirándola desde el barco, transformaríamos nuestro cambio individual en un gran cambio. Y luego por supuesto también son muy importantes los proyectos como el nuestro. En Upcycling the oceans estamos trabajando con 160 barcos del Levante que sacan la basura del mar, la separan, la reciclan y la convierten en hilo. Ha sido muy complicado convencer a las cofradías de pescadores para que se embarcasen en esta iniciativa, que por cierto es 100% española. Pero con ellos hemos demostrado que sí se puede. Que se pueden hacer cosas, muchísimas cosas.

 

¿Cuáles son vuestros planes para este 2016? Bueno, dentro de las estrategias de todos los años siempre está el desarrollar nuevos tejidos. Y completar las colecciones cada vez más, añadiendo líneas un poco más especiales, porque nosotros partimos con unas colecciones muy básicas. También partimos de un concepto bastante unisex, y ahora estamos empezando a dividir lo que es hombre de lo que es mujer. De hecho, si tú observas las prendas que nosotros producimos hoy, verás que son mucho más femeninas que las de hace unos años. Otra de las estrategias es ampliar los puntos de venta. Afortunadamente estamos vendiendo en todo el mundo, y aunque nuestro punto débil siempre ha sido España, en este último año ha habido un crecimiento muy importante.

 

Reducir los precios también estará en vuestra lista. Mira, en cuanto nosotros estemos metidos en un volumen de producción más grande, no tendremos ningún problema en bajar los precios. Pero ahora no podemos; es imposible. Producir nuestros tejidos conlleva un coste altísimo.

 

¿Nunca habéis pensado en desfilar en alguna semana de la moda? Nos lo han propuesto aquí en Madrid, pero yo creo que todavía es pronto para nosotros.

 

¿Por qué? Porque aún tenemos mucho que mejorar en las colecciones. Y desfilar supone unos planteamientos muy distintos a los que ahora mismo tenemos. Luego también hay que entender que somos una empresa muy pequeña, y que estamos sobrepasados para ciertas cosas. A mí me encantaría desfilar, pero me encantaría desfilar pudiendo dedicarme plenamente a desarrollar una colección especial, que luego por supuesto se incorporaría a nuestra colección base.

 

¿A dónde os gustaría llegar como marca? Al infinito (risas). No, ahora en serio. Nos gustaría convertirnos en un referente dentro del mundo de la moda sostenible. Y yo creo que poco a poco lo estamos consiguiendo. Pero por encima de este objetivo queremos que todo el mundo entienda que producir y comprar moda reciclada, con un alto nivel de calidad, es posible.

Imagen 3

 

Dejemos de lado Ecoalf. ¿Quién eres? A ver cómo te lo explico. Carol Blázquez llevaba toda la vida haciendo moda, pero llegó un momento, hace justo cinco años, en el que sintió que éticamente estaba muy lejos de ese mundo. Y decidió dejarlo todo. Decidí dejarlo todo. Tomé la decisión en primavera y, unos meses después, en verano, leí un artículo de Javier Goyeneche que explicaba su proyecto de moda reciclada. En seguida supe que aquello era lo mío, así que contacté con él y tuve la suerte de poder unirme a Ecoalf.

 

¿Vistes con ropa sostenible? Todo lo que puedo, sí. Pero no todo lo que tengo en el armario es sostenible. Con el tiempo he cambiado mucho la forma con la que consumo. Yo antes era más de comprar compulsivamente, y de hace varios años a esta parte pienso bastante lo que compro. Ahora solo escojo las cosas que sé que voy a usar durante mucho tiempo.

 

Ahora prefieres lo atemporal. Sí, puede que esa sea la palabra.

 

www.ecoalf.com