El halo femenino, lleno de brillo y rubor de color rosa que Sophia Coppola creó con su film «Las Vírgenes Suicidas» ha inspirado a diseñadores y artistas desde su estreno. Es ahora cuando la cineasta saca a la luz la colección que le inspiró a ella.
Dentro de las inspiraciones de Sophia se encuentra Richard Prince, el fotógrafo que pone en duda la cultura estadounidense en su obra e incluso hace una crítica a través de arquetipos y mitos a la publicidad, la búsqueda de la fama, y el humor.
En cuanto a las bellas artes, otras de sus referencias estilísticas son Tracey Emin o Elisabeth Peyton, dos artistas que retratan una belleza nostálgica, pero dulce, que coincide efectivamente con la línea estilística de las películas de Sophia Coppola.
Pero sin lugar a duda, el artista fetiche de la cineasta es Ruscha. Pionero en la escena artística de Los Ángeles de los años 60, Ruscha se ha apropiado en su obra de frases ambiguas como las de las señales de tráfico, conversaciones escuchadas, o incluso películas, aplicándolas después sobre fondos incongruentemente románticos como las puestas de sol o el cielo estrellado.
«Las Vírgenes Suicidas» se entrenó en 1999, y retrataba a toda una generación de adolescentes melancólicas por vivir en la sociedad en la que vivían. Dentro de una estética donde los colores pastel, las bandas sonoras de ensueño y una luz poco nítida y destellante primaban. Este film hizo de Sofía Coppola un nombre de referencia, ya no solo por la forma tan delicada en la que trataba la transición entre la adolescencia y la edad adulta femenina en sus películas, sino también por convertirse un icono de estilo único.
vía Artspace