Agricultura, cocina y conciencia: Experiencias de relación para reconectar con la naturaleza

14 / 09 / 2020
POR María Leache

Hablamos con la creadora de blueyellow, una marca de ingredientes culinarios a base de hierbas aromáticas, sobre los talleres que ha diseñado para visibilizar las propiedades de estas plantas y replantear nuestra relación con el reino vegetal. 

MontenegroLafont

Las plantas aromáticas son, para Caroline Heredia, sus compañeras, unas maestras por las que siente un profundo respeto y admiración. Desde que crease blueyellow, una marca de ingredientes culinarios a base de hierbas aromáticas cultivadas de forma agroecológica, estas plantas se han convertido en su objeto de estudio y medio de relación. Las ha observado, escuchado, investigado, preservado, cocinado, e, incluso, ha hablado con ellas. Ahora, tras avanzar en este camino de relación y aprendizaje, le ha surgido la necesidad de compartir su pasión con otros. Fruto de este deseo, nacen las ‘Experiencias de relación’, unos talleres con los que busca destacar cómo se relacionan tres grandes áreas de investigación –agricultura, cocina y conciencia– con el objetivo de visibilizar las propiedades poco conocidas de las plantas aromáticas y replantear nuestra relación con la naturaleza.

Hablamos con Caroline para conocer más sobre este recorrido teórico y práctico que, desarrollándose en diferentes localizaciones como escuelas de cocina, instituciones públicas, espacios naturales o campos de cultivo, creará experiencias únicas.

MontenegroLafont

Has llamado a tus talleres ‘Experiencias de Relación’ ¿Cómo las describirías? 

Si tengo que describirlas de forma resumida, diría que son un espacio y tiempo para escuchar, compartir, y conectarnos con lo real, aquello que tenemos en frente y que muchas veces no vemos. Como las plantas aromáticas, por ejemplo. Son experiencias participativas de un mundo vivo, despierto y consciente. En el que suceden diferentes actividades como cocinar, catar, jugar, dibujar, plantar, pasear, oler, respirar, observar, escuchar, etc. en lugares tan diversos como cocinas, fincas, huertos, jardines, salones, bares, plazas, etc. en el que nos reunimos como forma de celebración de lo común, ¡la vida! Estas actividades discurren en tres áreas de conocimiento: agricultura, cocina y conciencia pero con especial atención en donde se solapan, en esas relaciones que se tejen entre ellas. Son ejercicios que buscan repensar, remodelar nuestra relación y experiencia con el mundo natural para aprender a vivir de una manera que honre todas las diferentes formas de vida que habitan nuestro planeta. ‘Experiencias de Relación’ son una invitación abierta a experimentar, conectar y amarlo todo a través de las plantas aromáticas. 

Quieres hacer visible las propiedades de las plantas aromáticas ¿Qué puedes contarnos de ellas? 

Las plantas son la forma más elevada de vida, tienen mucho que enseñarnos y están deseosas de ser parte de nuestras vidas. ¿No son hermosas? Ellas son sabias, han estado aquí mucho antes que nosotros, 200 millones de años más, y lo fascinante es que no han cambiado mucho. Lo que significa que algo están haciendo bien, tienen algún tipo de “fórmula” que nosotros como civilización también buscamos en relación a la sostenibilidad, resistencia y supervivencia. Son extremadamente generosas, nos dan alimento, medicina, tejidos, ropa, techo, oxigeno, agua… Todo se lo debemos a ellas, cada respiración que tomamos es gracias a las plantas. Comprender que la vida en general, y especialmente la nuestra, la humana, existe siempre en relación a otros seres y que las plantas son vitales para nosotros, es fundamental. Así que la propuesta es a zambullirnos en el reino vegetal y aprender de ellas. En el caso particular de las plantas aromáticas, decir que son unas plantas pequeñas, sin frutos, casi siempre invisibles pero a la vez súper poderosas, que además de darle sabor a nuestros alimentos tienen unos principios activos con actividad farmacológica que las convierten también en medicina. Ellas son mis compañeras, mis maestras por las que siento un profundo respeto y admiración. Son también un medio idóneo para relacionarnos y acercarnos tanto a otras plantas como a seres vivos (abejas, mariposas, moscas, hormigas, insectos, aves etc.) Y para sorpresa, casi sin querer y desde hace mucho tiempo, ocupan un lugar muy especial dentro de la cultura, en nuestras cocinas. 

Erea Azurmendi y Adrián Cano

¿Cuáles no pueden faltar en nuestra cocina?¿Nos recomiendas alguna combinación con alimentos? 

Cualquiera que nos atraiga por las razones que sean: físicas (flor, color, aroma, sabor) espirituales o medicinales es bienvenida y válida. Puede ser una o una combinación de plantas, ellas todas se complementan. Lo importante es que no falten, son unas compañeras extraordinarias que pueden estar donde sea que estemos, no tenemos que limitarlas solo a la cocina. La invitación es a que las tengamos cerca, muy cerca, y nos beneficiemos de todos sus maravillosos poderes. Las aromáticas han estado, están y combinan con prácticamente todo, en cualquier momento del día y geografía. Desde bebidas, chuches, helados, comidas crudas o cocinadas, postres, infusiones, remedios caseros, hasta productos de limpieza. Desde el desayuno a lo último que puedes comer antes de acostarte, desde Nueva Zelanda a Alaska. Así que va a depender mucho de gustos y deseos. Ahora que el verano está llegando a su fin, y muchas de las aromáticas están en su esplendor, recomiendo acompañarlas con frutas de temporada. Es una combinación sencilla y que despide y honra a las frutas que venimos comiendo durante estos meses de verano con un sabor que complementa y sorprendente. Podemos probar, por ejemplo, frutas con hueso (albaricoques, ciruelas, paraguayas, melocotones y duraznos) con albahacas, melón con cilantro, sandía y mentas o higos con tomillos.

El primer taller se llama ‘Verano y las Plantas Aromáticas’ ¿Qué relación guarda un término con el otro? 

Es bien conocido que el verano es el momento destacado de la huerta, sobre todo de las plantas anuales, un ejemplo es el tomate. El tomate es el rey de la huerta en esta época. Pero lo que no siempre vemos es que por allí, muy cerca del tomate seguramente hay alguna albahaca plantada que también está en su apogeo. Está allí, regia ayudando al tomate a prosperar, a mantenerse sano, libre de plagas como el pulgón y la mosca blanca e inclusive mejorando su rendimiento y sabor. Para mí, las aromáticas son las estrellas olvidadas del verano. Es en esta época cuando sus aceites y componentes, aquellos que le proporcionan ese característico sabor y propiedades medicinales, se encuentra en su máximo esplendor. Así que la relación entre el verano y las aromáticas en este caso es directa y a la vez poco visible, y es exactamente eso lo que busco resaltar y señalar en estas ‘Experiencias de Relación’. El verano no se esconde, se muestra muy pleno y franco y eso lo hace un momento ideal para despertar y re-conectar con las plantas, pero también con los animales, las montañas, los ríos etc. Un hermoso escenario para formar parte y comenzar a escuchar. 

MontenegroLafont

Sabemos que relacionas tres áreas de investigación: agricultura, cocina y conciencia ¿qué has aprendido de la relación entre ellas? 

Que todo esta vivo, todo esta conectado, y todo esta relacionado. Y eso es muy potente. Las relaciones son mucho más fuertes y complejas de lo que parecen y es ese tejido lo que nos soporta, que no es otra cosa que la vida. Hablamos mucho de la independencia como máximo, pero nada mas lejos de la realidad. Es una quimera y lo hemos palpado con gran intensidad en estos tiempos de pandemia. Necesitamos educarnos para la vida, los cuidados, y eso no es otra cosa que convivir y compartir con otros, y con otros me refiero a otras especies. No somos la única especie que vive y respira, que suspira y llora en este planeta. 

Cada taller es una experiencia única en la que seleccionas dos de los tres ámbitos ¿Qué te llevó a dividirlos así? 

Hay muchos vínculos por restablecer y tantos otros por construir. Estos ámbitos que estoy explorando: agricultura, cocina y conciencia son tan solo una manera de visibilizar este tejido. Cada quien cuenta con sus experiencias, conocimientos, lenguaje, puntos de vista, y ritmos. La cuestión es estar en disposición para navegar juntos en estos tiempos, aquí y ahora y establecer un punto de partida para comenzar a hilar y esperando tejer. Porque, como comentaba anteriormente, todo esta relacionado y conectado. Estos 3 ámbitos son en los que me encuentro a gusto, pero son los vínculos y la exploración de las relaciones entre ellos lo que me definen a mí como persona. Por ello el nombre, ‘Experiencias de Relación’. Dos son los elementos mínimos necesarios para establecer un vínculo, mi punto de partida para crear cada una de las experiencias, sabiendo que siempre me queda un tercer ámbito que me ayuda a recordar la presencia de un espacio. Es entonces lo esencial para comenzar a tejer. Como parte de este ecosistema tan variable, me interesa vincular estas experiencias con actores o escenarios muy diversos como escuelas, academias, espacios de encuentro, empresas, promotores e individuos. Por ello, he creado una especie de “calculadora de porcentajes” que me permite diseñar experiencias muy especificas según intereses y consideraciones puntuales, buscando siempre establecer un balance entre un contenido un tanto formal y otro más práctico.

Afirmas que “el acto de cocinar además de hacernos humanos, está en nuestro ADN, es parte de nuestra cultura y es también un acto agrícola” ¿De qué manera están vinculados? 

Están vinculados de múltiples maneras e intento trazar algunos. El medioambiente está relacionado con nuestra alimentación directamente a través de la agricultura. Pero a su vez, todo lo que nos alimenta tiene sus raíces en la tierra y eso convierte a la cocina en un acto agrícola. Sumémosle a esto que cocinar es un lugar donde los valores se transforman y una herramienta para aprender los aspectos más básicos de la vida como: compartir, colaborar, organizar, decidir, experimentar, improvisar y desarrollar confianza. Aquí tenemos entonces una otra historia que también tenemos que contar, una que comprende y visibiliza la conexión entre la comida y la tierra para obtener el placer de comer. 

¿De qué forma podemos desde la ciudad sentirnos más conectados con la naturaleza? 

Sin lugar a duda, apoyando la cultura rural, que es mucho más que las fincas, huertas e incluso nuestra comida. Detengámonos por un momento para pensar a la ciudad y el campo. La cultura rural es nuestro vínculo como especie con la naturaleza. Y me refiero al conocimiento formal, pero también tradicional, a la relación con el territorio, saber de los ciclos del agua, de los ciclos de las plantas, cómo funcionan las flores, la vida del suelo, el cuidar aquello de lo que luego nos alimentamos, etc. Por eso es tan importante preservar y apoyar la cultura rural, de lo contrario nos seguiremos alejando aun más de la naturaleza. 

MontenegroLafont

Nos enseñas a ver la conexión entre el medioambiente, la agricultura y la cocina ¿Cómo crees que podemos potenciar esa conciencia? 

Lo primero no permitiéndonos ser insensibles al mundo. Estar despiertx aquí y ahora, manteniéndonos en lo real, con nuestras mentes y corazones muy abiertos, en comunidad. ¡Vivir con lo que vive sería una manera!

En el cierre de cada taller afirmas qué dejaréis semillas para futuros encuentros ¿Puedes darnos alguna pista? 

Las experiencias están inspiradas desde la naturaleza, no tienen un principio ni un final, aunque sí que tienen un recorrido, son parte de un continuo. Las mismas experiencias en sí, tienen relación y se vinculan, pero aparte busco generar semillas en cada uno de quienes nos acompañan en estas experiencias. La semilla es un buen símil. Es el resultado de un desarrollo logrado, que cuando estén dadas las condiciones adecuadas, germina, despierta y continúa. Puede ser en pocos días como la albahaca o en un tiempo más prolongado, que llamamos de dormancia, como el comino. Cada uno tiene su tiempo y su espacio. Nuestra relación con las aromáticas, y con las plantas en general, es vital de cultivar, aprender, cuidar, respetar y valorar. Las plantas son un verdadero regalo y estas semillas que pretendo ir dejando con estas ‘Experiencias de Relación’, que no buscan otra cosa que poner en práctica algo que me fascina de la naturaleza. Despertar la consciencia de que formamos parte de algo más grande que nosotros mismos y que la mejor forma de aprender es juntos, en comunidad. 

MontenegroLafont