Colores saturados, futurismo, punk y tendencias japonesas. El espíritu de la estética de los 80s a través de la particular mirada de Serge Lutens y sus campañas para Shiseido.
Serge Lutens para Shiseido
El canon de belleza y estética de los años 80 es una fuente de inspiración que perdura hasta la actualidad. La visión de genios vanguardistas como Serge Lutens y sus imágenes de campañas para firmas como Shiseido revolucionaron el mundo del maquillaje. Este artista transcendió la sensibilidad estética del momento y creó una iconografía radical.
Serge Lutens es un arquitecto de la belleza. Trabajó en el maquillaje como espíritu del arte y elevó el imaginario de esta disciplina. Su obra como maquillador, director de arte, estilista y fotógrafo presenta una gran influencia del futurismo, el cubismo, el impresionismo, matices del punk y el sublime glamour propio de los años 80 que ya es icónico.
Sensibilidad, autenticidad y singularidad. El uso de tendencias japonesas propias de la década en combinación con la estética occidental da lugar a una explosión de colores saturados y sensaciones oníricas en cada uno de sus trabajos. Cejas finas, caída pronunciada, sombra de ojos densa, aspecto soñoliento, bocas pequeñas y fruncidas, contrastes geométricos, luces y sombras.
Se alejó de todo lo común y se adentró en su imaginación radical, mística y visionaria. Inspirado por las pinturas de Tamara de Lempicka o de Fernand Léger hasta la película ‘Metropolis’ (1927) de Fritz Lang. Como fotógrafo firmó portadas para Vogue o Harper’s Bazaar, como maquillador trabajó con los mejores fotógrafos y por sus manos pasaron las modelos más cotizadas.
Serge Lutens creó un sello único, distintivo y drástico sobre el ideal de belleza, pero también sobre la forma de representar y comercializar productos cosméticos, moda y perfumes, de los que creó su propia línea para Shiseido. Su legado trasciende en el tiempo, el mundo del maquillaje y la estética tiene una deuda con este visionario y arquitecto de la belleza.
_
