Así se regenta un restaurante feminista, con Maria Solivellas de Ca Na Toneta

12 / 01 / 2019
POR Kike Adela

Parece que 2018 se ha postulado como el año de las mujeres en la cocina, mujeres que han salido a la calle y han alimentado a las masas del feminismo. Hoy hablamos con una de las chef que han marcado el paso durante esta trayectoria, Maria Solivellas, del restaurante Ca Na Toneta, con la que comentamos la falta de feminidad entre fogones y el camino por andar del feminismo en la hostelería.

Maria Solivellas, chef del restaurante Ca Na Toneta via @kikeadela

 

Liberémonos de la pregunta. ¿Es Ca Na Toneta un restaurante feminista?
No somos un restaurante feminista, pero somos muy femeninos. Siempre hemos tenido muchas mujeres trabajando y de hecho el proyecto surgió gracias a mi madre y mi hermana. Este es el primer año que tengo hombres en la cocina, quizás por eso de que «la excepción confirma la regla». (Risas)

¿Qué significa ser femenino en la cocina?
Las cocinas tienen una estructura muy marcial y masculina, todo se encajona en rangos, agresividad… mi cocina es todo lo contrario; los cocineros están al mismo nivel y les hago ser responsables de todo, que sean partícipes y tomen mucha conciencia, no me interesa que sean un simple productor y creo que eso es una forma muy femenina de trabajar.

Maria Solivellas: «No me interesa que mis cocineros sean un simple productor y creo que eso es una forma muy femenina de trabajar».

¿Qué te hace distinguir entre funcionamiento masculino y femenino?
Supongo que la creatividad, ser femenino es un proceso creativo, que crea, la creación es femenina. Femenino y masculino no estoy hablando de mujer y hombre, ojo, no hablo de género, es un concepto muy mío. Yo en la vida veo cosas y acciones masculinas y femeninas: Creación femenina, destrucción masculina. (Risas)

Cualquiera que esté leyendo, estará conmigo con que tu respuesta a la primera pregunta era un sí rotundo, Ca Na Toneta es un restaurante feminista.
¿Tú crees? Yo creo que no, feminista no se que define. Creo en la mujer y en el poder de la mujer porsupuestísimo, es obvio, esto es un matriarcado. Forma parte de nuestro modo de vida, igual que esto no es un negocio.

¿Arriesgado postularse?
Sabes que pasa, utilizan al feminismo como si fueras activista… que en el fondo hacemos activismo sin querer, porque muchas veces hemos contratado a mujeres antes que a hombres por la simple razón de que estas no tenían sitio. Yo creo en la acción, en actuar, pero no hay mejor activismo que el que apliques a diario en tu vida. Después puedo salir con una pancarta, pero para mi el activismo significa llevar una vida conforme a mis valores.

¿Sin necesidad de abanderarse?
No, si hace falta me abandero, pero en momentos donde sea necesario. Mi lucha está en mi día a día.

Maria Solivellas: «Muchas veces hemos contratado a mujeres antes que a hombres por la simple razón de que estas no tenían sitio».

¿Feminismo, conciliación, ética? ¿Qué diferencia a Ca Na Toneta de otros restaurantes para que tú misma no lo consideres un negocio?
Para empezar, cuido mucho a mi equipo, algo nada común en la hostelería, la sostenibilidad laboral es una asignatura muy pendiente en este sector y el papel de las mujeres es imprescindible. A menudo en la restauración se consiguen retos increíbles a base de mucho sacrificio humano, demasiado. Es como las catedrales, muy bonita pero… ¿cuántos han muerto para construirlas? No quiero una catedral, prefiero un refugio con chimenea en Caimari.

Muchos se excusan sobre la crudeza laboral alegando que «la hostelería es así», que entra en el formato de negocio. ¿Es rentable no seguir la norma? ¿Cómo ha podido mantenerse Ca Na Toneta al margen?
Igual por no venir de ese mundo. Antes de ser chef me dedicaba a la producción musical pero en un momento ese trabajo dejó de tener sentido. Hace 18 años, cuando decidí quedarme en Mallorca, tenía clarísimo que lo siguiente que hiciera tenía que tener sentido y aprendí el oficio de forma muy intuitiva, no le he dado importancia a la normatividad hostelera porque no la conocía.

Maria Solivellas: «La sostenibilidad laboral es una asignatura muy pendiente en este sector y el papel de las mujeres es imprescindible».

En tu cocina buscas la simplicidad, el equilibrio, en definitiva decir mucho con muy poco. ¿Podrías sintetizar cómo has encontrado el sentido en tu trabajo?
Trabajando en positivo. Todo lo que hago es en positivo: medioambiental, social, culturalmente… Creo que la repercusión de lo que hago es positiva y por eso sigue viva.

 

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